Eurovisión 2025: Luces, polémicas y notas altas en una edición vibrante desde Basilea

Basel acoge la 69ª edición del certamen musical más grande de Europa, entre escándalos políticos, himnos pop y favoritos inesperados

Una ciudad suiza que se convirtió en el epicentro musical de Europa

La ciudad de Basilea, Suiza, fue el escenario de la 69ª edición del Festival de Eurovisión, un evento que va mucho más allá de la música y que este año ha estado cargado de simbolismo, espectáculo y tensión geopolítica. Desde el triunfo de Nemo en 2024, Suiza se ganó el honor de organizar el evento, y lo ha hecho por todo lo alto con una producción deslumbrante y un despliegue mediático global.

Una semifinal decisiva y vibrante

El jueves se llevó a cabo la segunda semifinal, donde 16 países compitieron por uno de los 10 boletos restantes para la gran final del sábado. La decisión estuvo en manos del voto del público, consolidando el papel esencial de los fanáticos en la identidad de Eurovisión. Entre las actuaciones más destacadas estuvo la del contratenor austríaco JJ con su canción pop-operática "Wasted Love", y la vibrante presentación de Yuval Raphael, representante de Israel, con su poderoso himno "New Day Will Rise".

También se clasificó Malta con Miriana Conte y su extravagante tema "Serving", una presentación que rindió homenaje a la estética más puramente eurovisiva con bolas de discoteca y labios gigantes decorando el escenario.

Los clasificados: un mosaico de culturas

Además de Austria, Israel y Malta, los países que avanzaron a la final del sábado fueron:

  • Luxemburgo
  • Dinamarca
  • Armenia
  • Finlandia
  • Letonia
  • Lituania
  • Grecia

Estos se unirán a los ya clasificados del primer grupo semifinal que incluyó apuestas fuertes como KAJ de Suecia con su serenata al sauna "Bara Bada Bastu", el neerlandés Claude con su balada "C’est La Vie", y los ucranianos Ziferblat con su propuesta rockera "Bird of Pray".

Los eliminados de la noche

No todos tuvieron la misma fortuna. Del total de participantes, quedaron eliminados seis países:

  • Australia
  • Montenegro
  • Irlanda
  • Georgia
  • Chequia
  • Serbia

Este recorte dejó a 26 naciones en competencia para la gran final. A estas se suman las seis naciones que clasifican automáticamente: Suiza como país anfitrión, y las denominadas "Big Five": Francia, Alemania, Italia, España y Reino Unido, quienes obtienen acceso directo al contribuir mayores fondos al certamen.

La política que no se puede silenciar

Eurovisión 2025 no ha estado exento de tensión política, particularmente a raíz de la participación de Israel, que ha generado protestas tanto dentro como fuera del recinto debido a su actual conflicto con Hamas en Gaza. Aunque numerosos artistas y colectivos pidieron la exclusión del país, la organización decidió mantenerlo en competencia argumentando su separación de la política. Durante los ensayos, activistas con banderas y silbatos intentaron interrumpir la actuación de Yuval Raphael, pero fueron expulsados por el personal de seguridad.

En palabras del lema oficial del evento: "United By Music", este espíritu de unión ha sido puesto a prueba como nunca antes. Eurovisión ha sido históricamente un espacio donde diplomacia suave y representación artística convergen, y esta edición lo puso en evidencia con una intensidad inusitada.

Un fenómeno musical con cifras extraordinarias

Eurovisión es mucho más que un show televisivo:

  • Más de 180 millones de personas sintonizan el evento globalmente cada año.
  • Cada presentación puede costar al país participante hasta 300,000 euros, dependiendo de la producción.
  • La red europea de radiodifusión (EBU) estima una inversión de más de 20 millones de euros por parte del país anfitrión para organizar el evento.

Artistas como ABBA (Suecia, 1974) y Celine Dion (Suiza, 1988, representando a este país pero siendo canadiense) emergieron como superestrellas gracias al certamen, consolidando su relevancia como plataforma de lanzamiento internacional.

La gran final: ¿Quién se alzará con el micrófono de cristal?

El sábado, los 26 países finalistas competirán en una gala que promete hacer vibrar no solo Basilea, sino toda Europa y regiones de Asia, Oceanía y América donde también se sigue el concurso. La intriga por quién se quedará con el simbólico micrófono de cristal crece minuto a minuto. Entre los favoritos emergen Austria, Suecia, Israel, Ucrania y los Países Bajos.

Sea cual sea el resultado, queda claro que Eurovisión sigue siendo un espejo poderoso de nuestras culturas, tensiones políticas, sueños colectivos, y, por supuesto, de nuestra música.

Un legado más allá del espectáculo

Más allá de las polémicas, los conflictos y las coreografías excéntricas, Eurovisión sigue demostrando una capacidad única para ser un catalizador de conversación, inclusión y guardaespaldas del arte en contextos difíciles. Aunque muchos lo subestiman por sus trajes coloridos y melodías simplonas, su influencia política, cultural y mediática lo posicionan como el evento musical más complejo y fascinante del mundo.

La música une, incluso si las notas a veces desafinan con la realidad.

Este artículo fue redactado con información de Associated Press