Alianza por la paz: Europa y EE.UU. presionan a Moscú por un alto al fuego en Ucrania

Líderes de Francia, Alemania, Reino Unido y Polonia se reúnen con Zelenskyy en Kyiv para reforzar la exigencia de una tregua de 30 días y allanar el camino hacia un acuerdo de paz duradero.

Por primera vez desde el inicio de la invasión rusa de Ucrania en 2022, los líderes de cuatro de las principales potencias europeas—Francia, Alemania, Polonia y el Reino Unido—llegaron juntos a Kyiv, manifestando una postura unificada frente al creciente clamor internacional por un alto al fuego.

Un gesto con carga simbólica y política

La llegada conjunta de los mandatarios europeos a la capital ucraniana marca un momento simbólico: no solo coincidió con la conmemoración del 80º aniversario del fin de la Segunda Guerra Mundial, sino que reafirma el papel de Europa como bloque activo en la búsqueda de una salida diplomática a un conflicto que ha dejado decenas de miles de muertos y desestabilizado una región entera.

Emmanuel Macron (Francia), Friedrich Merz (Alemania), Donald Tusk (Polonia) y Keir Starmer (Reino Unido) fueron recibidos por el presidente ucraniano Volodymyr Zelenskyy para luego rendir homenaje a los caídos en la llamada plaza de la Independencia de Kyiv. Ahí, en medio de las banderas azules y amarillas que representan a los soldados muertos, se registró uno de los gestos más solemnes de la jornada.

Un pedido coordinado de alto al fuego

Posteriormente, los líderes emitieron una declaración conjunta en la que respaldaron la propuesta de Estados Unidos de un cese al fuego inmediato y sin condiciones por 30 días. El objetivo: crear un espacio propicio para negociaciones de paz que pongan fin a más de tres años de guerra devastadora.

Reiteramos nuestro respaldo a los llamados del presidente Trump por un acuerdo de paz y exigimos a Rusia que deje de obstruir los esfuerzos para asegurar una paz duradera”, precisaron en el comunicado conjunto.

Contexto histórico: De la Segunda Guerra Mundial a una nueva lucha por la paz

La elección de la fecha no fue casual. El 10 de mayo se conmemoraron 80 años desde el fin del conflicto más sangriento de la historia contemporánea. La referencia al Día de la Victoria no solo busca recordar el sacrificio común contra el fascismo, sino también demostrar que las democracias europeas están nuevamente unidas frente a una amenaza internacional que pone en riesgo los principios básicos del orden internacional.

Necesitamos terminar esta guerra con una paz justa. Debemos forzar a Moscú a aceptar una tregua”, escribió el asesor presidencial ucraniano Andrii Yermak en Telegram.

La propuesta estadounidense: una tregua rechazada por Moscú

En marzo de este año, EE.UU. propuso un alto al fuego de 30 días tras reuniones diplomáticas en Yeda, Arabia Saudita. Mientras que Kyiv aceptó la iniciativa de inmediato, el Kremlin la rechazó, alegando que beneficiaría exclusivamente a Ucrania y sus aliados al permitirles reorganizarse y rearmarse.

Desde entonces, la violencia no solo ha continuado, sino que en algunos casos ha escalado. Moscú ha intensificado sus ataques sobre infraestructura civil y zonas residenciales a lo largo de los 1.600 kilómetros del frente de combate, dejando a su paso destrucción, muerte... y desesperación.

La 'coalición de los dispuestos'

En el marco de los esfuerzos por consolidar un futuro de seguridad para Ucrania, los líderes anunciaron una posible formación posbélica de una “coalición de los dispuestos”, que tendría como objetivo no solo reforzar al ejército ucraniano con asistencia técnica y de adiestramiento, sino también servir como fuerza de supervisión internacional para el cumplimiento de cualquier acuerdo de paz alcanzado.

Está previsto que esta coalición pueda colaborar en operaciones de mantenimiento de paz si se logra un armisticio o tratado formal entre Kiev y Moscú. Esta idea recuerda otras intervenciones multinacionales, como las misiones en la ex Yugoslavia en los años 90 o las operaciones de paz supervisadas por la OTAN y Naciones Unidas.

¿Por qué es clave este momento?

Analistas internacionales coinciden en que el conflicto ha llegado a una fase de estancamiento: ninguno de los dos bandos ha logrado avances territoriales significativos en los últimos ocho meses. No obstante, el precio humano y económico de prolongar el conflicto sigue aumentando. En palabras del general retirado Ben Hodges, excomandante de las fuerzas estadounidenses en Europa:

“El desgaste constante beneficia a Rusia, que está más acostumbrada al conflicto prolongado, pero perjudica a Ucrania y a sus aliados, que enfrentan disensos internos y fatiga política”.

Además, en un año cargado de eventos electorales (en Estados Unidos, el Parlamento Europeo y múltiples países del G7), la presión sobre los gobiernos democráticos se intensifica para demostrar eficacia diplomática y humanitaria.

¿Qué busca exactamente Moscú?

El Kremlin ha mantenido su demanda de que cualquier acuerdo contemple “garantías de seguridad” para Rusia, incluyendo el compromiso de una Ucrania neutral y sin membresía en la OTAN. Pero Ucrania insiste en que su soberanía e integridad territorial no son negociables, incluyendo la restitución total de los territorios ocupados.

Los analistas ven con escepticismo la posibilidad de que los líderes europeos logren arrancar una cesión inmediata del presidente ruso Vladimir Putin, especialmente mientras Rusia siga creyendo que su estrategia militar puede rendir frutos.

El rol del Reino Unido y Alemania: viejos actores, nuevos contextos

El peso del Reino Unido y de Alemania en esta iniciativa es significativo. Para Friedrich Merz, se trató de su primera visita a Ucrania como canciller alemán. Su predecesor, Olaf Scholz, fue criticado por la lentitud en el envío de ayuda militar a Ucrania. Merz parece querer marcar una línea más firme.

Por su parte, el primer ministro británico Keir Starmer ha mantenido el apoyo sólido que inició Boris Johnson y continuó con Rishi Sunak, consolidando el rol del Reino Unido como uno de los principales patrocinadores de la defensa ucraniana.

Un nuevo consenso europeo… y global

La visita simultánea de los mandatarios no sólo representa un nuevo hito diplomático, sino también la confirmación del compromiso europeo con una solución negociada, aún frente a las dificultades geopolíticas. Con el respaldo activo del gobierno de Donald Trump, Europa y Estados Unidos han apostado por una tregua como paso imprescindible para una paz verdadera.

El próximo paso será una reunión virtual ampliada para explorar la finalización de la hoja de ruta de la “coalición de los dispuestos”. Esta cumbre, que incluirá a otros países como Canadá, Italia, Japón y Estados bálticos, definirá si las promesas se transforman en acciones concretas.

En un mundo de alianzas frágiles y polarización creciente, el gesto de unidad en Kyiv se siente como un recordatorio de que la comunidad internacional aún puede ejercer presión positiva, incluso cuando Moscú prefiere los cañones al diálogo.

Este artículo fue redactado con información de Associated Press