Blake Shelton: ¿Aún es country su corazón?
Con 'For Recreational Use Only', el ícono de la música country navega entre la nostalgia del bar y la gloria del pop comercial
¿Una estrella country entre dos mundos?
Blake Shelton lanza su decimotercer álbum de estudio con una declaración que plantea más dudas que certezas: “Stay Country or Die Tryin’”. Es una consigna que suena como un grito de guerra, pero también como una autointerpelación. ¿Sigue siendo country una de sus mayores figuras cuando su vida gira ahora en torno a Hollywood, a 'The Voice' y a su mediático matrimonio con Gwen Stefani?
Este nuevo álbum, titulado ‘For Recreational Use Only’, se presenta como un regreso a sus raíces, una especie de reafirmación personal en un momento clave de su carrera. Pero ¿hasta qué punto podemos tomarlo así? ¿Es una obra auténticamente country o una producción con tintes del género que busca asegurar su presencia en las radios?
Volver al bar, al campo, al dolor
Desde el primer track, Shelton introduce elementos narrativos y sonoros que remiten al imaginario del country clásico: botas cubiertas de polvo, cerveza fría, corazones rotos. En “Cold Can”, revive el ambiente de un bar vivido, lleno de rutinas y penas compartidas. En “Life’s Been Comin’ Too Fast”, canta sobre el paso del tiempo y los traumas que se quedan en el retrovisor. De hecho, muchos títulos del álbum parecen recordarnos que la vida sencilla y rural sigue alimentando su creatividad, aunque su día a día sea muy diferente.
La canción “The Keys” trae consigo un aire melancólico, como si cada nota fuera un suspiro por un amor perdido. Y “Don’t Mississippi” ofrece esa mezcla de sabiduría popular y resignación amarga: “You might die from a broken heart, but you ain’t gonna die of thirst.” ("Puede que mueras de un corazón roto, pero no morirás de sed").
Colaboraciones selectas y toque personal
El álbum no abusa de las colaboraciones, pero las que tiene están cuidadosamente elegidas. Craig Morgan aporta profundidad lírica y emocional en la evocadora “Heaven Sweet Home”, un canto a la muerte y al más allá cargado de esperanza.
El dueto con Gwen Stefani, “Hanging On”, es una delicada armonía de dos mundos que raramente se cruzan: el country y el pop californiano. Y la canción de cierre, “Years”, con Josh Anderson, es una despedida suave, casi confesional: una lenta despedida del pasado.
¿Un cowboy en la cima del pop?
No todo es guitarra acústica y banjo en este disco. La producción tiene un tono pulido y radio-friendly, pensado para conquistar audiencias masivas. Shelton claramente no pretende esconder su éxito comercial: aparece en el puesto 9 del ranking de giras globales de Pollstar con una recaudación promedio de $999,434 dólares por ciudad y más de 10,000 entradas vendidas por show. Su media de precio por boleto es de 96 dólares, lo que lo sitúa justo por debajo de leyendas como Chris Stapleton y Mary J. Blige.
- Top 3 de giras más exitosas del momento:
- Shakira – $5,847,162 (47,871 entradas promedio)
- Justin Timberlake – $1,678,697 (12,323 entradas promedio)
- Chris Stapleton – $1,646,380 (11,483 entradas promedio)
El éxito de conciertos como el de Shelton nos habla de la masificación del country pop, una categoría donde artistas como él encuentran terreno fértil para combinar tradición y marketing.
Nostalgia y ambición: un matrimonio complicado
Si bien sería fácil criticar a Blake Shelton por haberse apartado del country más puro, lo cierto es que él nunca ocultó su ambición. Desde sus inicios con Austin en 2001 hasta convertirse en coach televisivo en 2011, ha sabido usar su carisma para sobresalir dentro y fuera de la música.
Además, en un mundo donde muchos artistas country tradicionales quedan confinados a nichos rurales, Shelton ha llevado el espíritu vaquero a las grandes ligas del entretenimiento global.
“Siempre quise hacer que el country llegara a más personas”, dijo Shelton en una entrevista con Rolling Stone. “Pero eso no significa que voy a cantar reguetón mañana. El country sigue siendo la raíz de todo para mí.”
¿Es country una postura o una estética?
La pregunta sobre si Blake Shelton sigue siendo “verdaderamente country” tal vez no deba formularse en términos tan binarios. El mismo género ha cambiado radicalmente desde sus orígenes en Nashville durante los años 40 y 50, cuando figuras como Hank Williams y Johnny Cash daban forma a una nueva forma de narrar el dolor y el orgullo rural.
Hoy, la música country se ha fusionado con el pop, el rock, incluso el hip hop (pensemos en Lil Nas X y su explosivo “Old Town Road”). En este contexto, la obra de Shelton puede verse como un intento válido de actualizar el lenguaje country sin dejar de ser fiel a los sentimientos básicos del género.
Entre la autenticidad y el marketing
Lo que “For Recreational Use Only” consigue es dar una imagen de autenticidad apoyada en recursos familiares: letras que evocan el campo, estructuras melódicas clásicas, un léxico de cerveza, penas y redención. Pero detrás de esa imagen, hay una maquinaria de producción efectiva y expertamente calculada.
¿Es una contradicción? Tal vez. Pero es también una fórmula que funciona.
En defensa del showman
Mientras algunos puristas del country puedan quejarse de su evolución, el público responde con fervor. Las giras son exitosas, las canciones alcanzan número uno, y las colaboraciones siguen creciendo. El showman Blake Shelton, mediático, brillante, y ocasionalmente nostálgico, mantiene su relevancia y vigencia.
Y si ser country hoy también significa subir al escenario con Gwen Stefani y llenar estadios, entonces tal vez Shelton no haya cambiado tanto. Quizás solo ha adaptado sus botas al brillo de un mundo más grande.
Frases para recordar
- “Boots ain’t never seen easy street” – Letras que describen una vida dura, pero digna.
- “You ain’t gonna die of thirst” – Sabiduría country envuelta en whisky emocional.
- “Let Him In Anyway” – Una plegaria a Dios para recibir consuelo incluso cuando se duda.
Con 'For Recreational Use Only', Blake Shelton no solo vuelve a casa, sino que recuerda que esa casa puede tener muchas puertas. Y mientras haya historias que contar en una barra o al borde de un río, su voz seguirá teniendo lugar en la radio, en Nashville o en Hollywood.