Don Kelly: El profesor que vuelve a casa para rescatar a los Pirates
Tras despedir a su entrenador, Pittsburgh apuesta por una figura local llena de corazón y conocimiento para revertir una temporada que empezó con más dudas que victorias
El regreso del hijo pródigo
Don Kelly, nacido en Pittsburgh, ha recorrido todos los caminos posibles en el béisbol profesional. Desde jugar en las ligas menores hasta pasar por múltiples equipos de las Grandes Ligas, su trayectoria se ha caracterizado por la perseverancia, la inteligencia táctica y, sobre todo, una conexión innata con su ciudad natal. Ahora, a sus 45 años, se presenta ante el reto más desafiante de su carrera: levantar a los Pittsburgh Pirates de uno de los comienzos de temporada más flojos de su historia reciente.
Tras el despido de Derek Shelton, el mánager anterior, el gerente general Ben Cherington depositó su confianza en Kelly, hasta ahora coach de banca del equipo. "Tiene el corazón de un maestro", dijo Cherington, justificando así su elección por alguien que, más que imponer disciplina, busca inspirar.
Una nueva era desde el banquillo
Kelly hizo su debut como técnico interino justo antes de una serie de fin de semana contra los Atlanta Braves. No fue necesario ocultar los nervios, él mismo admitió sentir "mariposas en el estómago". Pero si algo podemos decir de Don Kelly es que nunca ha sido un tipo común en el béisbol. Nunca fue estrella, sino un comodín útil, ese tipo de jugador que aparece donde se le necesita y cumple sin estridencias.
Graduado de Point Park University, una pequeña universidad de artes liberales en el corazón de Pittsburgh, Kelly fue reclutado por los Detroit Tigers tras un verano prometedor en una liga colegial. Su carrera duró casi una década, pasando por equipos como los Tigers, Marlins y hasta una breve estadía en los mismos Pirates. Su rol como utility player le valió comparaciones con una cinta adhesiva: siempre disponible para cubrir cualquier necesidad. De ahí su credibilidad con los jugadores actuales, muchos de los cuales lo respetan no por su fama sino por su entender profundo del juego.
Un equipo al borde del colapso
Los Pirates comenzaron el fin de semana con una racha de siete derrotas consecutivas y una marca de 12-26, posicionándose en el último lugar de su división. El equipo ha mostrado falencias en todas las áreas, pero principalmente en la ofensiva, donde ocupan lugares de fondo en las principales métricas: promedio de bateo, carreras anotadas y porcentaje de embasado.
"Nadie esperaba esta situación, pero tampoco podemos pretender que continuará así para siempre", dijo Paul Skenes, actual Novato del Año en la Liga Nacional. Su afirmación subraya el ánimo general dentro del equipo: frustración, pero también una oportunidad de redención con el cambio en la dirección técnica.
¿Por qué Don Kelly?
En tiempos de crisis, las franquicias suelen acudir a símbolos. Kelly no es solo un exjugador del equipo; es uno de ellos. Se crió a solo 8 kilómetros del antiguo Three Rivers Stadium, y en su infancia, incluso llegó a pedir dulces en Halloween en la casa de Jim Leyland, legendario mánager de los mismos Pirates en años dorados.
Su paso por los banquillos comenzó en serio con los Houston Astros en 2018 como coach de banco, equipo que venía de ganar la Serie Mundial en 2017. A finales de 2019, fue llamado de regreso por Cherington, entonces nuevo gerente general de Pittsburgh, para ser mano derecha de Shelton durante los ciclos de reconstrucción.
Lo que está en juego
Queda poco menos de 120 partidos en la temporada 2025. El margen es amplio, pero también lo son los desafíos. Andrew McCutchen, ícono de la franquicia, fue claro: "Don puede hacer su parte, pero los que debemos empezar a rendir somos nosotros en el campo".
Parte de la debacle ofensiva del equipo se puede atribuir a las lesiones. Jugadores clave como el primera base Spencer Horwitz y el segunda base Nick Gonzales han estado ausentes durante gran parte del inicio de campaña. Esto ha obligado al equipo a rotar posiciones y utilizar parte del banco de Triple-A, sin encontrar una solución matemática al desplome ofensivo.
Más allá de la estrategia: el componente emocional
Kelly ha enfatizado que no planea cambiar su forma de ser ahora que está en el asiento principal del dugout. "Cuando los jugadores saben que te importa su desarrollo y que quieres que el equipo gane, eso se transmite en la cancha", declaró tras su primer día completo como mánager interino.
La falta de identidad del equipo fue otro punto importante. Kelly habló de un clubhouse tan silencioso como una biblioteca. Se plantea inyectar no solo estrategia sino energía, entusiasmo y propósito. "Quiero que disfruten jugar. A veces parece que se nos olvida que el béisbol también es alegría", dijo Kelly mientras admiraba el atardecer desde el PNC Park.
¿Un cambio de filosofía a mitad de temporada?
Históricamente, los cambios de mánager durante la temporada pueden tener repercusiones diversas. Según Baseball Reference, desde el año 2000, solo el 20% de los equipos que cambian de dirigente a mitad de campaña logran mejorar su récord lo suficiente como para competir por un puesto en postemporada. El caso más sobresaliente fue el de los Marlins de 2003 bajo Jack McKeon, que no solo recuperaron su nivel, sino que ganaron la Serie Mundial. Pero esos casos son la excepción.
En el mejor escenario, Kelly infunde suficiente cultura positiva como para sentar las bases del 2026, donde se espera un equipo más consolidado, con sus piezas jóvenes más desarrolladas y menos afectado por lesiones. Por ahora, la meta no parece ser alcanzar los playoffs, sino regresar a la senda competitiva.
Un hombre, una oportunidad
Las probabilidades están en contra de Don Kelly, pero él está acostumbrado a eso. Nunca fue la estrella, nunca partió como el favorito. Su camino hasta las Grandes Ligas fue siempre cuesta arriba; ahora, simplemente ha trasladado ese esfuerzo desde el campo al banquillo.
Como bien lo resumió en su primera rueda de prensa como mánager: "No sé exactamente qué va a pasar, pero lo que sí sé es que no vamos a dejar de intentarlo".