Jardines sin estornudos: cómo crear un oasis primaveral para personas con alergias
No tienes que renunciar a tu jardín por las alergias estacionales. Descubre qué plantas evitar y cuáles abrazar para respirar tranquilo sin renunciar a las flores.
La dulzura de la primavera... con una dosis de estornudos
La llegada de la primavera trae consigo flores, verde intenso y tardes soleadas. Pero para millones de personas, también significa congestión nasal, picazón ocular, estornudos incontrolables y una niebla mental difícil de despejar. Las alergias estacionales, también conocidas como fiebre del heno, afectan a entre el 10 y el 30% de la población mundial, según la Organización Mundial de la Salud (OMS).
El principal culpable: el polen. Pero no cualquier polen. Nos referimos al tipo más ligero, casi invisible, que flota en el aire y se cuela fácilmente por nuestras narices y ojos. Algunas plantas lanzan este polen como una estrategia natural de reproducción, y si bien no podemos vivir sin ellas desde el punto de vista ecológico, quienes padecen alergias pueden aprender a diseñar jardines que no agraven sus síntomas.
¿Por qué algunas plantas empeoran tus alergias?
Las plantas que dependen del viento para esparcir su polen son las más problemáticas. A diferencia de las que dependen de insectos (como abejas y mariposas), estas plantas liberan polen de forma masiva al ambiente, aumentando su oportunidad de reproducción al azar... y nuestras estornudos también.
Entre los mayores responsables encontramos:
- Árboles: abedul (Betula), catalpa, ciprés (Cupressus), olmo (Ulmus), nogal (Juglans), roble (Quercus), sicómoro (Platanus) y nuez/pecán (Carya).
- Hierbas: bermuda (salvo sus variedades machos estériles), Johnson, Kentucky Bluegrass, hierba orchard, sweet vernal grass y Timothy grass.
- Malezas: ambrosía, hierba del cordero (lamb’s quarters), lengua de vaca (curly dock), plantago, ajenjo (sagebrush) y acedera (sheep sorrel).
Según la Escala de Alergia de Plantas OPALS (Ogren Plant Allergy Scale), desarrollada por el horticultor estadounidense Thomas Ogren y publicada en su libro The Allergy-Fighting Garden (2020), estas son algunas de las especies con más alto potencial alergénico.
¿Y si quiero plantar algo bello pero sin atacar mis senos nasales?
¡Buenas noticias! También existen plantas de bajo riesgo, que pueden permitirte disfrutar de un jardín sin desencadenar una crisis alérgica.
En términos generales, son aquellas que tienen flores dobles (más capas de pétalos, menos exposición del polen) o cuyas estructuras impiden que el polen viaje mucho. También suelen ser especies polinizadas por insectos y no por el viento.
Algunas opciones “amigables con las alergias” son:
- Albaricoquero (Prunus armeniaca)
- Higuera (Ficus carica)
- Abeto (Abies spp.)
- Peral y ciruelo frutales (Pyrus y Prunus domestica)
- Cercis (redbud)
- Amelanchier o "serviceberry"
- Féminas de fresno, arce, palmera, álamos y sauces
- St. Augustine (Stenotaphrum secundatum)
- Bermuda macho estéril
- Begonia
- Clemátide femenina
- Columbina
- Crocus
- Narciso (Daffodil)
- Delphinium
- Hibisco
- Impatiens
- Iris
- Ave del paraíso
- Pensamiento
- Petunia
- Phlox
- Amapola
- Boca de dragón
- Tulipán
- Verbena
- Zinnia
¿Rosas? Sí, también. En especial las variedades de flores densas con muchos pétalos. Ogren advierte que en la mayoría de los casos, las personas que dicen tener alergia a las rosas en realidad responden a su fragancia más que al polen.
Pequeños ajustes que marcan una gran diferencia
Además de seleccionar bien qué plantar, quienes sufren de alergias estacionales pueden tomar otras medidas preventivas:
- Mantén tus ventanas cerradas durante los picos de polen, especialmente en las mañanas y al atardecer.
- Usa purificadores de aire con filtros HEPA en casa.
- Evita cortar el césped tú mismo (¡o pídele a alguien que no sea alérgico que lo haga por ti!).
- Lávate el rostro y cambia tu ropa al llegar a casa, sobre todo después de haber estado en el jardín.
- Monitorea los niveles de polen en tu ciudad. Existen aplicaciones específicas como Weather.com o Pollen.com que pueden ayudarte a planificar tus actividades al aire libre.
La importancia del polen... incluso cuando nos irrita
Es fácil ver al polen como el enemigo cuando nuestros ojos lagrimean apenas empieza abril. Pero es vital recordar que el polen es la base del ciclo reproductivo de las plantas y del ecosistema mismo. Sin él, no habría frutas, semillas, ni plantas. Tampoco habría alimento para insectos, aves, ni humanos eventualmente.
Las flores que producen polen son esenciales para la biodiversidad. Por eso, el objetivo no es eliminar toda planta alergénica del planeta, sino diseñar paisajes más inclusivos para los alérgicos, equilibrando salud, estética y ecología.
Un jardín más habitable es posible
La primavera no debería ser una condena viviente para quienes padecen alergias. Gracias a estudios como el de Thomas Ogren y herramientas como la escala OPALS, es posible adaptar nuestros entornos para convivir con la naturaleza sin tener que aislarnos o recurrir constantemente a antihistamínicos.
Así que la próxima vez que pienses en renovar tu jardín, no te resignes. Consulta listas de plantas amigables, prioriza especies femeninas, y transforma tu espacio en un oasis verde y respirable.
Y recuerda: los mejores momentos en el jardín no son sólo para quienes no estornudan. Todos merecen oler una flor sin pagar el precio en pañuelos.