Elecciones bajo fuego: la creciente violencia política en México vuelve a sacudir a Veracruz
El asesinato de Yesenia Lara Gutiérrez expone el alarmante incremento de ataques contra candidatos locales en la antesala de las elecciones del 1 de junio
La violencia ha vuelto a teñir de sangre el proceso electoral en México. En esta ocasión, la víctima fue Yesenia Lara Gutiérrez, candidata a la alcaldía de Texistepec por el partido Morena. El ataque no solo segó su vida, sino también la de otras cuatro personas, incluida su hija. Esta tragedia marca el segundo asesinato de un candidato local en el estado de Veracruz durante esta contienda electoral, reflejo brutal de la inseguridad creciente que envuelve a los aspirantes a cargos municipales.
Un patrón de muerte en tiempos electorales
El crimen ocurrió el domingo mientras Lara Gutiérrez encabezaba una caravana proselitista en Texistepec, un municipio del sur de Veracruz con poco menos de 20,000 habitantes. El lunes, durante una conferencia de prensa, la gobernadora del estado, Rocío Nahle, confirmó que la hija de la candidata también fue asesinada en el ataque, en el que además resultaron heridas otras tres personas.
“Ningún cargo vale una vida”, sentenció Nahle, prometiendo justicia y asegurando que todo el poder del Estado se enfocará en garantizar unas elecciones pacíficas y democráticas.
Sin embargo, este crimen no fue el único acto violento cometido esa jornada. Más tarde, en la ciudad costera de Boca del Río, se reportó el asesinato de dos agentes federales en otro tiroteo, lo que agravó aún más el clima de inseguridad.
Veracruz: terreno minado para la política
Veracruz ha sido históricamente uno de los estados más peligrosos para los políticos locales en México. Según el Índice de Violencia Política Electoral de Etellekt, solo en los primeros cinco meses del año 2024 se registraron más de 30 agresiones contra actores políticos en el estado. La cifra incluye amenazas, secuestros y asesinatos.
El caso de Lara Gutiérrez se suma al de Germán Anuar Valencia, otro aspirante del partido Morena asesinado el 29 de abril mientras iniciaba su campaña en Coxquihui, al norte de Veracruz. Ambos crímenes tienen claros indicios de ser atentados dirigidos, donde los agresores sabían exactamente a quién atacar y cuándo.
La violencia electoral no es un fenómeno nuevo en México. Desde el año 2000, los comicios se han venido cargando de violencia, con picos especialmente alarmantes durante las elecciones de 2018 y 2021. Según datos de la consultora Integralia, entre septiembre de 2023 y abril de 2024 se han registrado más de 140 incidentes de violencia política en el país, con al menos 35 candidatos asesinados.
Las elecciones municipales, un campo de riesgo letal
En México, los candidatos municipales son los más expuestos a la violencia. Estos cargos suelen tener un control menor de recursos pero una relevancia crítica para los grupos del crimen organizado, que buscan influir en decisiones clave como la asignación de contratos públicos o el nombramiento de jefes policiacos locales.
“El poder local es el más útil para el control territorial. El narco busca alcaldes, no senadores”, declaró recientemente el analista de seguridad Alejandro Hope (†), quien investigó durante años la penetración del crimen organizado en la política mexicana.
De los 57 candidatos veracruzanos que han pedido protección oficial en 2024, no queda claro si Yesenia Lara Gutiérrez se encontraba bajo resguardo. La opacidad y lentitud en aprobar las medidas de seguridad para aspirantes es otro elemento que exacerba su exposición al peligro.
Un clamor social ahogado por la impunidad
En el velorio de Yesenia Lara en Texistepec, familiares y amigos no solo lloraban una pérdida, sino que también manifestaban una ira contenida por el constante peligro en el que viven.
“Estamos cansados de tanta inseguridad. Esto es terrorismo, no otra cosa”, exclamó Joaquín Fonseca, un simpatizante local. La palabra “terrorismo” ha comenzado a utilizarse cada vez más como descriptor de la crisis nacional de violencia, especialmente cuando se trata de ataques dirigidos a figuras públicas.
Un conocido de la familia, Cruz Morales, expresó su miedo a movilizarse por la noche o incluso salir a trabajar el campo: “No sabemos si vamos a volver”.
El efecto disuasorio: elecciones bajo amenaza
Uno de los efectos colaterales de esta espiral de violencia es el desánimo ciudadano para acudir a las urnas y, más preocupante aún, para participar como candidatos. Un estudio de Citizen Lab indica que, en municipios donde hubo violencia política durante campañas recientes, la participación electoral se redujo en promedio un 12% respecto a procesos anteriores.
Además, en múltiples entidades, algunos partidos han tenido incluso dificultades para atraer candidatos que completen las plantillas municipales. En algunos casos, los partidos han postulado a familiares de candidatos asesinados, no siempre por decisión propia, sino por presión comunitaria para mantener la representación.
Candidatos entre enemigos: crimen organizado y abandono institucional
El dilema es doble: por un lado, el crimen organizado elimina a quienes representan una amenaza a sus intereses; y por otro, existe un vacío institucional que no logra responder con eficacia ante estas agresiones sistemáticas.
A pesar de que el presidente Andrés Manuel López Obrador y, ahora, su sucesora Claudia Sheinbaum, insisten en presentar una narrativa de pacificación, los datos de violencia revelan incongruencias:
- En 2024, la Fiscalía General de la República ha abierto 53 carpetas de investigación por delitos electorales ligados a violencia.
- Solo 3 han derivado en órdenes de aprehensión.
- Según Data Cívica, más del 90% de los crímenes contra actores políticos siguen impunes.
Una democracia sitiada
El asesinato de Yesenia Lara Gutiérrez no solo es una tragedia personal, sino otra advertencia del marco en el que se juega la democracia mexicana. Ya no se trata únicamente de elegir entre partidos, propuestas o liderazgos, sino de elegir pese al miedo, pese a las ametralladoras, y pese al silencio institucional que muchas veces sigue a las balas.
Ahora, con las elecciones municipales del 1 de junio a la vuelta de la esquina, el reto no sólo será organizar una jornada libre y transparente, sino evitar que se convierta en otra fecha roja en el calendario de la violencia política.
Como dijo el maestro e investigador Leopoldo Maldonado: “Las elecciones son el espejo de nuestras libertades. Cuando ese espejo se rompe a balazos, lo que se refleja es un Estado ausente.”
Mientras tanto, en Texistepec, las flores secas comienzan a cubrir la tumba recién abierta de una mujer que, más allá de su partido, soñaba con transformar su comunidad. Hoy, su nombre forma parte de una lista que ningún país democrático debería permitir que siga creciendo.