Tensión global: Entre rehenes en Gaza, drones sobre Ucrania y sabotajes rusos en Polonia
Un análisis sobre el creciente caos geopolítico en Medio Oriente y Europa del Este mientras el mundo observa sin soluciones firmes
El caso de Edan Alexander: un rehén como pieza de ajedrez geopolítico
El conflicto entre Israel y Hamas ha sumado otro episodio dramático con el anuncio de la liberación de Edan Alexander, el último rehén con ciudadanía estadounidense e israelí que aún permanecía cautivo en Gaza. Capturado el 7 de octubre de 2023, Alexander, un joven soldado israelí de doble nacionalidad, se convirtió en símbolo de la tragedia que envuelve tanto a familias como a naciones.
Hamas afirmó que su liberación se llevaría a cabo como gesto de buena voluntad hacia la administración de Donald Trump. Esta declaración resulta cuanto menos provocadora, considerando que el expresidente estadounidense no ostenta actualmente un rol oficial en la diplomacia internacional. Sin embargo, no es la primera vez que actores no estatales recurren a maniobras comunicacionales para posicionarse en el tablero político internacional.
Israel, por su parte, no confirmó una fecha exacta para la liberación, pero señaló la creación de un "corredor seguro" para facilitar la salida de Alexander de Gaza. Esta medida revive el eterno dilema de negociar con grupos considerados terroristas para salvar vidas humanas, algo que históricamente ha dividido opiniones dentro del propio gobierno israelí.
Rusia y Ucrania: una guerra que se enquista
Mientras tanto, en el corazón de Europa del Este, Rusia lanza más de 100 drones model Shahed sobre Ucrania, en una de las ofensivas nocturnas más intensas de las últimas semanas. Lo hizo apenas 24 horas después de que rechazara un alto el fuego de 30 días propuesto por EE.UU. y líderes europeos.
El presidente ucraniano Volodymyr Zelenskyy respondió de manera audaz: retó públicamente a Vladimir Putin a encontrarse "personalmente" esta semana en Turquía para mantener conversaciones de paz. Esta movida, que recuerda a intentos similares en los primeros meses de guerra en 2022, pone una vez más el foco en el papel de la diplomacia de alto nivel como única alternativa ante el estancamiento militar. Sin embargo, el precedente no es alentador: Putin y Zelenskyy se vieron cara a cara por última vez en 2019, y la desconfianza desde entonces sólo ha crecido.
La cifra de víctimas sigue escalando. Más de 10.000 civiles ucranianos muertos y decenas de miles de soldados, tanto rusos como ucranianos, han perdido la vida desde la invasión rusa en febrero de 2022. El gobierno ruso, que ahora controla aproximadamente un 20% del territorio ucraniano, propuso alternativamente conversaciones bilaterales en Estambul el próximo 15 de mayo, pero sin condiciones previas.
Trump, Zelenskyy y la diplomacia fallida
La figura de Trump ha vuelto a emerger como actor periférico pero influyente. El exmandatario norteamericano exigió que Ucrania acepte la propuesta rusa de negociar sin condiciones, lo cual ha generado fricción con aliados europeos. Zelenskyy parece estar respondiendo a esa presión al ofrecer él mismo dialogar directamente con Putin.
No obstante, cabe preguntarse si las palabras pueden revertir ya el daño causado por más de tres años de conflicto. En 2022, tras repetidas negativas de Putin a reunirse, Zelenskyy firmó un decreto que prohibía legalmente mantener negociaciones con el presidente ruso. Esa restricción permanece, aunque la realidad de la guerra obliga a replantear posturas extremas.
Sabotaje en Polonia: la guerra híbrida rusa gana terreno
El panorama se infecta aún más cuando añadimos acontecimientos como el que acaba de denunciar el gobierno polaco. El ministro de Exteriores Radek Sikorski anunció la clausura del consulado ruso en Cracovia tras concluyentes indicios de que agentes rusos provocaron el incendio del centro comercial Marywilska 44 en mayo de este año.
El complejo destruido albergaba alrededor de 1.400 tiendas y puestos de servicios, y muchos de estos negocios estaban dirigidos por miembros de la comunidad vietnamita de Varsovia. La pérdida ha sido no solo económica, sino también social y cultural para una comunidad que ya vive entre la vulnerabilidad y una integración incompleta.
"Ahora sabemos con certeza que el incendio fue resultado de un sabotaje encargado por los servicios especiales rusos", publicó el primer ministro Donald Tusk en su cuenta de X. Agregó que algunos de los responsables están ya detenidos y que otros están siendo buscados. El mensaje no pudo ser más claro: “Los atraparemos a todos”.
Rusia y la “guerra en las sombras”
Este acto de sabotaje en territorio europeo no es un caso aislado. Desde 2014 y la anexión de Crimea, expertos en seguridad han denunciado la creciente participación de espías rusos en misiones de desestabilización en gobiernos europeos mediante incendios, ciberataques y campañas de desinformación.
El Centro de Estudios Estratégicos e Internacionales (CSIS, por sus siglas en inglés) reportó en 2023 que al menos 12 operaciones clandestinas rusas se detectaron en países de la OTAN en un periodo de cinco años. Estas operaciones van desde bombardeos hasta sabotajes de infraestructuras críticas como cables submarinos o plantas energéticas.
Un orden mundial en retroceso
Lo vivido esta semana —rehenes rescatados, drones bombardeando ciudades, sabotajes en el corazón de Europa— parece una sinfonía desafinada compuesta por la decadencia del multilateralismo y el resurgimiento de la política de poder duro.
Mientras las organizaciones como la ONU o la OSCE continúan ofreciendo tímidos llamados al diálogo, el mundo observa cómo los actores estatales y no estatales cada vez más simplemente ignoran las reglas de juego tradicionales.
En lugar de acuerdos multilaterales, hay rehénes liberados en gestos unilaterales. En vez de resoluciones del Consejo de Seguridad, hay duelos epistolares en redes sociales. Las naciones europeas miran con alarma cómo resurgen formas de guerra más propias del siglo XX que del XXI.
¿Y ahora qué?
Los próximos días serán decisivos. Si Edan Alexander es realmente liberado sin violencia, Israel podría enfrentar una nueva presión interna sobre si negociar con Hamas es una opción viable a futuro. Si Zelenskyy y Putin realmente se encuentran en Turquía, marcaría un hito inesperado que podría abrir canales de desescalada. Y si la Unión Europea reacciona de forma contundente al sabotaje en Polonia, podríamos ver una suerte de consenso occidental anti-Kremlin que hace tiempo no se materializa.
Lo que está claro es que el mundo no puede seguir tolerando que la paz y la seguridad sean valores subordinados a intereses políticos. Ya sea en las arenas de Gaza, en los cielos de Kyiv o entre las llamas de Varsovia, la humanidad está en juego. Y si nadie lo menciona en voz alta, es hora de hacerlo: estamos en medio de una guerra global no declarada.