Tragedia en las Cascadas del Norte: ¿Está fallando la cultura de seguridad en la escalada?

El accidente mortal de tres escaladores en Washington pone en tela de juicio los estándares de seguridad y la preparación en rutas populares

El pasado fin de semana, un trágico accidente en las montañas North Cascades del estado de Washington ha dejado a la comunidad de escaladores en estado de shock. Tres personas perdieron la vida y una más, milagrosamente, logró sobrevivir tras caer unos 120 metros en una peligrosa garganta rocosa. Este suceso no solo ha encendido las alarmas sobre la peligrosidad del deporte, sino que plantea preguntas duras sobre las prácticas de seguridad en uno de los terrenos más visitados por los escaladores en los Estados Unidos.

Un descenso con consecuencias fatales

El grupo, compuesto por cuatro escaladores experimentados, se encontraba descendiendo desde una ruta en Early Winters Spires, picos escarpados considerados de dificultad moderada pero que pueden presentar condiciones cambiantes y traicioneras. Según el Undersheriff Dave Yarnell del condado de Okanogan, la tragedia comenzó cuando el anclaje principal que aseguraba sus cuerdas falló, posiblemente debido a la antigüedad de un pitón dejado en la pared.

El resultado fue devastador: los escaladores cayeron aproximadamente 60 metros en caída libre, para luego deslizarse otros 60 metros más por una ladera inclinada. De las cuatro personas, solo una sobrevivió, identificado aún de forma anónima, quien logró deshacerse de los equipos enredados, caminar en la oscuridad hasta su coche y conducir hasta encontrar un teléfono público, todo esto mientras sufría hemorragias internas y trauma craneal.

¿Una anomalía o un síntoma de una práctica más riesgosa?

Según Cristina Woodworth, directora de búsqueda y rescate, accidentes como este con múltiples víctimas mortales son extremadamente raros. No obstante, las circunstancias apuntan a una negligencia latente dentro del protocolo de descenso: un solo pitón oxidado, sin respaldo alguno, sirvió como anclaje principal. El guía Joshua Cole, con 20 años de experiencia en la zona y co-propietario de North Cascades Mountain Guides, subrayó que es "muy poco común hacer rápel desde un solo pitón". En condiciones estándar, los escaladores deben establecer varios puntos de anclaje redundantes.

El pitón hallado estaba visiblemente desgastado y corroído por el tiempo. Aunque este tipo de equipo suele dejarse como referencia o apoyo para otros escaladores, su uso como única fuente de seguridad es considerado imprudente por expertos.

El riesgo oculto de la popularidad

Las Early Winters Spires son muy visitadas. Pero esta popularidad puede crear una sensación de falsa seguridad entre aquellos que se creen inmunes al peligro. Las condiciones cambian de forma radical incluso en cuestión de horas, como los cambios entre hielo, nieve y roca, lo que implica nuevos riesgos cada vez que alguien pisa la ruta.

En palabras de Cole: "Lo que es una ruta moderada en verano puede volverse mortal en primavera".

Eso plantea un problema mayor: ¿Los escaladores subestiman la naturaleza real del terreno que enfrentan?

La cultura de la experiencia frente a la precaución

Una de las críticas más frecuentes en la comunidad de montaña es sobre cómo la experiencia previa puede nublar el juicio. Muchos escaladores, con años de trayectoria, disminuyen el énfasis en el doble chequeo de equipo al confiar en su propia habilidad para resolver situaciones extremas. Según un informe del American Alpine Club, el 58% de los accidentes mortales de los últimos 10 años están relacionados con fallos del sistema de aseguramiento, la mayoría causados por errores humanos y exceso de confianza.

El caso de las Cascadas del Norte encaja perfectamente en esta estadística. Equipos modernos, condiciones inestables y un pitón viejo fueron suficientes para causar una catástrofe. La decisión de no reforzar el sistema de anclaje con más dispositivos es algo que muchos consideran inaceptable en estándares actuales de seguridad.

Comparaciones con tragedias pasadas

Este accidente remite inevitablemente a otra tragedia en El Capitán, en el Parque Nacional Yosemite, donde dos escaladores murieron tras una caída similar en 2017. Ambas tragedias sacan a la luz un patrón preocupante: las fallas humanas siguen siendo una de las causas más comunes de accidentes graves en escalada.

En ambos casos, las víctimas no eran novatos. Tenían experiencia, buen equipo y conocimiento del terreno. Sin embargo, los factores de decisión subjetivos, como la presión del tiempo (en las Cascadas hubo señales de tormenta que obligaron al grupo a abortar la cumbre), jugaron un papel determinante.

¿Es hora de regular más el montañismo?

La federación estadounidense de montañismo no impone regulaciones estrictas sobre equipamiento o rutas, considerando que la escalada es un deporte de responsabilidad individual. Pero algunos expertos están empezando a cuestionar esa filosofía.

Según datos del American Mountaineering Association, entre 2010 y 2020 se han reportado más de 1,200 accidentes con heridos en parques nacionales asociados a actividades de escalada. Una cifra que, lejos de disminuir, ha mostrado una pequeña alza en los últimos años debido al aumento de popularidad de este deporte.

¿Debe el gobierno implementar inspecciones regulares de equipos permanentes como pitones y cuerdas fijas en las rutas populares? ¿O debería incentivarse una cultura más rigurosa de autorregulación, con entrenamientos obligatorios para rutas por encima de cierta dificultad?

Una historia de supervivencia que deslumbra

El único sobreviviente de este trágico evento no solo logró mantenerse con vida tras una caída devastadora, sino que tuvo la fortaleza de emprender una caminata en la oscuridad, con graves heridas internas, hasta su vehículo, y luego encontrar ayuda. Este acto de resistencia es un recordatorio de la formidable capacidad del cuerpo y la mente humana para sobrevivir incluso en las condiciones más extremas.

Para muchos, es también una señal de alarma. Si tan solo una persona pudo contar lo que sucedió, eso significa que los protocolos de seguridad no pueden depender de la suerte ni del heroísmo individual.

Lecciones urgentes para una comunidad bajo lupa

La comunidad de escaladores, tanto recreativos como profesionales, debe tomar este incidente no como un hecho aislado, sino como una llamada a peligros ocultos en territorios ya conocidos. Las montañas no perdonan, y la confianza excesiva no reemplaza la precaución. Cada pitón, cada cuerda y cada decisión deben ser consideradas con la misma atención que se le da al paso más difícil de la roca.

Como explicó Woodworth, todavía esperan poder obtener más detalles de la víctima sobreviviente para construir una narrativa completa del accidente. Pero una cosa está clara: un simple error en una cuerda puede costar la vida de más de una persona. Y en actividades como esta, no hay segundas oportunidades.

Este artículo fue redactado con información de Associated Press