Acuerdo Comercial entre India y Reino Unido: Whisky, Autos y Estrategia Geopolítica en Juego
Tras más de tres años de negociaciones fallidas, Londres y Nueva Delhi concretan un acuerdo que puede redefinir sus economías —y sus juegos de poder.
El acuerdo que tardó años, pero llegó
Este 2025, India y Reino Unido finalmente han llegado a un acuerdo trascendental de libre comercio tras largas y complicadas negociaciones iniciadas en 2022. El pacto, celebrado por ambas naciones como “ambicioso” y “mutuamente beneficioso”, plantea una reducción significativa de aranceles para productos clave como el whisky escocés, cosméticos, autopartes y suministros médicos. En palabras del primer ministro indio Narendra Modi, se trata de una victoria para ambas economías.
El gobierno británico espera que este acuerdo impulse el comercio bilateral en 25.500 millones de libras anualmente (unos 34.000 millones de dólares), lo cual representa un paso estratégico clave del Reino Unido en su reconfiguración comercial post-Brexit.
Motivos históricos: el pendiente legado del Brexit
La firma de este tratado responde no solo a un interés económico sino también político. Tras la salida del Reino Unido de la Unión Europea en 2020, el país ha buscado desesperadamente reconfigurar su red de acuerdos comerciales. Boris Johnson, entonces Primer Ministro, prometió alcanzar un tratado con India antes del festival de Diwali en 2022. No lo logró.
Treinta meses más tarde, y tras el ascenso del Partido Laborista bajo el liderazgo de Keir Starmer, el histórico pacto ve finalmente la luz. Starmer no solo celebró el acuerdo como una victoria económica, sino también diplomática, destacando que posiciona nuevamente al Reino Unido como jugador influyente en el Indo-Pacífico.
¿Por qué importa tanto el whisky escocés?
Entre los productos más destacados en el acuerdo está el whisky escocés, cuyo arancel de importación pasará de un altísimo 150% actual a un 75%, y eventualmente bajará a 40% en diez años. India es el mercado de whisky más grande del mundo, no en volumen de importación, pero sí en consumo interno, con más de 250 millones de consumidores habituales.
Mark Kent, director ejecutivo de la Scotch Whisky Association, calificó el pacto como “transformacional”, y sostuvo que podría elevar las exportaciones de whisky escocés a India en 1.000 millones de libras en solo cinco años.
“Estamos abriendo una puerta a uno de los mercados con mayor potencial del planeta. Esta decisión cambiará el destino de los exportadores británicos de whisky.” —Mark Kent
Los autos británicos también salen ganando
El acuerdo también contempla una fuerte reducción de aranceles a la exportación de vehículos británicos a India. Actualmente, estas tarifas superan el 100%. Bajo el nuevo tratado, se reducirán a un modesto 10%, aunque bajo un sistema de cuotas.
Este punto tiene implicaciones económicas importantes para marcas británicas como Jaguar Land Rover (que, irónicamente, es propiedad del conglomerado indio Tata Motors), pero también para constructores medianos que han visto en India una oportunidad de expansión frente al mercado saturado europeo.
India y su estrategia económica global
Para Modi, este acuerdo va mucho más allá del comercio. India ha estado jugando una partida muy matizada entre Estados Unidos, China, la Unión Europea y ahora también Reino Unido. Al abrir su economía a productos británicos, India demuestra una nueva fase de apertura estratégica moderada, especialmente en sectores donde podía antes imponer proteccionismo bajo la excusa del desarrollo interno.
Pero no todo es altruismo económico. India busca posicionarse como hub de producción global definido por reglas comerciales flexibles, atrayendo inversiones tecnológicas y manufactureras que estén buscando alternativas a China en el contexto geopolítico actual.
¿Y qué gana Reino Unido?
- Aumenta su presencia en el mercado asiático más prometedor del siglo XXI.
- Reduce su dependencia comercial de Europa, en línea con la doctrina Brexit.
- Ofrece un mensaje político interno de competencia económica global, tras un período de estancamiento post-pandemia.
Además, el acuerdo proyecta la imagen de que el Reino Unido puede negociar bilateralmente con grandes economías como India de igual a igual, lo cual era un argumento central del movimiento pro-Brexit desde tiempos de David Cameron.
Obstáculos previos y electoralismo postergado
Uno de los principales bloqueos a este acuerdo fueron las divergencias sobre visados para profesionales indios en Reino Unido. Bajo el gobierno conservador, los roces migratorios detenían cualquier intento de cerrar el pacto. Con Starmer al frente, esa política fue suavizada, lo que terminó facilitando el consenso diplomático.
A esto se suman las elecciones generales de 2024 en ambos países, que interrumpieron formalmente las negociaciones tras 13 rondas sin éxito. La reelección de Modi con mayoría reforzada proporcionó el respaldo político necesario desde Delhi. Por su parte, el Partido Laborista aprovechó el inicio de su mandato para marcar distancia del caos conservador anterior, reivindicando el acuerdo como propio.
Un pacto con aroma a Imperio… pero en clave moderna
Resulta imposible ignorar el simbolismo detrás de este tratado. India fue la joya del Imperio Británico hasta su independencia en 1947. Hoy, firma un acuerdo comercial desde una posición de poder casi paritaria con su antiguo colonizador. Es también una muestra de cómo el mundo ha cambiado frente al aplastante ascenso económico del sur global.
No obstante, el Reino Unido no se presenta como nostálgico de su antiguo dominio, sino como un socio comercial adaptado a las nuevas reglas globales, que sabe que para sobrevivir necesita abrirse a mercados emergentes en igualdad de condiciones.
¿Qué sigue? Un Juego Geopolítico Interesante
Mientras China enfría su relación tanto con Reino Unido como con India, y Estados Unidos comienza a aplicar nuevos aranceles que complican su imagen de apertura comercial, el acuerdo indo-británico sirve como tercera vía interesante.
En términos reales, ambas economías ganan. Pero en términos simbólicos y estratégicos, es la reivindicación de una relación que empieza a medirse en colaboración y no en dominación.
Habrá que ver si el acuerdo deja escuela para otros tratados similares, especialmente en la Commonwealth, donde varias excolonia británicas observan con atención lo que puede ser el nuevo modelo de relación post-imperial y post-Brexit.
Un acuerdo para mirar de cerca
Con la reducción de impuestos, el aumento de comercio bilateral proyectado y la articulación de una diplomacia comercial más avanzada, el pacto entre India y Reino Unido es ya uno de los eventos económicos más relevantes de 2025.
Habrá que observar cómo se implementa, si realmente beneficia al pequeño productor británico y si India logra equilibrar su crecimiento con intereses geoestratégicos. Pero lo cierto es que, en un mundo de acuerdos rotos y disputas comerciales, este tratado bilateral representa una bocanada de aire fresco.