Sam Meza y la nueva generación que está revolucionando el fútbol femenino en EE. UU.

Una mirada al camino no tradicional de las jóvenes promesas de la NWSL en un ecosistema futbolístico más flexible y diverso

Sam Meza es uno de los nombres que está empezando a resonar con fuerza en la National Women’s Soccer League (NWSL). Pero más allá de sus actuaciones sobre el campo, lo que realmente distingue a esta mediocampista del Reign FC es su camino hacia el profesionalismo: uno que refleja perfectamente los cambios que está viviendo el soccer femenino en Estados Unidos.

Un comienzo atípico para una jugadora especial

Meza fue seleccionada por Seattle Reign en el draft universitario de 2024, proveniente de la Universidad de Carolina del Norte. Sin embargo, solo participó en un partido antes de ser cedida a préstamo a Dallas Trinity FC, equipo de la naciente USL Super League, una nueva liga de primer nivel establecida para ofrecer una alternativa al modelo tradicional de profesionalización. Allí brilló, ganando el premio a jugadora del mes de noviembre.

Al principio, lo sentí como un revés… pero después lo vi como una oportunidad para demostrarme a mí misma que soy la jugadora que siempre supe que era”, declaró Meza recientemente. Hoy, tras su regreso al Reign y con seis partidos como titular esta temporada (en reemplazo de la lesionada Jess Fishlock), está mostrando por qué es considerada una de las jóvenes promesas del fútbol estadounidense. Ha acumulado 32 entradas, lo que la coloca empatada en el segundo lugar de la liga.

La importancia del préstamo: ¿un modelo a seguir?

Laura Harvey, entrenadora del Reign, defendió el préstamo con una visión a largo plazo: “Ella es un gran ejemplo de cómo los préstamos pueden ser realmente buenos. Fue un proceso difícil pero necesario. Hoy está mejor preparada.

Este caso no es único. Otras jugadoras como Natalia Staude (ahora en North Carolina Courage) empezaron sus carreras como cedidas en el Super League antes de integrar el elenco titular en la NWSL. Esto apunta hacia un sistema en expansión que reconoce que no hay un solo camino hacia la élite.

Adiós al draft universitario: respuestas ante una liga en evolución

La NWSL eliminó el draft universitario en 2025, una tradición que por años marcó el inicio de la vida profesional para muchas jugadoras. La razón detrás de este cambio, según la comisionada Jessica Berman, es simple: ampliar las opciones y permitir que las futbolistas tomen rutas más personalizadas sin depender de un sistema centralizado.

Necesitábamos un ecosistema que permitiera a jugadoras de todos los niveles seguir desarrollándose y compitiendo. Hoy en día hay más vías, y eso es fundamental para el crecimiento del fútbol femenino”, explicó Berman.

Bajo este nuevo paradigma, han surgido trayectorias no convencionales pero eficaces. Contratos directos con clubes, procesos especiales para menores de 18 años, invitaciones a campamentos de pretemporada… todas estas ventanas ofrecen hoy oportunidades reales.

Rutas alternativas: los nuevos ejemplos

Veamos algunos casos que ejemplifican este cambio:

  • Riley Tiernan (Angel City FC): fue una jugadora sin contrato invitada a la pretemporada y terminó firmando por dos años. Ya suma cinco goles en esta temporada.
  • Claire Hutton (Kansas City Current): rechazo una beca en Carolina del Norte y firmó directamente con el Current a través del Under-18 Entry Mechanism. Fue finalista al premio Novata del Año en 2024.
  • Olivia Moultrie (Portland Thorns): profesional desde los 13 años, tuvo que demandar a la liga para poder jugar, lo que sentó un precedente y permitió a otras jóvenes ingresar a la NWSL sin límite de edad.
  • Las Hermanas Thompson (Angel City FC): Alyssa fue la primera jugadora de secundaria seleccionada como número 1 del draft en 2023. Gisele, su hermana, se unió a la liga en 2024 con solo 17 años. Hace poco protagonizaron el primer gol asistido de hermana a hermana en la historia de la competición.

Estos casos comprueban que el talento ya no está sujeto a las estructuras convencionales.

NWSL y USL Super League: ¿competencia o colaboración estratégica?

La USL Super League aún está en su primer año de funcionamiento, pero ya ha captado a jugadoras de alto perfil que necesitan minutos o un entorno distinto para desarrollarse. Más allá de ser competencia directa, se está convirtiendo en un socio formador en el ecosistema del fútbol profesional estadounidense.

En palabras de Berman: “Los préstamos y transferencias entre ligas de primer nivel no son el fin de la carrera para nadie, sino una forma estratégica de seguir creciendo”. De hecho, ya varios clubes de la NWSL planean aumentar el número de jugadoras enviadas al Super League para adaptarlas a la máxima competición.

El auge del desarrollo profesional desde edades tempranas

El hecho de que jugadoras como Gisele Thompson, Claire Hutton u Olivia Moultrie estén compitiendo a nivel profesional con tan solo 16-17 años demuestra que el ecosistema ahora es más receptivo al talento precoz. En vez de esperar hasta terminar la universidad, estás atletas se forman en clubes, con acceso inmediato a instalaciones de alto rendimiento y entrenadores profesionales.

En este sentido, organizaciones como Angel City FC han liderado la tendencia. Ya no solo se enfocan en formar un equipo competitivo, sino en ser incubadoras de talento joven, con estructuras similares a las de clubes europeos, con canteras y programas de desarrollo propios.

Esto posiciona a Estados Unidos como un referente mundial, no solo por el nivel futbolístico, sino también en términos de innovación estructural.

¿Hacia una globalización del talento?

Otro fenómeno observado es que muchas de estas jóvenes no siguen el camino tradicional de jugar en Europa para desarrollarse. En lugar de eso, están recibiendo ofertas y minutos significativos en sus propios clubes locales. Lo que antes era una especie de salto obligatorio a ligas como la FA Women’s Super League o Division 1 Féminine, hoy es una elección, no una necesidad.

Sin embargo, el interés europeo permanece. Trinity Rodman, por ejemplo, ha sido seguida por entidades como Real Madrid o Lyon, pero ha optado por permanecer en la NWSL por las condiciones laborales, visibilidad mediática e impacto social que ofrece la liga en EE. UU.

También llama la atención que muchas de estas jugadoras se están convirtiendo en modelos a seguir más allá del fútbol: embajadoras de marcas, activistas por la igualdad y estrellas emergentes en redes sociales. El impacto del caso Moultrie y su denuncia por discriminación por edad, por ejemplo, ha sido clave para abrir el debate sobre derechos laborales y autonomía en el deporte femenino.

Una liga en transformación que plantea nuevas preguntas

La eliminación del draft y la aparición de alternativas como la Super League no han estado exentas de críticas. Algunos expertos temen que la descentralización del reclutamiento podría generar desigualdad entre equipos con más o menos recursos. Sin embargo, la experiencia de jugadoras como Meza demuestra que, si bien el proceso puede ser caótico, el resultado puede ser altamente beneficioso para el desarrollo profesional individual.

Desde su banquillo hasta sus oficinas, la NWSL está cambiando. Y con ella, las jóvenes como Sam Meza están escribiendo un nuevo capítulo —menos reglado, pero quizás más humano y adaptado al siglo XXI— en la historia del fútbol femenino estadounidense.

Este artículo fue redactado con información de Associated Press