Florida, libertad de expresión y shows drag: una batalla que redefine los límites legales y sociales

Un tribunal federal bloquea la ley anti-drag en Florida, declarando que vulnera la Primera Enmienda. ¿Es censura o protección infantil?

Una ley polémica, una decisión histórica

El estado de Florida vuelve a colocarse en el centro del debate nacional en Estados Unidos, esta vez, por su controvertida ley que prohíbe los espectáculos drag en presencia de menores. El pasado martes, el Tribunal de Apelaciones del 11.º Circuito Federal decidió mantener la orden judicial que prohíbe provisionalmente la aplicación de dicha ley, considerándola probablemente inconstitucional.

La decisión se produce en medio de un creciente número de leyes impulsadas por gobiernos estatales conservadores con el objetivo declarado de proteger a los menores, aunque críticos y activistas de derechos civiles alertan sobre su posible uso como herramientas de censura.

El caso, que surgió a raíz de una demanda presentada por Hamburger Mary’s, un restaurante de temática drag en Orlando, marca un precedente fundamental para la defensa de la libertad de expresión en espacios públicos y culturales.

Florida vs. Hamburger Mary’s: el inicio de una batalla legal

Hamburger Mary’s, conocido por sus espectáculos drag familiarmente inclusivos, interpuso la demanda en 2023 tras la aprobación de la ley impulsada por el gobernador republicano Ron DeSantis. A pesar de que el texto legal no menciona explícitamente a los espectáculos drag, el legislador que patrocinó la propuesta reconoció que iban dirigidos a dichas actuaciones.

La norma prohibía las llamadas “actuaciones en vivo para adultos” donde hubiese menores presentes. Las sanciones incluían la suspensión o revocación de licencias de licor e incluso cargos criminales menores para los organizadores. Hamburger Mary’s alegó que la ley violaba la Primera Enmienda al limitar sus actuaciones artísticas y culturales.

Su abogada, Melissa Stewart, celebró el fallo:

“La opinión del tribunal reconoce esta ley por lo que es: un intento inconstitucional y escandaloso de censurar la expresión artística de los ciudadanos.”

¿Protección infantil o censura encubierta?

El argumento central del gobierno de Florida es claro: según ellos, los niños no deben estar expuestos a actuaciones que consideran de naturaleza sexual. De hecho, el portavoz del gobernador, Brian Wright, respondió a la decisión indicando:

“Nadie tiene un derecho constitucional a realizar rutinas sexuales frente a niños pequeños.”

No obstante, la ambigüedad y generalidad de la ley ha sido cuestionada insistentemente. El fallo judicial incluyó una crítica clave: la norma es demasiado amplia y vagamente redactada, lo que permite su aplicación arbitraria. El juez que redactó la mayoría del fallo subrayó que se trataba de una “restricción directa a la libertad de expresión que no supera un análisis constitucional riguroso”.

La defensa de la Primera Enmienda: ¿qué está realmente en juego?

La Primera Enmienda protege no solo el discurso político, sino también las expresiones artísticas y culturales. Este principio ha sido reafirmado en litigios del siglo XX como Texas v. Johnson (1989) —protegiendo la quema de la bandera como forma de protesta— o NEA v. Finley (1998), donde la Corte Suprema avaló ciertos criterios de decencia en subvenciones públicas, pero reiteró que el arte no puede ser censurado de forma caprichosa.

Los espectáculos drag, más allá del debate ideológico actual, han sido durante décadas una forma de expresión teatral, satírica y performativa. De hecho, figuras históricas como RuPaul han contribuido a su popularización masiva, introduciendo estas representaciones incluso en el mainstream televisivo a través de programas como RuPaul’s Drag Race.

En palabras del académico y activista José Esteban Muñoz:

“El drag no es solamente una performance; es una crítica cultural encarnada que interroga las normas de género y poder.”

El contexto político de Ron DeSantis

Florida ha sido un laboratorio jurídico y político bajo el liderazgo de DeSantis, quien ha promulgado una serie de leyes enfocadas a batalla cultural, entre ellas:

  • "Don’t Say Gay": Ley que limita las discusiones sobre orientación sexual e identidad de género en escuelas primarias.
  • Leyes contra libros escolares con contenido referente a historia racial o diversidad sexual.
  • Restricciones al aborto y normas relacionadas con el control de contenido educativo.

Esta serie de medidas han hecho de Florida un punto de fricción nacional, donde los derechos civiles chocan con políticas conservadoras. La ley anti-drag forma parte de esta oleada legislativa que —según sus críticos— busca promover una visión moralista bajo el disfraz de "protección infantil".

La dimensión cultural de los shows drag

Desde hace décadas, los shows drag han sido una forma de entretenimiento, resistencia y expresión para la comunidad LGBTQ+. Más allá del glamour y el maquillaje, implican sátira sociopolítica, carnavales de género y espacios de inclusión familiar. De hecho, muchos eventos cuentan con clasificaciones por edades, distinguiendo entre shows explícitos y presentaciones amigables para todo público.

La existencia de espectáculos drag “para toda la familia”, como los organizados por Hamburger Mary’s los domingos, pone de relieve que el concepto de “obscenidad” es profundamente subjetivo y culturalmente codificado. La legislación de Florida, al no establecer parámetros claros, da pie a interpretaciones erráticas y discriminatorias.

Precedente judicial y posibles repercusiones

La decisión del tribunal no es definitiva, pero marca un precedente importante. El caso regresa ahora al Distrito Medio de Florida para un juicio federal completo. Si el fallo se mantiene, puede servir como argumento para anular leyes similares en otros estados.

Actualmente, al menos 14 estados de EE. UU. han introducido legislaciones con restricciones a espectáculos drag o similares. Sin embargo, también han surgido movimientos judiciales y civiles en defensa de los derechos culturales y artísticos.

Por ejemplo:

  • En Tennessee, una ley casi idéntica fue bloqueada temporalmente.
  • En Texas, activistas y artistas han interpuesto demandas contra limitaciones similares.

El activismo cultural se ha movilizado poderosamente para defender los derechos de expresión tanto en barrios urbanos como en pequeñas ciudades. En palabras de Drag Queen Sasha Velour:

“Prohibir el drag no solo es atacar el arte: es criminalizar la existencia queer.”

La importancia de la resiliencia cultural

Más allá del aspecto legal, lo que está en juego es el derecho de las comunidades a representarse a sí mismas. Según el Instituto Williams de la Universidad de California, más del 40% de los jóvenes LGBTQ+ señalan eventos artísticos como fundamentales para encontrar apoyo y representación.

En tiempos donde las políticas restrictivas ganan tracción, preservar espacios como Hamburger Mary’s es crucial. El arte performativo siempre ha sido una forma tanto de entretenimiento como de resistencia. Como muestra la historia, cualquier intento de censurarlo suele activar una cadena de desafíos jurídicos y sociales que redefinen los marcos de la libertad.

Florida, con su fragmentada diversidad social y política, se ha convertido en símbolo de esta tensión. El caso de Hamburger Mary’s no es el último; pero su firme defensa de los derechos civiles lo convierte en emblema de una lucha que apenas comienza.

Este artículo fue redactado con información de Associated Press