La guerra comercial de Trump: un juego peligroso con consecuencias globales

Del vaivén arancelario a un tregua parcial: cómo la política proteccionista amenaza la estabilidad económica mundial

Escrito por: Redacción Mundo

Un patrón repetido: Trump y su obsesión por los aranceles

Desde su primera llegada al poder en 2017, el expresidente Donald Trump ha mostrado una fijación con la imposición de aranceles como herramienta de presión económica y política. En su discurso inaugural, prometió una política comercial agresiva para 'enriquecer a los ciudadanos estadounidenses'. Durante su primera administración, impuso aranceles a naciones clave como China, México, Canadá y la Unión Europea.

Este patrón se repite con aún más intensidad en su retorno al poder, con una serie de decretos ejecutivos que han provocado un efecto dominó de represalias comerciales, afectando tanto a las industrias nacionales como a la estabilidad comercial global.

Las fechas clave del conflicto

Los aranceles bajo la nueva gestión de Trump comenzaron a acumularse desde enero con amenazas del 25% sobre las importaciones de Canadá y México, pasando por un aumento escalonado de tarifas al acero, aluminio y autopartes, hasta culminar con un enorme 145% sobre productos chinos.

Esta cronología ha generado severas respuestas:

  • China: Tarifas espejo que llegaron al 125% sobre bienes estadounidenses.
  • Canadá: Contraataques arancelarios por más de CAD $150 mil millones.
  • Unión Europea: Medidas equivalentes sobre whisky, jeans y motocicletas, con nuevos aranceles pendientes.

Economistas como Paul Krugman han advertido que estas medidas conducen a un "espiral proteccionista que siempre termina en recesión".

Un impacto directo en los bolsillos y la estabilidad

Según datos del Bureau of Economic Analysis, el déficit comercial estadounidense alcanzó un récord de $140.5 mil millones en marzo. La razón principal fue el adelanto de compras de empresas y consumidores ante la amenaza de aranceles, lo que también incrementó los precios de productos farmacéuticos, alimentos y maquinaria.

La Reserva Federal ha señalado que el entorno de incertidumbre ha debilitado tanto el sentimiento empresarial como el de los consumidores. El presidente Jerome Powell declaró: “Las tarifas han generado inflación y retraído la inversión privada. Los riesgos están creciendo en múltiples frentes.”

Sector agrícola: el gran perdedor

Uno de los sectores más afectados ha sido el agroindustrial. China, como mayor importador de soya, carne de cerdo y res de EE.UU., impuso aranceles del 15% a estos productos. Esto afectó directamente a estados agrícolas clave como Iowa y Nebraska.

La American Farm Bureau informó que las exportaciones agrícolas al país asiático cayeron más del 60%, y que más de 3,000 granjas familiares cerraron permanentemente en los últimos dos años. El subsidio federal entregado apenas cubre el 40% de sus pérdidas, según datos de su informe trimestral de 2024.

¿Proteccionismo o populismo económico?

La estrategia de Trump puede parecer una defensa de la economía nacional, pero su trasfondo responde a una lógica populista: crear una narrativa de 'ellos contra nosotros' en la que los países extranjeros son responsables de los males económicos internos.

Sin embargo, como explicó la economista y Premio Nobel Esther Duflo: “Las guerras comerciales no eliminan el desempleo industrial; en cambio, lo desplazan y agravan la desigualdad en otras regiones del país.”

Acuerdos temporales, conflictos permanentes

A pesar de que recientemente se firmaron acuerdos con Reino Unido y China para reducir aranceles (una tregua de 90 días que rebaja los aranceles recíprocos del 145% al 30%), la incertidumbre permanece. Aún siguen vigentes las tarifas del 10% sobre la mayoría de los bienes, y no hay indicios de sostenibilidad en estos acuerdos a largo plazo.

La UE mantiene su amenaza de represalias, y el conflicto con Canadá por el sector automotriz sigue latente. Mientras tanto, México enfrenta nuevos impuestos sobre tomates y otros productos, con más investigaciones antidumping en camino.

Europa y Asia contraatacan

La Comisión Europea ha llevado el caso ante la Organización Mundial del Comercio (OMC), argumentando que las medidas unilaterales de Estados Unidos violan acuerdos multilaterales.

Paralelamente, China anunció nuevas restricciones a la exportación de materiales clave como las tierras raras, fundamentales para productos tecnológicos. Además, incluyó a 27 empresas estadounidenses en su lista negra de comercio. Este conflicto podría agudizar la ya tensa cadena de suministro global.

Un freno a la innovación tecnológica

Las sanciones arancelarias también afectan sectores de alta tecnología. Investigaciones abiertas por la administración Trump sobre chips, farmacéuticos y bienes médicos amenazan con encarecer productos esenciales para la innovación, los autos eléctricos y el sector salud.

Empresas como Apple y Tesla se ven en la mira de impuestos a componentes importados de Asia, particularmente China. Aunque aún se mantienen exentos ciertos productos electrónicos, el secretario de Comercio, Howard Lutnick, anunció impuestos “específicos por sector” en un plazo de 1 o 2 meses. Esto podría frenar la competitividad tecnológica del país.

El cine, nuevo objetivo de la guerra comercial

En una declaración sorpresiva, Trump amenazó con un arancel del 100% a las películas extranjeras, argumentando un supuesto declive de la industria cinematográfica nacional. Aunque no está claro cómo se aplicaría tal medida, la amenaza ha generado preocupación en el sector cultural y entre distribuidores internacionales.

Expertos advierten que esto podría violar tratados internacionales y afectar negativamente la diversidad cultural, además de generar represalias recíprocas. Irónicamente, Hollywood depende de los mercados internacionales para al menos 60% de su recaudación global, según la Motion Picture Association.

Negociaciones pendientes y desenlace incierto

El panorama es volátil. A pesar de algunas concesiones y surtos acuerdos, la política arancelaria de Trump ha desatado un ciclo de acción-reacción que amenaza al comercio global. Como dijo Christine Lagarde, presidenta del Banco Central Europeo: “Una economía moderna no puede prosperar en aislamiento y tarifas generalizadas son una receta para la desaceleración.”

La vulnerabilidad del sistema económico y la lógica impredecible bajo la doctrina Trump nos lleva a una pregunta crítica: ¿cuánto más pueden resistir los mercados antes de una ruptura sistémica?

Fuente: Recolección y análisis con base en datos de la OMC, BEA, Federal Reserve, American Farm Bureau y medios oficiales estadounidenses y europeos.

Este artículo fue redactado con información de Associated Press