Playoffs NBA 2025: Anthony Edwards, el verdugo de los Warriors, y el drama de los tiros libres en Nueva York
Edwards brilla ante Golden State, mientras el 'Hack-a-Robinson' revive un debate sobre la estrategia y el espectáculo en la NBA
Anthony Edwards: una estrella en ascenso que hace historia en los Playoffs
La noche del sábado 10 de mayo de 2025 será recordada por todos los seguidores de los Minnesota Timberwolves, gracias a la descomunal actuación de Anthony Edwards en el Chase Center de San Francisco. En un partido vital correspondiente al Juego 3 de las semifinales de la Conferencia Oeste, el joven escolta anotó 36 puntos —incluyendo un triple crucial desde la línea de fondo con solo 1:19 por jugarse— y lideró a los Wolves hacia una victoria por 102-97 frente a los Golden State Warriors, tomando una ventaja de 2-1 en la serie.
Edwards, que venía lidiando con un esguince de tobillo sufrido en el Juego 2, no mostró signos de resquebrajamiento físico y brilló con intensidad, reafirmando su estatus como una de las futuras caras de la liga. A su lado, Julius Randle completó un triple-doble (24 puntos, 12 asistencias y 10 rebotes), consolidando la potencia ofensiva de Minnesota.
¿Dónde está Curry? El impacto de su ausencia
La saga de los playoffs tomó un giro inesperado cuando se confirmó que Stephen Curry, el líder histórico en triples de la NBA, quedaría fuera debido a una lesión en los isquiotibiales. Sin su presencia en la cancha, los Warriors —aunque pelearon hasta el final— mostraron síntomas de inconsistencia ofensiva, especialmente desde la línea de tres puntos, donde fallaron todos sus intentos en la primera mitad.
Fue la primera vez desde 2007 que Golden State no logró encestar un triple en una mitad de un partido de playoffs. Aunque logaron recuperarse en el tercer cuarto con un 6 de 11 en triples y tomar ventaja momentánea (73-69), su fragilidad defensiva y errores en momentos clave les impidieron cerrar con éxito.
Jonathan Kuminga y Buddy Hield: esfuerzo no correspondido
A pesar de la derrota, no todo fue negativo para Golden State. Jonathan Kuminga brilló desde la banca con 30 puntos en una actuación muy eficiente (11 de 18 en tiros de campo), mientras que Buddy Hield aportó 14 puntos en la segunda mitad, incluyendo el primer triple de su equipo en el partido, 35 segundos después de iniciado el tercer cuarto.
No obstante, su producción ofensiva fue insuficiente. La falta de impacto defensivo en los tramos finales, sumado a la controvertida sexta falta y expulsión de Draymond Green con 4:38 en el reloj —tras una jugada polémica sobre Jaden McDaniels— dejó al equipo sin uno de sus referentes emocionales justo cuando más lo necesitaban.
Hack-a-Robinson: una vieja táctica que revive debates sobre el espectáculo
Mientras el Oeste ofrecía un duelo táctico y eléctrico, en el Madison Square Garden se vivió otra clase de teatro: el “Hack-a-Robinson”, una versión moderna del famoso Hack-a-Shaq utilizado en el pasado contra Shaquille O’Neal debido a sus problemas desde la línea de tiros libres.
En el Juego 3 entre los New York Knicks y los Boston Celtics, el entrenador de Boston, Joe Mazzulla, ordenó faltar intencionalmente a Mitchell Robinson, quien terminó con un doloroso 4 de 12 desde la línea (33.3%). Los fans de los Knicks trataron de apoyarlo con ovaciones cuando lograba encestar después de cinco fallos consecutivos.
“Es una posición difícil, especialmente a nivel mental”, reflexionó Jalen Brunson, capitán de los Knicks. “Tenemos que animarlo. Ganamos y perdemos juntos”.
Mitchell Robinson: el dilema táctico de los Knicks
Robinson es uno de los mejores defensores interiores del equipo neoyorquino y fue clave en la remontada del Juego 2, en el que los Knicks superaron por 19 puntos a Boston con él en cancha. Sin embargo, su ineficacia en los tiros libres —52% de acierto en su carrera, y solo 3 de 11 en los juegos jugados en TD Garden— obliga al entrenador Tom Thibodeau a tomar decisiones difíciles.
“Si mete los tiros, se queda”, dijo Thibodeau. “Si no, debemos evaluar si su presencia sigue siendo más beneficiosa que sus errores en la línea”.
Robinson, de 2.13 metros, es un pívot con gran eficiencia cerca del aro: ha llegado a tener temporadas por encima del 70% en tiros de campo, incluso encabezando la liga en 2019-20 con un imponente 74.2%. Pero esta habilidad no se traduce a los tiros libres, donde su falta de flexión en las rodillas y su mecánica rígida —lanzamientos en línea recta y sin arco— resultan en numerosos fallos.
Hack-a-estrategia: ¿debería ser legal en playoffs?
La utilización del Hack-a-Shaq ha generado gran controversia a lo largo de los años. Aunque la NBA ha modificado reglas para evitar el abuso de esta técnica, sigue siendo válida en ciertas situaciones, como ocurre en el tercer y cuarto cuarto si el jugador a falta está involucrado en la acción directa.
Los críticos aseguran que este tipo de táctica afecta el ritmo y la estética del juego. En contraste, entrenadores como Mazzulla defienden su uso apelando a la lógica estratégica: “Todo se basa en el proceso más que en el resultado. Si crees que eso te da ventaja en una posesión, entonces es válido.”
Balance de fuerzas: ¿pueden los Warriors y Knicks encontrar soluciones?
Para los Golden State Warriors, todo pasa por la evolución de Stephen Curry. Su regreso es esencial para reactivar el ataque desde la larga distancia, área donde históricamente han dominado los playoffs (su promedio de 3s por partido antes de este juego era de 15 por jornada).
Por su parte, los Knicks deberán encontrar nuevas formas de proteger a Robinson y tal vez acelerar su desarrollo como tirador. Otra opción es buscar más minutos para pívots suplentes o implementar ataques que disminuyan el incentivo a los rivales de aplicar esta táctica.
El drama continúa: calendarios actualizados
- Juego 4 – Timberwolves vs. Warriors: Lunes 12 de mayo en Chase Center
- Juego 4 – Knicks vs. Celtics: Martes 13 de mayo en Madison Square Garden
Las semifinales de conferencia de la NBA 2025 están ofreciendo una mezcla vibrante de drama, estrategia, emociones e historias humanas. Desde el surgimiento de nuevas figuras como Anthony Edwards hasta la lucha de Mitchell Robinson para contribuir a su equipo pese a sus limitaciones, los playoffs ofrecen mucho más que estadísticas: son una narrativa en movimiento sobre resistencia, adaptabilidad y pasión por el baloncesto.