Fútbol, deportación y resistencia: Cuando una hinchada dice basta
La Brigada de Oro de Nashville SC cancela sus actividades en protesta por redadas migratorias que azotan a la comunidad latina en Tennessee
Más que un juego: el fútbol como espacio de protesta
El pasado sábado, mientras Nashville SC vencía 2-1 a Charlotte FC en un vibrante encuentro de la Major League Soccer (MLS), la ausencia fue protagonista. Ausencia de tambores, cánticos, banderas flameando y el tradicional tailgate prepartido que caracteriza a La Brigada de Oro, el grupo de apoyo oficialmente reconocido por el club.
¿La razón? Una decisión cargada de contenido político y social: cancelar las celebraciones como acto de solidaridad con la comunidad inmigrante, tras las recientes redadas realizadas por el Servicio de Inmigración y Control de Aduanas de EE.UU. (ICE). Más de 100 personas fueron detenidas en Tennessee desde el 3 de mayo, en lo que se ha considerado una de las operaciones más agresivas del último tiempo.
Las redadas que rompieron la fiesta
Según el Departamento de Seguridad Pública de Tennessee, en coordinación con ICE, se realizaron 588 paradas de tráfico en todo el estado, resultando en 103 personas detenidas. La cifra genera preocupación en un estado que, según datos del Migration Policy Institute, tiene un 9% de su población inmigrante en la zona metropolitana de Nashville, hogar de casi dos millones de personas.
La Brigada de Oro emitió un comunicado contundente en sus redes sociales:
“Durante tiempos difíciles, la familia se mantiene unida. Cuando uno de nosotros es afectado, todos lo somos. Y en este momento no parece prudente celebrar, aplaudir y festejar mientras tantas familias de nuestra comunidad están siendo separadas y destruidas”.
Este acto no fue meramente simbólico. Muchos miembros del grupo también boicotearon el partido, lanzando un claro mensaje a las autoridades y a la organización del club: el fútbol no es ajeno a la realidad social.
“No estamos todos aquí”
Algunas pancartas en el estadio resumieron el dolor comunitario. En inglés y español —el idioma de muchos de los afectados— se leyó: “We are not all here” / “No estamos todos aquí”. Un grito de denuncia y de tristeza que resonó entre las tribunas del Geodis Park. Aunque decenas de aficionados acudieron al estadio, la energía fue distinta.
Este acto recuerda que, en muchas ciudades de Estados Unidos, el fútbol se ha convertido más que en un deporte: en un espacio de pertenencia para comunidades históricamente excluidas. Especialmente la comunidad latina, que traslada su pasión futbolera desde los barrios de Jalisco o Managua a las gradas de estadios norteamericanos, buscando un refugio de identidad.
Fútbol e identidad migrante en Estados Unidos
Desde su expansión significativa a partir de los años 2000, la MLS ha impulsado campañas que apelan a la diversidad. Equipos como LAFC, Inter Miami y el propio Nashville SC cuentan con una base de seguidores fundamentalmente inmigrante o descendiente de inmigrantes.
En este contexto, grupos como La Brigada de Oro no son simples “barras bravas” o animadores de vitrina. Son entes organizados con profundos vínculos comunitarios, que realizan actividades benéficas, jornadas multiculturales y prestan apoyo legal a inmigrantes en situación vulnerable.
Este tipo de protesta no es nuevo. En 2019, por ejemplo, los grupos de apoyo de clubes como Portland Timbers y Seattle Sounders se enfrentaron a la MLS al exhibir pancartas con mensajes antifascistas, algo inicialmente prohibido por la liga.
Como dijo en ese entonces el analista de ESPN Taylor Twellman:
“Las gradas no son espacios apolíticos. Son una extensión del mundo real donde muchas realidades convergen en una sola pasión”.
El fútbol, terreno de disidencia
La acción de La Brigada de Oro revive una vieja tradición: el uso del deporte como forma de protesta. Desde los Juegos Olímpicos de 1968, cuando Tommie Smith y John Carlos alzaron el puño en el podio, hasta Colin Kaepernick arrodillándose en la NFL, el deporte estadounidense ha vivido choques entre espectáculo y política.
Lo ocurrido en Nashville también recuerda las tensiones migratorias que se intensificaron durante años de políticas restrictivas, especialmente desde 2017. Según Pew Research Center, en 2021 había más de 10.5 millones de inmigrantes indocumentados en EE.UU. Muchos forman parte esencial de industrias como la construcción, la hostelería y los servicios.
Para estos sectores, la amenaza de las redadas representa un trauma constante: la posibilidad real de que un viaje rutinario al supermercado termine con un familiar deportado.
Nashville: cruce cultural y racial
La ciudad de Nashville, conocida por su fuerte historia musical, vive una transformación demográfica desde hace dos décadas. Aunque sigue siendo predominantemente blanca, la población latina ha crecido exponencialmente gracias a flujos migratorios de México, Centroamérica y Sudamérica.
Ello ha revitalizado no sólo la economía local, sino también sus expresiones culturales. Y el deporte no se queda atrás. Nashville SC ha emergido como un punto de encuentro para diversas comunidades —anglófonas, afroamericanas, latinas e inmigrantes de Medio Oriente— que encuentran en el fútbol una vía de integración.
Por eso, cuando el Estado lanza acciones que vulneran los derechos de estos sectores, el silencio no es una opción.
Una decisión valiente en medio de la presión
Podría argumentarse que protestar implica asumir consecuencias. ¿Qué efecto tendrá esto para la relación entre el club y sus hinchas? ¿Será reconocido el gesto por la institución? ¿Podrá la MLS aceptar que sus supporters hagan política?
Hasta el momento, ni la directiva del Nashville SC ni la MLS han emitido un comunicado formal sobre la protesta. La omisión puede verse como una forma de evitar polémicas, pero también como una falta de solidaridad con una parte significativa de su base de aficionados.
Sin embargo, los hinchas no parecen desmotivados. “Esto no termina aquí”, afirmó uno de los voceros de La Brigada de Oro en redes sociales. “Seguiremos alzando la voz. Porque el fútbol también se juega fuera de la cancha”.
La MLS necesita a sus hinchadas latinas
En un contexto de expansión, con franquicias millonarias y estadios modernos, la MLS debe recordar quiénes están en la base de su crecimiento. Según Nielsen Sports, el 34% de la audiciencia televisiva de la MLS en 2023 era hispana. Y esta comunidad sostiene una cultura de fútbol que va más allá del resultado.
Por eso, gestos como el de La Brigada de Oro son una advertencia: sin justicia social, no hay fiesta. El fútbol, en tanto reflejo de la sociedad, debe incluir todas sus voces. Especialmente aquellas que fueron silenciadas durante décadas.