Los Rockies de Colorado al borde del abismo: ¿Hay esperanza tras la era Bud Black?

Con un inicio desastroso, la salida del mánager más exitoso en la historia de la franquicia marca un punto de quiebre en una temporada que ya apunta a ser histórica por todas las razones equivocadas

Un inicio que quedará en los libros... por las razones equivocadas

Los Colorado Rockies atraviesan uno de los peores comienzos de temporada en la historia de las Grandes Ligas. Con un récord de 7-33 al momento de la destitución de su mánager Bud Black, el equipo se encuentra al borde de establecer récords ingratos en la historia del béisbol profesional. Para ponerlo en perspectiva, ni siquiera los tristemente célebres Baltimore Orioles de 1988, que arrancaron la temporada con un 6-34, lo hicieron tan mal. La derrota por 21-0 ante los Padres de San Diego fue la gota que colmó el vaso. Esa noche, mientras el equipo era humillado en el diamante, el equipo de baloncesto local, los Denver Nuggets, también caía en playoffs. La ciudad vivió un domingo para el olvido.

Adiós al capitán del barco

Bud Black, quien hasta ese momento era el mánager con más victorias en la historia de los Rockies, fue destituido tras más de siete temporadas al frente del club. Black llegó al equipo en 2017 y, aunque no logró consolidarse como un habitual en playoffs, sí vivió algunos momentos destacados, incluyendo las apariciones en postemporada en 2017 y 2018. Durante su gestión, Black fue una figura respetada, especialmente por jugadores jóvenes como Kyle Freeland, oriundo de Denver, quien expresó: “Voy a estar más orgulloso del grupo por lograr esto (remontar la temporada) que de mi historia personal con Denver”.

Bienvenido, Warren Schaeffer: una nueva voz

La salida de Black dio paso a Warren Schaeffer, quien hasta ahora se desempeñaba como coach de tercera base y del cuadro interior. Schaeffer ha estado 10 años en el sistema de ligas menores de los Rockies, conociendo desde adentro el desarrollo de su talento joven. Sobre él, el gerente general Bill Schmidt comentó: “Por cómo se comunica y se relaciona con los jugadores, sentimos que era el momento de cambiar. Necesitábamos otra voz”. Schaeffer tendrá una tarea titánica: sacar a flote un equipo que es último en efectividad de su cuerpo de lanzadores, el que más carreras permite y también el que menos poncha a sus rivales. En ofensiva la cosa no es mejor: pese a jugar en el Coors Field —un estadio tradicionalmente favorable al bateo—, son penúltimos en carreras anotadas y primeros en ponches al bate.

La fuga de talento: un problema estructural

No se puede analizar el presente de los Rockies sin mirar el pasado reciente. Jugadores como Nolan Arenado, D.J. LeMahieu, Trevor Story y Jon Gray dejaron el club en los últimos años, mayormente como consecuencia de decisiones contractuales o falta de visión competitiva. El caso más emblemático fue el de Arenado, transferido a los St. Louis Cardinals en 2021 junto con cerca de $50 millones en dinero para completar el traspaso. Una salida que sigue siendo vista como uno de los movimientos más catastróficos en la historia moderna de un equipo ya de por sí afectado estructuralmente.

Kyle Freeland: el alma de un equipo caído

Las emociones de Kyle Freeland tras una salida donde permitió nueve carreras (cinco limpias) fueron una representación fiel del sentir de los jugadores que aún creen en el proyecto. Con tatuajes del área metropolitana de Denver (el código 303 y la altitud de una milla) en su brazo, Freeland expresó con lágrimas en los ojos: “Sigan creyendo en nosotros. No hemos terminado. Vamos a seguir trabajando”. Freeland debutó en 2017 bajo el mando de Black y fue clave en aquellas buenas campañas iniciales. Pero sus números han ido en picada, como los del equipo. Esta temporada su ERA se ha elevado por encima de 9.00, reflejando tanto sus propias dificultades como la ineptitud defensiva del resto de su equipo.

Más allá del campo: una identidad difusa

Los Rockies tienen una de las bases de fanáticos más leales a pesar del pobre rendimiento sostenido. Colorado es uno de los lugares con mayor asistencia promedio incluso en temporadas perdedoras, y aún así, la franquicia parece no corresponder con inversiones inteligentes ni con una verdadera reconstrucción desde las bases. La falta de una dirección clara ha sido señalada por expertos como Tom Verducci de Sports Illustrated, quien alguna vez calificó a los Rockies como: “una organización atrapada en la mediocridad, sin rumbo claro”. Luego de llegar a la Serie Mundial en 2007, donde fueron barridos por los Boston Red Sox, los Rockies no han logrado sostener una mentalidad ganadora en el largo plazo, participando en postemporada solo en 2009, 2017 y 2018. El resto ha sido una montaña rusa de malas campañas con momentos esporádicos de luz.

Un futuro difícil, pero no imposible

Para evitar terminar con más de 120 derrotas (solo superado por los 120 de los New York Mets en 1962), los Rockies deben ganar al menos 56 de los 96 partidos restantes. Algo que parece improbable cuando apenas han conseguido dos victorias consecutivas una sola vez en la temporada y han acumulado tres rachas de ocho derrotas al hilo. Para recordar el impacto de temporadas tan negativas, hay que mirar a equipos como los Detroit Tigers de 2003 (43-119) o los Chicago White Sox de 2023 (41-121). Ambos equipos necesitaron años y profundas reformas estructurales para siquiera pensar en volver a competir. Como lo señala el actual mánager de Detroit, A.J. Hinch —quien fue parte como jugador de aquel infame equipo de 2003—, "Incluso en una temporada terrible, eres uno de los mejores en lo que haces. Eso no se debe olvidar".

¿Qué debería hacer la gerencia?

El enfoque actual parece ser el darle oportunidades a jóvenes y traer una energía diferente desde el cuerpo técnico. Pero el verdadero cambio deberá llegar desde la oficina principal. Los Rockies necesitan un plan sólido de reconstrucción, inversión en desarrollo de talento, scoutings internacionales y decisiones de contrataciones coherentes. También deben afrontar una cultura organizacional que ha priorizado la mediocridad complaciente por años, sin presionar realmente por ser contendientes en una división donde conviven gigantes financieros como los Dodgers y aspirantes constantes como Padres y Giants.

La fidelidad de los fanáticos no puede darse por sentada

Coors Field sigue siendo un estadio lleno de vida y energía incluso durante estas épocas oscuras. Pero sería un error que la directiva siga confiando en una base de fanáticos leales sin ofrecer resultados. La paciencia tiene límite, y cada temporada desastrosa empuja más al público hacia la apatía. Michael Toglia, primera base del equipo, lo definió claramente: “Debemos tener la memoria de un pez dorado”. Es decir, seguir jugando como si cada partido fuera una nueva oportunidad. Pero eso no exime de que la organización tenga memoria y haga una autocrítica seria.

¿Puede Warren Schaeffer obrar un milagro?

La respuesta más honesta probablemente sea: no. Pero su llegada puede marcar el inicio de un cambio cultural, algo que los equipos con procesos exitosos comienzan antes de que los resultados se traduzcan en el campo. Schaeffer no es un nombre rimbombante, pero su conocimiento del sistema interno y su conexión con los jugadores podrían estabilizar el barco. Tendrá el apoyo del veterano Clint Hurdle, quien fue mánager del equipo hasta 2009 y ahora funge como coach en el banquillo. La dupla podría sembrar semillas para un futuro más competitivo si se les da las herramientas necesarias.

La temporada ya está perdida, pero el orgullo está en juego

Aunque las probabilidades de evitar una de las peores campañas de todos los tiempos son mínimas, los Rockies tienen aún la oportunidad de recuperar cierta dignidad deportiva. Y quienes más lo desean son los jugadores que, como Kyle Freeland, sienten el escudo como propio. Si la salida de Bud Black sirve para sacudir conciencias, tal vez esta temporada infame sea el punto de inflexión que el equipo tanto necesita. Porque, como recordó Hinch: “Incluso los peores equipos tienen talento. Solo hace falta encontrar quién guiará ese talento hacia algo mejor”.
Este artículo fue redactado con información de Associated Press