El legado del Dr. Warren Hern y el cierre de una clínica crucial para abortos tardíos en EE. UU.

La clausura de la Boulder Abortion Clinic marca el fin de una era en el acceso reproductivo avanzado y plantea preguntas urgentes sobre el futuro de los servicios médicos compasivos en embarazos complejos

Un referente en salud reproductiva cierra sus puertas

Durante más de cinco décadas, la Boulder Abortion Clinic en Colorado se mantuvo como uno de los pocos refugios seguros para mujeres que enfrentaban embarazos en etapas avanzadas con diagnósticos devastadores. Fundada y dirigida por el Dr. Warren Hern, la clínica fue una pionera en brindar abortos en el segundo y tercer trimestre, especialmente en casos donde la vida del feto era incompatible con la vida o representaba un sufrimiento extremo.

En abril de 2024, Hern tomó una de las decisiones más difíciles de su carrera: cerrar la clínica. Con 87 años y tras enfrentar décadas de amenazas, protestas agresivas y desafíos económicos, Hern lo consideró inevitable. “Se volvió imposible continuar, pero cerrar es una de las decisiones más dolorosas de mi vida”, declaró.

Motivos del cierre: más allá del desgaste personal

La clausura de la clínica no fue una cuestión meramente personal ni profesional. Atravesó problemas estructurales que reflejan una crisis más amplia en el sistema de salud reproductiva estadounidense:

  • Problemas financieros: El procedimiento ronda los 10,000 dólares, habitualmente no cubiertos por seguros médicos. Cada vez más pacientes tenían dificultades para cubrir los costos.
  • Falta de sucesión: A pesar de trabajar con otros médicos durante años, nunca logró transferir la dirección de la clínica a otro profesional dispuesto a enfrentar los riesgos.
  • Riesgos de seguridad constantes: En 1988 dispararon cinco veces contra las ventanas del local. Hern y su equipo han recibido amenazas de muerte a lo largo de décadas.

La importancia de los abortos después de las 20 semanas

Según los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC), solo el 1% de los abortos en EE. UU. ocurren luego de la semana 21. Sin embargo, expertos estiman que la cifra real es ligeramente mayor, ya que estados como California no reportan sus datos en esta área.

¿Por qué una mujer abortaría tan tarde en el embarazo?

  • Diagnósticos tardíos de malformaciones fetales o condiciones genéticas severas (como trisomía 18).
  • Condiciones médicas que representan un peligro para la salud de la madre.
  • Dificultades en detectar el embarazo o acceder al sistema sanitario durante el primer trimestre, especialmente en zonas rurales o con restricciones legales.

Muchas de estas intervenciones no se tratan solo de derechos, sino de evitar el sufrimiento innecesario de un bebé que morirá al nacer o vivirá pocos días en dolor constante.

Historias humanas detrás de los números

Hannah Brehm, residente de Minnesota, voló a Colorado embarazada de más de 28 semanas tras conocer un trágico diagnóstico: el cerebro de su hijo no se desarrollaba. Los médicos le advirtieron que, de continuar, el bebé solo conocería el dolor. Ella y su pareja tomaron una decisión desgarradora: buscar una clínica como la de Hern. “No iba a permitir que mi hijo conociera el sufrimiento”, afirmó Hannah.

Sarah Watkins, desde Georgia, vivió algo similar en 2019. Tras un diagnóstico erróneo inicial, una ecografía a las 20 semanas confirmó que su bebé tenía trisomía 18. Hizo lo “correcto”, se cuidó todo el embarazo, pero la ciencia tiene límites. Sarah voló a Colorado. “No quería que mi hija sintiera dolor ni un solo segundo.”

El legado del Dr. Hern en el campo médico

Hern no solo practicó abortos. Fue uno de los pocos que desarrolló técnicas especializadas para casos tardíos. También diseñó instrumentos quirúrgicos para asegurar intervenciones menos invasivas y más seguras. Su dedicación no pasó desapercibida, pero tampoco fue sencilla.

Cinco colegas suyos fueron asesinados entre las décadas de 1990 y 2000. Uno de ellos fue el Dr. George Tiller, abatido en 2009 mientras asistía a una iglesia en Kansas. Hern, a pesar de amenazas y violencia, nunca dejó de trabajar: “Una de mis primeras pacientes, después de un aborto ilegal, me dijo ‘Por favor, nunca dejes de hacer esto’”, recordó entre lágrimas. “Así que no lo hice. Hasta ahora.”

Un panorama incierto tras el cierre

De acuerdo con la organización Later Abortion Initiative de Ibis Reproductive Health, menos de 20 clínicas en EE. UU. practican abortos luego de las 24 semanas. Solo tres realizan procedimientos a partir de la semana 28 en ciudades selectas: New Mexico, Washington, D.C. y Maryland.

Otras clínicas en California, Nueva York, Nueva Jersey, Oregón y Washington (estado) analizan caso por caso dependiendo de la salud maternal y fetal, lo que significa que el acceso es profundamente limitado y desigual. Además, 12 estados prohíben el aborto en todas sus etapas y otros cuatro imponen restricciones desde la sexta semana de gestación, lo que, en muchos casos, ocurre antes de que muchas mujeres sepan que están embarazadas.

¿Quién continuará el trabajo de Hern?

Jane Armstrong, terapeuta en Texas, terminó su embarazo en la semana 21 y ahora asesora a familias que enfrentan decisiones similares. “El Dr. Hern ha sido nuestro abanderado. Hoy necesitamos urgentemente a alguien más que levante esa antorcha”.

En Maryland, las doctoras Morgan Nuzzo y Diane Horvath abrieron una clínica de abortos en todos los trimestres tras la anulación de Roe v. Wade. Horvath advierte que la batalla es doble: por un lado, los ataques legales y logísticos para cerrar clínicas y criminalizar a doctores; por otro, asegurar atención digna, eficaz y empática para quienes más la necesitan.

Más obstáculos, pero también esperanza

Desde que la Corte Suprema anuló la protección constitucional al aborto en 2022, grupos como Fund Texas Choice han reportado un aumento en la demanda de abortos tardíos. La razón es simple: la necesidad de viajar, reunir documentación, conseguir permisos judiciales y clínicas disponibles, retrasa el proceso.

La consecuencia clara es que muchas mujeres terminan llegando demasiado tarde. Aun así, las organizaciones dedicadas a fondos para abortos afirman que hay una red cada vez más fuerte de solidaridad y resistencia dispuesta a hacer todo lo posible por mantener el acceso abierto.

Este tipo de atención aún está disponible”, insiste la Dra. Horvath. “Es más rara que hace unas semanas, pero nuestras puertas siguen abiertas, y algunas más también.”

El cierre de la clínica de Hern es más que una noticia médica o legal: es un llamado de atención sobre la fragilidad del derecho a decidir, incluso en momentos de agonizante diagnóstico. Un recordatorio de que detrás de cada cifra hay historias, decisiones valientes y vidas que deben ser respetadas y acompañadas con humanidad.

Este artículo fue redactado con información de Associated Press