Mahler y el renacimiento sinfónico: el festival que consagra la inmortalidad musical
El Festival Gustav Mahler en Ámsterdam revive la obra del compositor a través de una experiencia sensorial única, con músicos de talla mundial y emociones a flor de piel
Una celebración sinfónica con historia
En el corazón musical de Europa, el majestuoso Concertgebouw de Ámsterdam retumba con los acordes sublimes de Gustav Mahler en el marco del tercer Festival Gustav Mahler celebrado en más de un siglo. Este evento especial no solo representa un hito cultural y artístico, sino también un poderoso testamento del renovado fervor que la obra del compositor vienés genera en todo el mundo. Celebrado del 8 al 18 de mayo de 2025, el festival conmemora el 114º aniversario de la muerte de Mahler (1860–1911) y revive con fuerza cada una de sus diez sinfonías numeradas, junto con sus otras obras importantes.
Este año, el festival es particularmente simbólico, no solo porque incluye una programación exhaustiva de su catálogo sinfónico, sino también porque reúne, por primera vez, orquestas y directores de diferentes partes del mundo: Europa, Asia y América.
Una tradición que comenzó en 1920
El primer Festival Mahler aconteció en 1920 bajo la batuta del director Willem Mengelberg, para celebrar su 25º aniversario como jefe de la Orquesta Real del Concertgebouw. Desde entonces, solo se han realizado tres ediciones: la segunda en 1995, y esta tercera programada originalmente para 2020, pero que fue cancelada debido a la pandemia de COVID-19.
Dominik Winterling, actual director gerente de la orquesta, explicó que “Mahler está en el ADN de esta orquesta”. Y esto se nota hasta en los detalles arquitectónicos: sobre el escenario principal del Concertgebouw, el nombre "MAHLER" brilla en oro como un faro cultural permanente.
La nieta del genio entre aplausos
En una imagen cargada de simbolismo, la nieta del compositor, Marina Mahler, presenció desde la primera fila la interpretación de la Sinfonía Nº 1 a cargo del joven prodigio Klaus Mäkelä. “Fue tal como debía ser. Me conmovió profundamente,” dijo después del concierto, visiblemente emocionada.
El haber colocado a Mahler en un lugar de honor junto a otros 16 compositores consagrados simboliza no sólo su importancia histórica sino también su actualidad inquebrantable, algo que los músicos presentes confirmaron con cada nota.
Una alineación estelar y global
La programación de esta edición es ambiciosa. Las diez sinfonías de Mahler se interpretan en orden cronológico, junto con obras adicionales. Participan prestigiosas agrupaciones como:
- Royal Concertgebouw Orchestra (Países Bajos)
- Budapest Festival Orchestra (Hungría)
- NHK Symphony Orchestra (Japón)
- Chicago Symphony Orchestra (Estados Unidos)
- Berlin Philharmonic (Alemania)
La batuta se pasa entre aclamados directores como Iván Fischer, Fabio Luisi, Jaap van Zweden, Kirill Petrenko, Sakari Oramo y el propio Klaus Mäkelä, quien liderará la Sinfonía Nº 1 y la Nº 8. Esta dinamización del evento con batutas diversas no sólo enriquece la interpretación, sino que ofrece variados matices culturales y estilísticos, fieles al espíritu universalista de Mahler.
Klaus Mäkelä y la nueva generación
No pasa desapercibido que Mäkelä, de sólo 29 años, tenga ya un lugar central en esta prestigiosa celebración. Su ímpetu, experiencia incipiente y profunda comprensión de Mahler lo convirtieron en una elección lógica para abrir el festival. Además, se prepara para asumir la dirección principal de la Orquesta del Concertgebouw y la Chicago Symphony Orchestra en la temporada 2027-2028.
Estrechamente vinculado a la innovación contextual, Mäkelä usó una nueva edición de la Sinfonía Nº 1, realizada por Michael Waterman. Esta versión es única porque incluye anotaciones históricas de músicos que han formado parte de la orquesta desde 1950.
La emoción del directo y el legado de Mengelberg
Innovaciones como la pausa de cinco minutos entre movimientos (en la Sinfonía Nº 2, propuesta por Mahler pero casi nunca aplicada) fueron retomadas por Iván Fischer, ofreciendo al público una experiencia sonora rara pero auténtica. En su propia voz: “Así puedes escuchar las trompetas desde el cielo, desde todas partes”.
La fidelidad a la visión de Mahler es también tributo a Mengelberg, el primer gran defensor de su obra. De hecho, Waterman continúa restaurando partituras basándose en anotaciones dejadas por él hasta su salida en 1945—años antes de que fuera vetado por sus nexos con el régimen nazi.
Un alcance masivo y moderno
En una era donde la música clásica busca expandir su audiencia, la organización implementó la transmisión simultánea de los conciertos en el anfiteatro Vondelpark de Ámsterdam, con capacidad para 1500 personas. Así, los sonidos de Mahler se amplifican más allá del Concertgebouw y se democratizan a nuevos públicos.
Del rechazo a la devoción: el auge de Mahler en la cultura popular
Durante décadas, Mahler fue considerado un compositor excesivo, kitsch o emocionalmente desbordado. Leonard Bernstein, quien dirigió todas sus sinfonías con la Filarmónica de Viena en la década de los 60, fue uno de los artífices del renacimiento mahleriano. Su desempeño ayudó a derribar prejuicios formales y a abrir espacio para una música que se atrevía a ser visceral.
Su Adagietto de la Sinfonía Nº 5 ha penetrado incluso la cultura cinematográfica: se escucha en “Muerte en Venecia” (1971), y más recientemente en la película “Tár” (2022). A ello se suma que fue interpretado por Bernstein en el funeral del presidente John F. Kennedy en 1963, convirtiéndolo en el soundtrack del duelo nacional estadounidense.
Escucha que transforma
El director Fabio Luisi rememora su primer contacto con Mahler a los 15 años en una función de la Sinfonía Nº 5 en Génova: “Salí del concierto temblando de placer y sorpresa”. Testimonios como este se repiten a lo largo del festival. Cada director tiene una historia personal marcada por la intensidad emocional de las obras mahlerianas.
Como diría Jaap van Zweden, ex concertino más joven de la Orquesta del Concertgebouw: “Las partituras de Mahler son como un GPS de su vida. Uno es testigo de todas sus montañas rusas emocionales durante una interpretación”.
Mahler: más vigente que nunca
En el cierre de su intervención, Klaus Mäkelä afirmó con claridad que Mahler ha encontrado nueva vida en el siglo XXI: “Es una música con la que todos pueden identificarse. Porque es tan personal, te da una posibilidad única de auto-reflexión”. Y puede que ahí resida su verdadera grandeza.
El Festival Mahler de Ámsterdam no sólo reaviva una obra monumental, sino que demuestra que, en un mundo saturado de estímulos superfluos, el arte genuino, introspectivo y profundamente humano aún tiene el poder de conmover hasta lo más íntimo del alma.