Temores económicos en EE.UU.: ¿Estamos al borde de otra recesión?
Entre aranceles, caída en la confianza del consumidor y un mercado laboral inestable, los estadounidenses enfrentan una creciente incertidumbre económica
La economía estadounidense está mostrando señales inquietantes: la confianza del consumidor se ha desplomado durante cinco meses consecutivos, alcanzando niveles no vistos desde mayo de 2020, en pleno auge de la pandemia de COVID-19. A esto se suma una retracción en las vacantes laborales y la inquietud ante la posibilidad de una recesión cercana. Con este escenario, resulta inevitable preguntarse: ¿están los Estados Unidos al borde de una nueva crisis económica?
Confianza del consumidor en caída libre
El índice de confianza del consumidor publicado por The Conference Board registró una caída de 7.9 puntos en abril, situándose en 86, su nivel más bajo en casi cuatro años. Este indicador es clave para medir el sentimiento de los hogares estadounidenses sobre su situación económica actual y sus expectativas futuras.
Lo más alarmante es la caída del subíndice que mide las expectativas a corto plazo sobre ingresos, contratación laboral y condiciones de negocios: descendió hasta 54.4, su nivel más bajo en más de 13 años. Para ponerlo en perspectiva, un valor inferior a 80 es señal histórica de recesión inminente.
“El consumidor estadounidense teme una tormenta económica y siente que ya puede oler la lluvia”, comentó Lydia Boussour, economista de EY-Parthenon.
El impacto de los aranceles de Trump
Uno de los factores que explica este sombrío panorama es el aumento de los aranceles comerciales bajo la administración de Donald Trump. Casi la mitad de los encuestados creen que estos aranceles traerán pronto una recesión, mientras que un tercio espera una desaceleración en la contratación laboral.
Trump ha impuesto tarifas de hasta el 25% a bienes importados, lo cual ha generado incertidumbre en los mercados, encarecido los productos de consumo y enturbiado las relaciones comerciales con aliados históricos como China, Canadá y la Unión Europea.
¿Caída estacional o patrón persistente?
Los críticos podrían argumentar que estas caídas son meramente estacionales debido al fin del impulso tras la temporada navideña. Sin embargo, los datos muestran una tendencia sostenida a la baja desde hace meses, tanto en confianza como en apertura de vacantes laborales.
Según el último informe del Departamento de Trabajo, las ofertas de empleo han caído a 7.2 millones en marzo, el nivel más bajo desde septiembre pasado. En comparación, en marzo de 2022 se contabilizaron 12.1 millones de vacantes, lo que representa una contracción del 40%.
Mercados volátiles, nervios de acero
Los mercados bursátiles también muestran signos de inestabilidad. El índice Nasdaq, compuesto mayoritariamente por tecnológicas, ha perdido un 10% en lo que va del 2025. El S&P 500 se retrajo un 6% y el Dow Jones perdió un 5%. Esta caída afecta especialmente a los hogares con mayores ingresos y a la franja de edad de 35 a 55 años, los cuales reportaron las mayores caídas en confianza.
Robert Frick, economista senior de Navy Federal Credit Union, subrayó: “Este es probablemente el momento de calma antes de la tormenta. Muchas empresas están aguantando a los empleados actuales, pero hay despidos pendientes en sectores clave como contratistas del gobierno o manufactura”.
El empleo resiste, pero con grietas
En contraste con la caída en vacantes, algunos indicadores del mercado laboral han sorprendido positivamente. El número de personas que abandonan voluntariamente sus empleos —considerado una señal de confianza en conseguir mejores oportunidades— ha crecido ligeramente. Además, los despidos cayeron a su nivel más bajo desde junio pasado.
No obstante, el sistema muestra fragilidad. El impulso que sostenía al consumo, gracias a los estímulos post-COVID y los ahorros acumulados, está retrocediendo. Y este retroceso es más notorio en los grupos sociales que habían recuperado poder adquisitivo durante la recuperación económica de 2021-2023.
Políticas gubernamentales en la mira
La incertidumbre no solo viene del frente económico, sino también del político. Las decisiones de la Casa Blanca, como los despidos federales masivos impulsados por el Departamento de Eficiencia Gubernamental liderado por Elon Musk, están generando preocupación sobre el rumbo estructural del empleo público.
Aunque los despidos se redujeron de 19,000 en febrero a 8,000 en marzo, hay una sensación generalizada de que se acerca una jornada más dura. Algunos expertos alertan que estos cambios podrían provocar una “purga silenciosa” de trabajadores cualificados.
¿Recesión a la vista?
Cada vez son más los economistas que ven señales alarmantes sobre una posible recesión en 2025. El índice de expectativas a corto plazo, por debajo de 55, sugiere que los hogares están más pesimistas que en 2009, en plena Gran Recesión.
El informe del PIB trimestral que se publicará próximamente mostrará si esta caída de confianza también ha alcanzado las decisiones de gasto. El consumo privado representa más del 65% de la economía estadounidense, por lo que una reducción sostenida podría iniciar un efecto dominó en producción, contratación y crecimiento.
¿Qué podemos esperar?
- Una posible contracción del consumo, especialmente en bienes durables como autos, electrodomésticos y viviendas.
- Desaceleración en sectores intensivos en exportación debido a los aranceles.
- Mayor presión sobre la Reserva Federal para ajustar las tasas de interés.
- Incremento en los despidos en los próximos seis meses, especialmente si la inversión empresarial se frena.
En las próximas semanas, habrá dos datos cruciales que definirán el tenor de esta posible tormenta económica: el reporte de crecimiento del PIB y el informe de empleo del Departamento de Trabajo. Si ambos indican retrocesos, será difícil frenar una narrativa pesimista en el electorado que, inevitablemente, impactará también en la campaña presidencial de 2025.