Lamine Yamal y la noche que le negó la gloria a Barcelona
El joven prodigio brilló, pero su fallida definición al final del tiempo reglamentario marcó la diferencia entre soñar y alcanzar la final de Champions
En la historia del fútbol, existen momentos que marcan carreras, redefinen trayectorias y quedan tatuados en la memoria colectiva. El partido entre el FC Barcelona e Inter de Milán por la semifinal de la UEFA Champions League 2025 fue uno de ellos. En el centro de este drama: Lamine Yamal, el adolescente sensación de tan solo 17 años, cuyo talento ha sido celebrado por expertos, rivales y aficionados por igual. Pero esa noche en el San Siro dejó una herida difícil de cerrar.
La carrera meteórica de Yamal
Lamine Yamal, nacido en Esplugues de Llobregat el 13 de julio de 2007, ha sido parte de La Masía, la famosa cantera del Barça, desde muy temprana edad. Su ascenso al primer equipo rompió récords. Con apenas 15 años debutaba en LaLiga en 2023, y no tardó en convertirse en el jugador más joven en anotar con el equipo culé en competiciones oficiales.
En la selección española, no ha sido menos impactante. Debutó en 2023 y rápidamente se convirtió en el goleador más joven en la historia del combinado nacional, anotando en su primer partido oficial. Entre elogios de veteranos como Sergio Ramos, y comparaciones inevitables con Lionel Messi, la presión sobre sus hombros crecía partido tras partido.
Una semifinal para la historia
Barcelona llegaba al partido de vuelta de semifinales con un 3-3 tras un emocionante encuentro en Montjuïc. Yamal había marcado un gol espectacular en ese primer duelo, símbolo del cambio generacional que lideraba Hansi Flick. Todo estaba en juego para el choque en San Siro.
El partido comenzó con intensidad. Lautaro Martínez abrió la cuenta para el Inter, pero el festival de goles pronto se convirtió en una historia de ida y vuelta: Dani Olmo y Raphinha lideraron la respuesta azulgrana. El marcador global se mantenía parejo y el ambiente en Milán era eléctrico.
El momento fatídico
Minuto 96, ya en tiempo de compensación. Lamine Yamal se escapa por el costado, entra al área con decisión. Frente a él, Yann Sommer, el arquero suizo que tenía otros planes. Con una carrera cruzada y un ángulo decente, Yamal tantea su disparo con la zurda... y el balón acaba plácidamente en las manos del portero interista.
“¿Qué atajada recordaré?,” respondía Sommer a Sky Italia tras el encuentro, “la última, la de Lamine Yamal. Es un gran jugador y por fortuna no entró.”
Sommer fue nombrado MVP del partido no sólo por esa parada, sino por sus múltiples intervenciones ante el joven prodigio. Una de ellas en el minuto 77, cuando desvió un disparo de larga distancia que parecía destinado al ángulo superior.
La cruda reacción tras la eliminación
Al concluir los 90 minutos, con el marcador global 6-6, Yamal cubría su rostro con la camiseta, consciente de la ocasión perdida. Barcelona terminó cayendo 4-3 en la prórroga, cortesía de un gol de Frattesi, y el sueño de una nueva final europea se esfumaba.
Desde la perspectiva del hincha, la impotencia era palpable. Si alguien podía marcar esa diferencia, era él. Si alguien podía poner fin a la sequía europea desde 2015, era este niño que había encantado a todo un continente. Y sin embargo, hasta los elegidos fallan.
Yamal en cifras
- Debut en Champions League: 2023/24
- Goles en todas las competiciones 2024/25: 12 (6 en liga, 4 en Champions, 2 en Copa)
- Participación directa en goles esta temporada: 23 (12 goles y 11 asistencias)
A pesar de su juventud, sus estadísticas ya lo colocan como uno de los futbolistas más influyentes de LaLiga. Su promedio de regates exitosos por partido (3.4) y su nivel de efectividad en el uno contra uno (cercano al 60%) lo convierten en una pesadilla para cualquier lateral.
Del elogio al aprendizaje
Tras el final del partido, las redes sociales estallaron en apoyo al joven. Exjugadores del club como Andrés Iniesta y Carles Puyol compartieron mensajes de aliento. “Esto también es fútbol, Lamine. Se aprende más de las noches tristes que de las victorias.” escribió el veterano centrocampista, hoy leyenda del club.
Hansi Flick, en rueda de prensa, defendió a su jugador: “Jugó un partidazo. Nos dio profundidad, creatividad, ritmo. Está en proceso de formación y no podemos pedirle que lo haga todo. No es el culpable.”
La madurez emocional del entrenador alemán contrasta con el espectáculo mediático que apuntó a buscar un culpable. Pero la mayoría reconocía que fue el suizo Yann Sommer, arquero de 36 años, el verdadero responsable de que Inter esté en la final de Múnich.
¿Fracaso u oportunidad?
El fútbol suele ser cruel. Un segundo puede hundir semanas de trabajo y ensombrecer gestas individuales. Pero a largo plazo, estas experiencias son las que forjan verdaderos campeones. Messi falló un penal decisivo en la Copa América 2016 antes de alzar el trofeo en 2021. Cristiano fue criticado en 2004 antes de liderar a Portugal a su primer título internacional en 2016. Lamine Yamal está siguiendo ese camino.
Yamal no solo mostró temple y técnica en una semifinal de máxima exigencia, lo hizo con la naturalidad de quien sabe que el futuro le pertenece. Su control cercano, lectura de juego y descaro en el uno contra uno evocan al Messi de 2006 o al Neymar de 2011. El Barça deberá construir entorno a su talento, protegerlo, y permitirle fallar.
Una generación con futuro
Junto a Yamal, otros nombres como Pau Cubarsí, Fermín López, y Gavi están moldeando el renacer del club. El entrenador alemán ha apostado por ellos, y aunque la eliminación duele —más aún tras rozar la gloria—, el mensaje de futuro es claro: Barcelona está de regreso, solo que aún le falta tiempo.
Con la Eurocopa 2024 a la vuelta de la esquina, seguramente será parte fundamental de una selección española rejuvenecida. Y para Lamine, cada partido será una nueva oportunidad de demostrar que aquella noche en Milán fue solo una página triste en un libro lleno de conquistas.
“La vida a veces te enseña lecciones con un balón. Lamine aprendió esa noche. Y los grandes aprenden más de las lágrimas que de los trofeos.”
Inter lo ganó con merecimiento y estará en su segunda final europea en tres años. Pero el mundo del fútbol no olvidará que esa noche brilló un joven con el número 27 a la espalda que, a pesar de fallar, confirmó que quiere quedarse entre los grandes por mucho tiempo.