La batalla salarial de las estrellas de la WNBA: ¿El millón de dólares está al fin al alcance?
Breanna Stewart, A’ja Wilson y otras figuras lideran la lucha por compensaciones justas en medio del auge sin precedentes de la liga
La explosión mediática y comercial de la WNBA
La WNBA está viviendo su momento más brillante desde su fundación en 1996. Con figuras como Breanna Stewart, A’ja Wilson, Caitlin Clark y Angel Reese captando titulares y repletando estadios, la liga femenina de baloncesto profesional en Estados Unidos ha entrado en una nueva era. Más audiencia, más patrocinios, más ingresos. Sin embargo, el salario de las jugadoras sigue sin reflejar esta bonanza.
Incrementos moderados en una época de crecimiento
La actual estrella de las New York Liberty, Breanna Stewart, resume bien el sentir general del gremio: “Ha sido un aumento incremental, pero con el nuevo acuerdo televisivo que se avecina, debería llegar a otra categoría”.
En el actual convenio colectivo (CBA, por sus siglas en inglés), firmado en 2020, los salarios subieron significativamente. El tope máximo escaló de $117,500 USD en 2019 a $215,000 USD en 2020. Aun así, la brecha es abismal en comparación con la NBA. Por ponerlo en perspectiva: el salario mínimo en la NBA es de más de $1,1 millones, y estrellas jóvenes como Victor Wembanyama firmaron contratos de $55 millones en su primer año.
La esperanza de un nuevo acuerdo justo
Las jugadoras decidieron salirse anticipadamente del CBA actual para renegociar mejores condiciones. Este nuevo proceso, liderado por figuras como Stewart y Ogunbowale, busca valores salariales más realistas y cercanos al valor que generan.
Actualmente, la WNBA genera alrededor de $200 millones USD por año (según Bloomberg). David Berri, profesor de economía en Southern Utah University, explica que si las jugadoras recibieran el 50% de los ingresos, los sueldos promedios podrían alcanzar el millón de dólares, y las estrellas podrían ganar entre $3 y $5 millones anuales.
Una lucha con precedentes en el deporte femenino
El caso de la selección femenina de fútbol de Estados Unidos es ilustrativo. Tras años de lucha, no sólo consiguieron igualdad salarial en torneos internacionales, sino la aprobación de una ley de equidad salarial en el Congreso estadounidense en 2022. Como explica la profesora Sherri Williams, esta batalla puede ser un modelo inspirador para la WNBA.
¿Puede sostenerse una huelga en la WNBA?
Una huelga siempre ha sido una última opción que nunca se ha concretado. Pero muchas jugadoras están dispuestas a llegar a ese punto si las negociaciones no rinden frutos. Sin embargo, los expertos creen que esta amenaza tiene poco peso económico para los dueños de equipos: “Si el equipo no juega, los dueños casi no pierden dinero”, apunta Berri.
El poder real, entonces, pasa por tacto político, visibilidad mediática y presión pública. La comparación con la NBA de los años 70 —cuando recibía ingresos similares a los actuales de la WNBA pero pagaba salarios equivalentes a $2 millones actuales— refuerza el argumento de las jugadoras.
El marketing y la monetización: oportunidades aún subexplotadas
Mientras los salarios básicos son bajos, las jugadoras estrella como Caitlin Clark, Angel Reese o Paige Bueckers empiezan a generar grandes ganancias en marketing y contratos publicitarios. La clave, sin embargo, está en profesionalizar a toda la liga. Un salario promedio cercano al millón significaría no depender de ligas extranjeras o ingresos externos para vivir.
Muchos consideran que este paso no sólo atraerá más talento, sino que consolidará el respeto hacia la liga. Risa Isard, profesora de gestión deportiva, lo resume así: “Este es el momento para que las jugadoras recuperen el valor que han generado y que todavía no se les retribuye directamente”.
El rol del fan: motor invisible y esencial del cambio
Con récords de asistencia y rating durante los últimos dos años, especialmente en playoffs y all-star games, el público ha demostrado que quiere más WNBA. El partido de debut de Caitlin Clark generó más de 2.1 millones de espectadores: un hito para la liga.
Además, la base de fans es diversa e inclusiva. La WNBA recibe apoyo no solo del público femenino, sino también masculino, LGBTQ+, familias y jóvenes. Este es un terreno fértil para campañas y activaciones de alto calibre, lo que refuerza las exigencias de mejores sueldos.
Nuevas franquicias, vuelos chárter y el efecto dominó
Además de los incrementos en ingresos y visibilidad, la WNBA ha logrado avances concretos: vuelos chárter permanentes a partir de la temporada pasada, expansión de equipos (la próxima sede se abrirá en Golden State en 2025), y ampliación de plantillas gracias al aumento de presupuesto.
Estos cambios estructurales son señal de un ecosistema en evolución. Todo apunta a que ahora se está gestando una “tormenta perfecta” para lograr por fin la profesionalización total de la liga.
El camino hacia el millón: ¿utopía o paso inevitable?
Para Breanna Stewart, el salario de siete cifras es algo lógico: “Hay jugadoras en esta liga que valen más de $1 millón. Esa es la realidad. Ver ese número sería un símbolo de lo lejos que hemos llegado. Cuando lleguemos ahí, el mensaje será: ‘Vean lo que hemos construido en estas tres décadas’”.
Para Stewart, A’ja Wilson, Ogunbowale y muchas más, el próximo acuerdo colectivo definirá la historia y el legado de toda una generación de atletas. Porque como bien han demostrado, no es sólo una lucha por dinero, sino por dignidad profesional.
Fuentes:
- Bloomberg: Informe de ingresos WNBA
- ESPN: Estadísticas y contratos de jugadoras
- NBA.com: Datos salariales