Cómo el desorden digital y físico afecta tu salud mental (y qué hacer al respecto)

Desde la acumulación de papeles hasta la saturación de correos electrónicos, el caos cotidiano tiene un precio: nuestra salud emocional y capacidad de enfoque

¿Tienes un montón de cosas acumuladas en tu escritorio? ¿Pilas de papeles, cables sueltos, post-its que ya ni recuerdas qué significan y una bandeja de entrada que parece un grito de auxilio? No estás solo. Vivimos en una era marcada por la inmediatez, el consumo masivo y el multitasking digital. Y con ello, el desorden invade nuestras vidas físicas y digitales... con enormes consecuencias para nuestra salud mental.

El desorden, ese ladrón silencioso del bienestar

El desorden no es solo visualmente molesto; es un agente activo de estrés, ansiedad y baja productividad. Marietta Van Den Berg, psiquiatra y directora médica del Surrey Memorial Hospital en Canadá, lo define así:

"El desorden reduce nuestro ancho de banda mental. Afecta negativamente nuestra percepción del entorno y de nosotros mismos".

Un estudio de UCLA reveló que las mujeres que vivían en hogares densamente llenos de objetos tenían altos niveles de cortisol, la hormona del estrés. En estos entornos, el cerebro está constantemente decodificando estímulos, distrayéndose y sobrecargándose.

Cómo caemos en la trampa del caos

Matt Baier, organizador profesional en Connecticut, lo dice claro: “Clutter is just postponed decisions.” El desorden es simplemente la suma de decisiones pospuestas: dónde guardar algo, cuándo archivar un documento o si conservar ese cable duplicado.

Sumémosle el modelo de consumo actual —gracias Amazon—, y tenemos hogares y oficinas plagadas de cajas abiertas, artículos sin usar y devoluciones olvidadas.

Impactos del desorden en el trabajo y la vida personal

  • Fuga de tiempo: Buscar cosas perdidas consume horas semanales.
  • Confusión de prioridades: Entre el papel del permiso escolar, el folleto del banco y la lista de tareas, todo parece urgente.
  • Menor productividad: Las distracciones visuales afectan tu capacidad de enfocarte y tomar decisiones efectivas.
  • Autoimagen deteriorada: Vivir en el caos puede hacerte sentir incompetente u abrumado.

El “desorden digital”: el nuevo enemigo invisible

Quizá limpias tu escritorio cada cierto tiempo, pero ¿cuándo fue la última vez que organizaste tu escritorio digital? Tu computadora y tu teléfono también acumulan basura: capturas de pantalla duplicadas, archivos sin nombre, miles de correos sin leer.

Jenny Albertini, fundadora de Decluttered by Jenny, apunta que este tipo de desorden se ha convertido en un gran reto porque no lo vemos de forma tangible, pero sus efectos psicológicos son iguales o peores.

Cómo abordar el desorden sin frustración (y sin Marie Kondo)

No necesitas un fin de semana entero ni seguir modas de organización. Solo tiempo, constancia y estrategia. Aquí algunas recomendaciones de expertos:

1. Decluttering físico: objetos categorizados

Empieza categorizando objetos similares: bolígrafos, cables, documentos, recuerdos. Al juntar y visualizar cuánto tienes de cada uno, el descarte se hace más fácil. “No sabía que tenía cinco grapadoras...”, es una frase común.

Usa mesas plegables o escritorios limpios para clasificar. Coloca cajas o contenedores con etiquetas prácticas:

  • Basura
  • Reciclaje
  • Shredding/Papel para triturar
  • Otros cuartos (objetos que deben ser llevados a otro lugar)

Una vez categorizado, depura. Conserva solo lo funcional.

2. Papeles: la fuente tradicional de caos

Divídelo en cuatro categorías, como sugiere Baier:

  • Archivos activos: requieren acción inmediata (pagos, llamadas).
  • Frecuentes: usas semanal o mensualmente.
  • Pasivos: hay que conservarlos (ej. contratos) pero no se usan seguido.
  • Muertos: no sirven. ¡Adiós!

Hazlo una vez al año y luego mantén la rutina. Debería tomarte máximo 20 minutos si eres constante.

3. Decluttering digital paso a paso

El objetivo es el mismo: clasificar, reducir y ordenar. Algunas ideas para empezar:

  • Elimina presentaciones duplicadas y conserva solo la versión final.
  • Agrupa emails útiles por carpetas automáticas (clientes, proyectos, etc.).
  • Haz limpieza profunda de emails: ¿te sirve para trabajar hoy? Si no, bórralo o archívalo.
  • Con las mil fotos del mismo evento: guarda solo 2 o 3 que te encanten.

Hazlo en bloques de 15-30 minutos para evitar fatiga de decisiones.

4. Compra inteligente: piensa antes de añadir más cosas

Organizar no empieza al elegir cajones nuevos en Amazon. La mejor estrategia es evitar compras innecesarias. Reutiliza lo que ya tienes: cajas de móviles, latas decoradas o bandejas recicladas.

“No necesitas comprar organizadores caros. Mira a tu alrededor. Probablemente ya tienes soluciones prácticas en casa” — Renee Brown, experta en organización.

Haz del orden una rutina, no un evento anual

Empieza pequeño: 15 minutos al día. Usa temporizadores estilo Pomodoro. Hazlo divertido: escucha música o comparte la experiencia con compañeros por Zoom si se trata de la oficina.

Algunos lugares fomentan la organización semanal de bandejas de entrada y archivos digitales, convirtiéndolo en una práctica corporativa. Una cultura empresarial del orden puede reducir la fatiga y aumentar la eficiencia.

¿El orden nos hace más felices?

Hay evidencia de que sí. Tener control sobre tu espacio aporta calma, claridad mental y hasta mejora del sueño. En palabras de Van Den Berg:

“Un entorno caótico es una metáfora visual del caos interno. Cuando lo limpiamos, también damos espacio a nuestra mente para respirar”.

Así que guarda ese cable USB duplicado, libera tu escritorio de papeles sin sentido y archiva (o elimina) esos emails que llevan años esperando una respuesta. Tu mente y tu productividad te lo agradecerán.

Este artículo fue redactado con información de Associated Press