Okefenokee: el pantano que podría convertirse en Patrimonio de la Humanidad
Un ecosistema único, una causa ambiental bipartidista y un futuro en manos de la UNESCO
Un tesoro escondido al sureste de EE.UU.
Ubicado en la frontera entre Georgia y Florida, el Refugio Nacional de Vida Silvestre de Okefenokee representa uno de los ecosistemas más impresionantes e inalterados de Estados Unidos. Se trata del pantano de agua negra más grande al este del río Misisipi, cubriendo más de 400,000 acres (aproximadamente 161,800 hectáreas).
Okefenokee alberga más de 400 especies de animales: desde caimanes hasta cigüeñas americanas de patas largas, carpinteros en peligro de extinción y numerosas especies de reptiles, anfibios, aves e insectos. Su biodiversidad no solo resalta por cantidad, sino también por rareza. Y ahora, este impresionante rincón natural podría ser reconocido como Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, una designación que solo han recibido 26 sitios en Estados Unidos.
¿Qué significa ser Patrimonio de la Humanidad?
La UNESCO reserva esta etiqueta para sitios con “valor universal excepcional” para la humanidad. Desde 1978, solo un puñado de lugares ha alcanzado este estatus debido a su relevancia cultural, histórica o natural. Por ejemplo, algunos sitios de EE.UU. con esta distinción son el Gran Cañón, el Parque Nacional de Yellowstone y la Estatua de la Libertad.
La inclusión de Okefenokee significaría un salto cualitativo para la conservación y visibilidad del área. Aunque no impone regulaciones nuevas automáticamente, sí potencia su protección mediante el reconocimiento internacional, impulsa el turismo ecológico y ofrece herramientas para defenderlo frente a amenazas ambientales como la minería cercana.
¿Por qué ahora?
Aunque Okefenokee está en la lista preliminar de nominación desde 1982, no fue sino hasta diciembre de 2023 que el Departamento del Interior de EE.UU. lo propuso oficialmente ante la UNESCO. La candidatura cobró fuerza con el respaldo del Okefenokee Swamp Park, una organización sin fines de lucro que opera paseos en bote y otras actividades dentro del refugio. Este grupo logró recaudar $600,000 dólares para financiar el extenso expediente de casi 300 páginas exigido por la UNESCO.
La directora ejecutiva del parque, Kim Bednarek, declaró: “Lo realmente importante no es bajo qué administración se impulse, sino que este lugar tiene un valor intrínseco como maravilla natural que debe ser celebrada y protegida”.
Un apoyo inesperado desde la política
En un giro llamativo, Sonny Perdue, exgobernador republicano de Georgia y Secretario de Agricultura durante el mandato de Donald Trump, ha solicitado abiertamente a la actual administración del presidente Trump (tras su supuesto regreso al poder en 2025) que respalde la candidatura de Okefenokee.
En una carta al Secretario del Interior Doug Burgum, Perdue afirmó:
“Esta designación no es un tema partidista. Apoyar este esfuerzo asegura el legado de Okefenokee como maravilla natural mientras promueve crecimiento económico para las comunidades que lo rodean.”
Su carta fue revelada por el periódico local Atlanta Journal-Constitution y ha generado eco tanto en círculos conservadores como entre ambientalistas. Hasta ahora, la designación ha obtenido apoyo de ambos partidos políticos.
El gran "pero": la amenaza de la minería
Pese al entusiasmo general, una sombra se cierne sobre el pantano: la posibilidad de que una empresa minera, Twin Pines Minerals, obtenga permisos para extraer minerales justo en el borde del refugio.
La compañía sostiene que puede realizar las actividades sin causar daño al ecosistema, pero expertos ambientales advierten que cavar en los márgenes del Okefenokee, que actúan como su cuenca, podría tener efectos irreversibles sobre el flujo del agua y la biodiversidad.
El proyecto ha estado esperando la aprobación de reguladores ambientales de Georgia durante más de un año, y su desenlace podría generar un precedente contrastante: ¿puede una zona que busca reconocimiento universal permitir una actividad extractiva a metros de su perímetro?
Beneficios para las comunidades locales
Los defensores de la candidatura insisten en que la inclusión como Patrimonio de la Humanidad traería impactos positivos directos a las economías rurales de Georgia y Florida. Se estima que el turismo y las actividades educativas alrededor del pantano generarían más empleos sostenibles y además elevarían la conciencia ambiental nacional e internacional.
Actualmente, más de 150,000 personas visitan el parque cada año, y se anticipa que esta cifra podría duplicarse o incluso triplicarse con la designación oficial como patrimonio mundial.
Una joya de biodiversidad y cultura
El valor del Okefenokee no solo es ecológico. El pantano tiene una rica historia cultural, especialmente entre las comunidades nativas y afroamericanas que se han asentado cerca desde hace siglos. La conservación de estos saberes —desde técnicas tradicionales de construcción de barcas hasta medicina natural— también forma parte del intangible valioso que impulsa la nominación.
Además, su belleza natural ha servido de inspiración para artistas, compositores y cineastas estadounidenses desde principios del siglo XX. Algunos incluso consideran que parte de la ambientación del clásico animado “The Princess and the Frog” de Disney se inspira en los paisajes del Okefenokee.
El proceso frente a la UNESCO
La nominación aún enfrenta varios pasos antes de ser formalmente considerada por el Comité del Patrimonio Mundial. El siguiente hito será una visita oficial por parte del cuerpo evaluador de UNESCO al sitio, lo cual está previsto para algún punto de 2025. La votación final podría tener lugar en el verano de 2026.
Bednarek y otros líderes ambientales esperan que esta visita permita demostrar el verdadero valor natural del lugar y demostrar su integridad ecológica pese a las amenazas a su entorno.
Patrimonio natural en tiempos de polarización
Resulta sorprendente y alentador que en tiempos de intensa división política en EE.UU., el Okefenokee haya conseguido una unión de voluntades provenientes tanto de demócratas como republicanos. El mensaje es claro: hay lugares cuya importancia está por encima de ideologías. Tal como escribió Perdue:
“Apoyar esta nominación es apoyar la preservación de una joya de la naturaleza estadounidense. Está en nuestras manos protegerla para generaciones futuras.”
En un mundo donde la emergencia climática es cada vez más palpable, este tipo de consensos son más que necesarios: son una señal de esperanza de que aún es posible unir fuerzas para proteger lo que realmente importa.