Vietnam: Historias que siguen vivas 50 años después de la caída de Saigón
De heridas personales a movimientos sociales: cómo la Guerra de Vietnam sigue afectando a quienes vivieron sus consecuencias
Una guerra que no terminó en 1975
Este 30 de abril se cumplen 50 años de la caída de Saigón, un suceso que marcó el final de la Guerra de Vietnam. Sin embargo, medio siglo después, los ecos del conflicto aún resuenan en la vida de miles de personas que fueron directa o indirectamente impactadas. Más allá de las cifras oficiales y las resoluciones políticas, la guerra dejó una huella imborrable en familias, veteranos y movimientos sociales.
En este artículo analizamos, desde una perspectiva humana y social, cómo tres historias personales representan diferentes maneras de vivir con el legado del conflicto. Desde la lucha de una hija por recuperar los restos de su padre desaparecido en combate, hasta las heridas psicológicas de un veterano indígena en Alaska, y el activismo que nació del tiroteo de Kent State, estas vivencias ofrecen un retrato profundo de una guerra que, para muchos, nunca terminó.
La búsqueda interminable: Jeanie Jacobs Huffman y la promesa de traer a su padre a casa
Jeanie Jacobs Huffman solo tenía cinco meses de vida cuando la guerra le arrebató a su padre, el Comandante de la Marina Edward J. Jacobs Jr. En 1967, el avión que pilotaba desapareció sobre el Golfo de Tonkín, en una misión fotográfica. Desde entonces, Huffman ha dedicado su vida a dar con sus restos y los de la tripulación.
Actualmente forma parte de Mission: POW-MIA, una organización sin fines de lucro que se dedica a encontrar a soldados desaparecidos en conflictos pasados. Ella misma ha diseñado un póster con los rostros de los 1.573 militares estadounidenses aún no localizados en Vietnam.
En junio de 2024, estuvo a apenas dos millas del lugar donde se halló el avión a 21 metros bajo el agua en la provincia de Thanh Hoa, Vietnam. En una emotiva escena acompañada por un traductor vietnamita que también perdió familiares en la guerra, ambos se adentraron en el mar, tomados de la mano, compartiendo lágrimas y duelo.
“Ese fue el momento más cercano a mi padre en 58 años”, relató. Su esperanza es que la Defense POW/MIA Accounting Agency realice el próximo año una búsqueda submarina.
“Incluso si solo se recupera un hueso o una placa con su nombre, todo eso significa el mundo para mí”, afirma la fotógrafa profesional.
El regreso a casa nunca fue el mismo: la redención de George Bennett
El veterano George Bennett sirvió en Vietnam entre 1966 y 1967, pero su auténtica batalla comenzó al volver a casa. Al arribar al aeropuerto de San Francisco en 1968, los manifestantes lo recibieron con insultos como “asesino de bebés” y hasta le escupieron. A él y a sus compañeros se les negó incluso el servicio en un restaurante del aeropuerto.
Perteneciente a la tribu Tlingit de Alaska, Bennett creció con valores indígenas tradicionales. La disonancia entre esos principios y las “atrocidades” de la guerra lo sumió en un agujero de vergüenza, culpa, alcoholismo y disociación cultural. Durante más de 30 años, vagó de bar en bar y de empleo en empleo, hasta que, con ayuda de su esposa Mary (con quien lleva 55 años casado), volvió a encontrar su camino.
Hoy reside en Sitka, Alaska, donde es el único enlace rural para veteranos del estado. Gracias a su trabajo, muchos excombatientes en zonas remotas han accedido por primera vez a beneficios médicos y psicológicos.
“Tuve que reencontrarme espiritualmente. Me siento un hombre sanado gracias a las raíces de donde vengo”, declaró frente a un tótem sagrado del consorcio de salud local.
La revolución desde el aula: Chic Canfora y los fantasmas de Kent State
El 4 de mayo de 1970 también marcó una tragedia. Durante una protesta contra la Guerra de Vietnam en la Universidad Estatal de Kent (Ohio), la Guardia Nacional abrió fuego contra los estudiantes. Cuatro murieron y nueve resultaron heridos, incluido el hermano de Chic Canfora.
“Ese día, mientras me tiraba al suelo para evitar las balas, comprendí el poder del Estado cuando decide silenciar las voces disidentes”, recuerda. Su activismo no cesó con el fin de la guerra: ahora es profesora de periodismo en Kent State y una firme defensora de la libertad de expresión en campus universitarios.
Visitar el Muro Conmemorativo de los Veteranos de Vietnam en Washington la conmovió aún más cuando observó cómo los nombres de los soldados caídos disminuían tras 1970. “Ahí ví el impacto de nuestro movimiento. De verdad ayudó a parar la guerra”, aseguró con lágrimas.
Comparando con el contexto actual, Canfora ve paralelismos alarmantes: represión a protestas estudiantiles, discursos políticos divisivos y censura universitaria.
“Hay estudiantes viviendo ahora lo que viví en 1970. Las universidades deben seguir siendo el lugar donde la conciencia de Estados Unidos se forma y se expresa”, reclama.
¿Un legado sin cerrar?
Más allá de las cifras —2,7 millones de estadounidenses lucharon en Vietnam, más de 58.000 murieron y unos 1.573 siguen desaparecidos—, el conflicto dejó una grieta emocional profunda. La Guerra de Vietnam partió en dos a la sociedad estadounidense: entre quienes vieron con honor la lucha contra el comunismo y quienes denunciaron una invasión imperialista innecesaria.
El año 1973 vio la aprobación de la Resolución de Poderes de Guerra, que limitó el poder presidencial de involucrar a tropas en conflictos militares sin autorización del Congreso, como un reflejo del desencanto post-Vietnam.
También transformó las universidades en centros de activismo social y pacifista, una tradición que persiste medio siglo después. Del luto por los caídos al trauma psicológico, pasando por la lucha por la memoria histórica, Vietnam sigue siendo una espina en el alma estadounidense.
Hoy, conmemoraciones como el Día Nacional de Reconocimiento para MIA/POW recuerdan que hay historias aún sin concluir.
George Bennett, Jeanie Huffman y Chic Canfora representan las múltiples caras de una misma herida: la que el tiempo no ha podido cerrar del todo. Al conocer sus voces, es imposible no pensar en una sociedad aún en proceso de reconciliación con su pasado.
Fuentes consultadas: Departamento de Defensa de EE.UU., Universidad Kent State, Mission: POW-MIA.