José Ramírez: El motor incansable de los Cleveland Guardians que cambia juegos con guante, velocidad y bate
La estrella dominicana revive la ofensiva de Cleveland con una actuación de tres bases robadas, una jugada defensiva clave y un liderazgo que lo convierte en uno de los jugadores más completos de MLB.
José Ramírez ha demostrado en múltiples ocasiones que no necesita sacar la pelota del parque para cambiar el destino de un partido de béisbol. El pasado lunes, el estelar tercera base de los Cleveland Guardians ofreció una clase maestra de cómo impactar un juego con varias armas: defensiva, velocidad e inteligencia en las bases.
Un líder total: más allá del bateo de poder
En la victoria de Cleveland 5-0 ante los Milwaukee Brewers, Ramírez se convirtió en el protagonista absoluto al robar tres bases, anotar una carrera fundamental y ejecutar una jugada defensiva clave que apagó una amenaza rival. Esta combinación de habilidades confirma lo que muchos ya sabían: Ramírez es uno de los jugadores más completos de la MLB actual.
“Trato de encontrar la forma de hacer daño de cualquier manera posible. Hoy fue robando bases”, dijo Ramírez tras el partido. “Siempre tengo el mismo enfoque: hacer daño de diferentes formas.”
Una defensa que cierra juegos
Una de las jugadas más destacadas del encuentro ocurrió en la parte alta de la séptima entrada, cuando los Brewers amenazaban con bases llenas. Un rodado exigente del bateador Andruw Monasterio fue perfectamente manejado por Ramírez, quien logró el out final del inning con un disparo certero a segunda base. De no haberlo hecho, Milwaukee se habría acercado peligrosamente en el marcador.
Stephen Vogt, mánager de los Guardians, elogió su inteligencia en el juego: “José sabe cuándo tiene que hacer esas cosas. Nos estaba costando generar ofensiva, Peralta nos tenía controlados... Él se embasa y dice ‘vamos a hacer que pase algo’. Y lo hizo.”
Tres robos que hacen historia
Además de influir en el juego con el guante, Ramírez desató una tormenta de velocidad en las bases. Robó segunda y tercera base tras un sencillo en la parte baja de la séptima, y luego anotó una carrera gracias a un doble de Gabriel Arias.
Con esas tres bases robadas, Ramírez llegó a 255 en su carrera, superando a Terry Turner (254) y colocándose como el tercer máximo ladrón de bases en la historia de la franquicia, solo por detrás de leyendas como Kenny Lofton (452) y Omar Vizquel (279).
Esta fue la tercera vez en su carrera —y la primera desde 2021— que Ramírez logra tres robos en un solo juego. También se convirtió en apenas el quinto jugador de esta temporada 2025 en lograr esa marca.
Cambio de ritmo: revitalizando una ofensiva dormida
Antes de este partido, la ofensiva de los Guardians había anotado solo una carrera en sus últimos 21 innings. Ramírez, al encender las bases con su agresividad, ayudó a despertar una alineación que parecía perdida contra la dominante actuación del abridor Freddy Peralta.
“A veces ni siquiera se trata de robar por velocidad, sino por oportunidad e inteligencia”, comentó Vogt. “Ramírez es un jugador cerebral. Sabe cuándo tiene que empujar al equipo.”
Una constante en base
Ramírez atraviesa una racha sólida con el madero también. Actualmente ostenta una racha de 11 juegos consecutivos embasándose y batea para .375 (15 hits en 40 turnos) con un cuadrangular y cuatro impulsadas en ese lapso. Además, se ubica sexto en las Grandes Ligas con 12 robos en la temporada.
“No se puede solo pensar en seguir robando más bases cuando ya ganas por tres o más carreras. También hay que considerar el riesgo físico y el momento del juego”, indicó refiriéndose a que no buscó una cuarta base robada tras un pasaporte intencional.
Un legado en crecimiento
Desde su debut en 2013, el jugador dominicano ha laminado una carrera construida sobre consistencia, visión del juego y una ética de trabajo envidiable. A sus 31 años, Ramírez ya suma más de:
- 1,300 hits
- 225 cuadrangulares
- 250 dobles
- 860 carreras anotadas
- 850 carreras impulsadas
Esto lo pone en camino hacia hitos estadísticos que le abrirían las puertas, eventualmente, al Salón de la Fama, si mantiene este nivel unos años más.
¿La cara de la franquicia?
Tras la partida de Francisco Lindor y otros nombres ilustres, Ramírez se ha establecido sin discusión como el jugador franquicia de los Guardians. Su estilo electrizante de juego, humildad fuera del campo y productividad constante lo hacen un ídolo en Cleveland y un ejemplo para la nueva generación de peloteros.
Vogt lo resume así: “Es simplemente divertido verlo jugar. Lo da todo en cada faceta y nunca se desconecta.”
La versatilidad, su arma letal
En una liga donde muchas superestrellas dependen casi exclusivamente del poder ofensivo, Ramírez construye valor al combinar varias herramientas: visión para robar bases, guante seguro, brazo fuerte, enfoque al bate y una tremenda lectura del juego. Es un tipo de jugador cada vez más raro y por eso tan valioso.
En ese sentido, ha sido comparado con otros históricos del béisbol caribeño como Roberto Alomar o David Wright, quienes también fueron completos en todas las fases del juego.
El impacto dominicano en la MLB continúa
Ramírez forma parte de una generación dorada de peloteros dominicanos que han alcanzado altísimos niveles en MLB. Junto con figuras como Juan Soto, Vladdy Guerrero Jr. y Julio Rodríguez, demuestra que el liderazgo, entrega y pasión de los jugadores caribeños sigue siendo uno de los motores más poderosos de las Grandes Ligas.
En el caso de Ramírez, esto no solo se manifiesta en las estadísticas, sino también en el clubhouse, donde es una referencia silenciosa, pero influyente entre veteranos y novatos.
¿El año del repunte para Cleveland?
Con récord positivo en la temporada y una división sin claro favorito, los Cleveland Guardians aspiran a regresar a postemporada. Si quieren lograrlo, su destino estará fuertemente ligado a la salud, rendimiento y liderazgo de José Ramírez.
Puede que no siempre atraiga los reflectores como otras megaestrellas, pero cuando ves un juego como el del lunes, recuerdas por qué Ramírez merece estar en cualquier conversación de los mejores jugadores del béisbol actual.
Y lo mejor: su forma de impactar no siempre requiere un jonrón. A veces, basta con guante seguro, piernas veloces y corazón de líder.