Derechos en disputa: el debate por la igualdad de género en Bangladesh que enfrenta a religión, política y sociedad

Las reformas legales para equiparar los derechos de las mujeres musulmanas reavivan protestas islamistas en medio de un clima de transición política y tensiones religiosas

Una reforma legal polémica y una multitud en las calles

El 3 de mayo de 2025, más de 20,000 personas se congregaron cerca de la Universidad de Dhaka, en la capital de Bangladesh, para manifestarse en contra de una serie de reformas legales propuestas por una comisión del gobierno provisional. Las reformas, centradas en el objetivo de igualar los derechos legales de las mujeres musulmanas —especialmente en lo relativo a la herencia y propiedad—, fueron catalogadas como una amenaza directa a la ley islámica (Sharía) por parte del influyente grupo islamista Hefazat-e-Islam.

Los manifestantes portaban pancartas con lemas como “Di no a las leyes occidentales sobre nuestras mujeres” y “Levantémonos, Bangladés”. Para muchos de los participantes, las reformas no sólo comprometen principios religiosos, sino que representan un intento de imponer valores occidentales sobre una sociedad de mayoría musulmana profundamente tradicional.

¿Qué contiene la propuesta de reforma?

La comisión de reformas, creada por el gobierno interino liderado por el premio Nobel de la Paz Muhammad Yunus, busca actualizar varios marcos legales del país. Entre los temas más controversiales destaca la igualdad de derechos hereditarios entre hombres y mujeres, rompiendo con la norma tradicional, basada en la ley islámica, donde las mujeres por lo general heredan la mitad de lo que recibe un hombre.

Según el informe preliminar de dicha comisión, “la igualdad de derechos legales no puede postergarse más si Bangladesh aspira a convertirse en una democracia moderna y pluralista”. Este enfoque, sin embargo, ha sido recibido por importantes sectores religiosos como un ataque frontal a los valores fundacionales del país.

Sharía versus Constitución

En Bangladesh, donde el 90% de la población es musulmana, la legalidad civil y las normas religiosas coexisten de forma compleja. Si bien la Constitución del país establece derechos fundamentales de igualdad para todos los ciudadanos, la ley islámica es frecuentemente invocada en temas familiares, incluyendo matrimonio, divorcio y herencia.

La propuesta de armonizar las leyes civiles con un enfoque de igualdad de género ha sido vista por los grupos como Hefazat-e-Islam como un intento de debilitar la sharía. Su líder, Mamunul Haque, declaró durante la manifestación:

“Este gobierno de transición ha insultado los sentimientos religiosos de la mayoría al señalar nuestras leyes islámicas como responsables de la desigualdad. No lo permitiremos.”

¿Quiénes son Hefazat-e-Islam?

Hefazat-e-Islam es una organización islamista que ha ganado poder e influencia en la última década, sobre todo a través de protestas masivas y una fuerte retórica religiosa. Aunque en teoría no es un partido político, ha logrado ejercer presión significativa sobre el gobierno, especialmente en cuestiones sociales y educativas, exigiendo un mayor alineamiento con los principios de la sharía.

Su papel ha sido especialmente destacado tras la caída del gobierno de Sheikh Hasina en agosto de 2024. Desde entonces, Hefazat ha incrementado su perfil público y político, al tiempo que las minorías religiosas denuncian sentirse cada vez más vulnerables en medio del ascenso islamista.

La figura de Sheikh Hasina y el vacío de poder

Hasina, ex primera ministra durante más de 15 años, fue depuesta en medio de una ola de protestas, represión y denuncias de corrupción. Desde su exilio en India, sus seguidores señalan que se usaron como chivo expiatorio las acusaciones de represión estudiantil y persecución a opositores para justificar un “golpe disfrazado de transición democrática”.

La salida de Hasina dejó un vacío institucional que el gobierno provisional, encabezado por Yunus, ha intentado llenar con iniciativas modernizadoras. No obstante, el ascenso de los islamistas ha dificultado este esfuerzo, y cada medida de reforma es evaluada tanto en clave legal como religiosa.

¿Qué dicen los derechos humanos y la comunidad internacional?

Organizaciones como Human Rights Watch y Amnistía Internacional han aplaudido las recomendaciones de la comisión de reformas, destacando que Bangladesh tiene uno de los índices más bajos en participación femenina en la propiedad de bienes entre países con mayoría musulmana. Según datos de la ONU, sólo el 12% de las mujeres bangladesíes reportan ser propietarias de algún activo económico importante, como tierra o vivienda.

La ONU Mujeres subraya que garantizar el acceso igualitario a la propiedad puede tener un efecto transformador sobre la economía y la democracia, permitiendo mayor participación laboral, educativa y política de las mujeres.

La sharía como base normativa: ¿reformable o intocable?

El debate profundo que divide al país gira en torno a si la sharía debe ser considerada como una ley divina inmutable o si puede adaptarse a los tiempos. Líderes religiosos conservadores insisten en que modificar las prescripciones del Corán relacionadas con la herencia es equivalente a blasfemia.

Sin embargo, figuras musulmanas progresistas argumentan que muchas normativas actuales son interpretaciones culturales más que mandatos religiosos estrictos. En palabras del académico islámico Dr. Khalid Mahmud:

“La reforma es posible si se hace dentro del marco teológico. El Corán habla de justicia, pero nunca dijo que debamos estancarnos en prácticas milenarias que excluyen a las mujeres del progreso.”

La mujer musulmana en Bangladesh: entre la tradición y la modernidad

Las mujeres han sido un pilar económico y social fundamental en Bangladesh. Desde las trabajadoras textiles que sostienen gran parte del comercio exterior hasta mujeres líderes como Sheikh Hasina, las mujeres han demostrado su capacidad de liderazgo y resiliencia.

No obstante, todavía enfrentan múltiples barreras legales, religiosas y culturales. El Índice de Desigualdad de Género del PNUD ubica a Bangladesh en el lugar 129 de 189 países, evidenciando que aún queda mucho por hacer para lograr una verdadera equidad.

¿Qué podría pasar ahora?

Hefazat-e-Islam ha dado al gobierno hasta el 23 de mayo para retirar las propuestas de reforma, bajo amenaza de intensificar las protestas a nivel nacional. Además, han solicitado la disolución de la comisión de reformas y el castigo de quienes la conforman.

El gobierno, por su parte, ha iniciado rondas de diálogo con líderes religiosos e instituciones académicas islámicas, buscando una salida negociada que permita mantener la esencia de las reformas sin desestabilizar socialmente al país.

Mientras tanto, activistas por los derechos de la mujer denuncian amenazas y agresiones, al tiempo que alertan que ceder ante los sectores más conservadores podría significar décadas de retroceso en la lucha por los derechos humanos en Bangladesh.

La encrucijada es evidente: ¿Puede un Estado plural avanzar en equidad sin desafiar al fundamentalismo?

Este artículo fue redactado con información de Associated Press