El otro lado del calor: cómo los barrios pobres enfrentan el infierno climático en India

Mientras el planeta arde, comunidades vulnerables en Ahmedabad luchan contra temperaturas mortales con tecnología, ciencia e ingenio

Una rutina ardiente en Ahmedabad

A las 10 de la mañana, el termómetro ya marca más de 40 °C en la periferia de Ahmedabad, en el occidente de India. La vida en los barrios marginales de esta ciudad se ha convertido en una batalla diaria contra el calor abrasador que amenaza la salud y la vida de sus habitantes.

En Vanzara Vas, una comunidad de bajos ingresos que alberga a unas 800 familias, el calor es tan intenso que muchas personas prefieren permanecer al aire libre, bajo la sombra de árboles como el neem, cuya resistencia al calor es proverbial. Para Sapnaben Chunara, una madre de tres hijos y residente del vecindario, su casa de techo de hojalata no ofrece refugio alguno, más bien se convierte en un horno.

Un estudio con relojes inteligentes y techos reflectantes

Sapnaben forma parte de un grupo de 204 residentes que participan en un inédito estudio científico que utiliza tecnología portátil para medir el impacto del calor en comunidades vulnerables. Cada uno ha recibido un reloj inteligente que registra frecuencia cardíaca, calidad del sueño y otros indicadores clave.

Además, algunos hogares han sido seleccionados para recibir pintura reflectante en los techos, parte de una solución de bajo costo conocida como "techos fríos", diseñada para reducir la temperatura interior. A través de sensores térmicos instalados dentro de las viviendas, los investigadores esperan determinar el impacto real de esta tecnología.

El calor ya no es lo que era: la crisis se adelanta

En abril de 2025, Ahmedabad alcanzó los 43 °C tres semanas antes de lo previsto. Este adelanto no es casualidad. Según el Centro de Investigación sobre el Clima de India, eventos extremos como este son cada vez más comunes debido al cambio climático antropogénico.

En 2010, esta ciudad fue testigo de una tragedia: unos 1,300 fallecimientos en exceso, directamente asociados con una ola de calor sin precedentes. Esa crisis llevó a las autoridades a implementar planes de alerta temprana y preparación hospitalaria que hoy son modelo en otros puntos de Asia del Sur.

Pobreza y calor: una combinación letal

“A veces hace tanto calor que no puedo pensar con claridad”, comenta Sapnaben, mientras muestra su moderno reloj inteligente contrastando con sus coloridas pulseras. Para quienes viven en zonas como Vanzara Vas, el problema no es solo el calor, sino cómo enfrentarlo sin recursos económicos.

Según Abhiyant Tiwari, experto en clima del Natural Resources Defense Council, el aumento en las muertes relacionadas con el calor puede ser del 370% si el planeta se calienta 2 ºC más. Esa cifra es una sentencia de muerte para millones de personas en Asia y África.

Un efecto mundial: calor extremo en cuatro continentes

La investigación en Ahmedabad forma parte de un estudio global que también se lleva a cabo en Burkina Faso, Niue (una isla del Pacífico) y el desierto de Sonora en México. En todos estos lugares hay un común denominador: barrios marginales sin infraestructura apta para temperaturas extremas.

En palabras de Aditi Bunker, investigadora del University of Auckland y la Universidad de Heidelberg, “El cambio climático y el calor están devastando a las poblaciones. La pregunta es: ¿qué estamos haciendo para enfrentarlo?”

Del estudio a la acción: soluciones para comunidades olvidadas

Para quienes viven en Vanzara Vas, el estudio ha sido más que un proyecto científico. Ha representado una esperanza. El caso de Shantaben Vanzara es claro: sufre de diabetes, y el calor hasta ahora había empeorado su condición. Desde que pintaron su techo con pintura blanca reflectante, puede dormir unas horas por la noche, algo que antes parecía imposible.

“Antes sabíamos más o menos cómo eran las temperaturas en el año. Ahora no tenemos idea. Lo único cierto es que cada año hace más calor”, afirma Sapnaben.

Más allá de un reloj: evidencia para el futuro

El proyecto recopila datos de presión arterial, ritmo cardíaco, temperatura interior y exterior, y calidad del sueño. Estos indicadores permitirán diseñar políticas públicas específicas que protejan a las poblaciones más vulnerables.

Si los “techos fríos” prueban efectividad, hay planes para extenderlos a todas las viviendas del barrio. Esta es una intervención simple, escalable y asequible, algo esencial cuando se trata de poblaciones excluidas del sistema de salud formal.

El legado de Ahmedabad: ¿un modelo global?

Lo que comenzó como una respuesta local a una tragedia en 2010, hoy se perfila como un modelo de resiliencia climática urbana. La clave está en combinar tecnología, ciencia comunitaria e intervención pública para construir soluciones sostenibles que salvan vidas.

En el contexto climático actual, donde la Organización Meteorológica Mundial advierte que los años 2023 y 2024 han sido los más calurosos desde que se tienen registros, urgen ejemplos como el de Ahmedabad.

Y aunque el problema es global, su solución tiene rostro local: mujeres como Sapnaben, jóvenes como quienes recopilan datos, y científicos comprometidos. No se necesitan soluciones futuristas, sino voluntad política y justicia climática.

El futuro se cocina a fuego lento... y la mayoría ya lo está sintiendo

Más de 1,100 millones de personas —aproximadamente un octavo de la humanidad— viven en asentamientos informales que carecen de sistemas apropiados para lidiar con el calor, según la ONU.

“Si ignoramos el rol que juega la pobreza en la crisis climática, estaremos condenando a las mismas comunidades una y otra vez”, concluye Bunker.

Mientras tanto, en Vanzara Vas, se sigue viviendo con peticiones sencillas, como dormir unas horas en la noche o poder pensar con claridad. Esas demandas, tan humanas, nos recuerdan que el verdadero termómetro del planeta no está en el satélite más nuevo, sino en la muñeca de una madre que quiere cuidar a sus hijos aunque el mundo se esté calentando a una velocidad infernal.

Este artículo fue redactado con información de Associated Press