La resiliencia y la lluvia de triples: Celtics y Nuggets reescriben el guion de los playoffs

Boston renace en Nueva York con una exhibición desde el perímetro mientras Porter Jr. desafía sus límites físicos para mantener con vida a Denver

Boston Celtics: de la desesperación a la dominación en el Madison Square Garden

Los Boston Celtics necesitaban enviar un mensaje tras dos derrotas en casa, y lo hicieron con un estruendo en el Game 3 de las semifinales de la Conferencia Este frente a los New York Knicks. Con un contundente 115-93 en el emblemático Madison Square Garden, los Celtics no solo volvieron a meterse en la serie, sino que recuperaron su identidad: la lluvia de triples imparable.

Después de una desastrosa puntería desde el perímetro en los primeros dos encuentros (25 de 100 en tiros de tres, incluyendo un récord negativo con 45 intentos fallados en el Juego 1), Boston encendió la mecha desde temprano. En el primer cuarto anotaron 6 de 7 triples, sacando una ventaja de 36-20 y silenciando al público neoyorquino. Al final terminaron con 20 triples en 40 intentos: 50% de efectividad pura.

Jayson Tatum y Payton Pritchard: ¡Bienvenidos de vuelta!

Jayson Tatum, señalado por su pobre desempeño en los dos primeros duelos (12 de 42 en tiros de campo en total), reaccionó como la estrella que se espera: 22 puntos, 9 rebotes y 7 asistencias. No solo fue eficiente, sino cerebral, liderando a su equipo con agresividad y lectura de juego.

Pero la gran revelación fue Payton Pritchard, elegido recientemente como Sexto Hombre del Año, quien firmó una noche memorable: 23 puntos con cinco triples. Su energía desde el banquillo revitalizó a una ofensiva verdiblanca que, hasta ahora, parecía oxidada.

Una fiesta de triples con historia

Boston fue el equipo con más triples anotados en una temporada regular en la historia de la NBA. Y aunque parecía haber olvidado esa magia en este comienzo de serie, en el Juego 3 demostró que las rachas también se rompen. En contraste, los Knicks tiraron apenas 5 de 25 desde la línea de tres (20%).

“Sabíamos que podíamos lanzar mejor. Nos mantuvimos fieles a lo que hicimos todo el año”, declaró Tatum tras el partido.

Además de sus estrellas mencionadas, Jaylen Brown (19 puntos) y Derrick White (17 puntos) contribuyeron en ambas facetas. La defensa también brilló, forzando malos tiros y limitando a un equipo neoyorquino carente de ideas.

New York Knicks: el déjà vu de una caída anunciada

Los Knicks sufren un mal recurrente: la incapacidad para sostener ventajas o aprovechar el impulso. El año pasado, también dejaron ir un 2-0 en estas mismas instancias. Ahora, el espejismo de una clasificación a las Finales del Este por primera vez desde el 2000 se desvanece.

Jalen Brunson (27 puntos) y Karl-Anthony Towns (21 puntos y 15 rebotes) estuvieron a la altura individualmente, pero el colectivo naufragó. Las decisiones tácticas del coach Tom Thibodeau fueron superadas ampliamente por la estrategia celta.

Además, el desacierto en los tiros libres (68.6%), potenciado por el 4 de 12 de Mitchell Robinson, costó caro, considerando que Boston lo convirtió en una estrategia: faltarlo intencionalmente.


Michael Porter Jr.: el símbolo de la resiliencia en los playoffs

Del otro lado del país, en la Conferencia Oeste, la historia toma un giro diferente: Michael Porter Jr. está jugando —y brillando— a pesar de una lesión en el hombro izquierdo que lo ha hecho sentirse como un jugador "de un solo brazo".

El alero de los Denver Nuggets sorprendió a todos al ser clave en la victoria en tiempo extra ante Oklahoma City (113-104) en el tercer juego. Lo hizo firmando una hoja estadística sobresaliente: 21 puntos, 8 rebotes y un increíble 5 de 6 en triples.

“No puedo guiar mi tiro con la mano izquierda... pero esto es playoffs y quiero al menos intentarlo”, dijo Porter tras el partido.

Jugar con dolor: el pan diario de Porter

Porter se lesionó la articulación acromioclavicular (AC) durante una jugada de disputa en la primera ronda ante los Clippers. Además, sigue lidiando con una condición llamada 'pie caído' provocada por sus operaciones de espalda. El soporte que usa en el pie incluso se rompió el mismo día de la lesión en el hombro.

Pese a ello, demuestra que el corazón no entiende de diagnóstico médico. Jugó infiltrado, con el hombro vendado y desafiando las limitaciones físicas que harían renunciar a otros. En los dos primeros partidos había sido casi invisible (3 de 18 en tiros de campo). En el tercero, fue el alma competitiva del equipo.

Denver se impone en la adversidad

Con Nikola Jokic en una noche discreta, Denver encontró en Porter la chispa necesaria. Su adaptación es un ejemplo: no solo aportó puntos, también contribuyó en defensa y rebotes defensivos cruciales, justo donde Oklahoma City es una amenaza permanente.

“Lo que está haciendo Mike es increíble. La mayoría ni siquiera podría vestirse con ese nivel de dolor”, dijo su compañero Jamal Murray.

Denver lidera la serie 2-1, y aparte de Porter, aparecen nombres como Aaron Gordon (clave con un triple que forzó la prórroga) y Christian Braun, baluarte en el contraataque. Los Nuggets promedian 20.1 puntos por contragolpe, liderando la liga.

¿Puede Denver completar la hazaña?

No será fácil: el Oklahoma City Thunder terminó la temporada regular con el mejor récord del Oeste (68-14). Su figura, Shai Gilgeous-Alexander, ya anotó 34 en el Juego 2 y promedia más de 22 por encuentro en estos playoffs.

Pero la experiencia y carácter colectivo de Denver, campeones defensores, es un intangible. Mientras sigan encontrando héroes inesperados como Porter, los caminos se mantendrán abiertos hacia otra Final de Conferencia —e incluso más allá.


Una narrativa compartida en dos costas

Los Celtics y Nuggets podrían parecer equipos en viajes opuestos, pero comparten algo esencial: un espíritu de lucha que los define en esta etapa. Boston encontró su química desde el triple cuando parecía haberla perdido. Denver halló en la perseverancia física de uno de sus jugadores una inspiración colectiva.

La pregunta es: ¿quién mantendrá el fuego vivo más tiempo? Aún queda camino por recorrer, y la intensidad solo aumentará. Estos playoffs han demostrado ser un campo específico donde la voluntad pesa tanto como el talento.

Lo que está claro es que, si el baloncesto es pasión, estrategia y resiliencia, estas dos franquicias están escribiendo nuevos capítulos dignos del libro más épico de la NBA.

Este artículo fue redactado con información de Associated Press