Playoffs al límite: Lakers y Rockets luchan contra la eliminación mientras emergen nuevas interrogantes

Entre cambios de liderazgo, lesiones devastadoras y un Oeste feroz, los playoffs de la NBA nos regalan una narrativa donde la desesperación y la esperanza colisionan en cada minuto de juego

La tensión se apodera del Oeste

La historia de la temporada 2024-2025 en la NBA no puede entenderse sin mencionar el caos estratégico y emocional que ha envuelto a dos pesos pesados del Oeste: Los Angeles Lakers y Houston Rockets. Ambos equipos, cargados de expectativas tras temporadas regulares dignas de titulares y cambios significativos en su estructura táctica, se encuentran ahora apagando incendios en la primera ronda de los playoffs.

Los Lakers, dirigidos por JJ Redick en su debut como entrenador, se ven al borde del abismo ante unos Timberwolves liderados por la nueva superestrella Anthony Edwards. Mientras tanto, los Rockets, renovados bajo las órdenes de Ime Udoka, han demostrado solidez defensiva pero carecen del poder ofensivo necesario para doblegar a unos Golden State Warriors que, a pesar de su irregularidad, siguen confiando en un dúo letal: Stephen Curry y un Jimmy Butler tremendamente resiliente.

JJ Redick: Una lupa sobre el debutante

Cuando los Lakers anunciaron que JJ Redick ocuparía el banquillo, muchos lo vieron como un movimiento audaz, cargado de modernidad y análisis teórico. Exjugador, analista de medios y podcaster influyente, Redick parecía traer consigo una visión táctica de altísimo nivel.

Pero los playoffs no perdonan. En el Juego 4, Redick dejó en cancha a su quinteto titular durante toda la segunda mitad, sin realizar una sola sustitución. El resultado: un equipo exhausto y sin respuesta ante el embate final de los Wolves. Anthony Edwards no dudó en decirlo públicamente: "Se veían cansados". Aunque Redick negó la fatiga como causa, argumentando más bien una tendencia ofensiva decreciente, lo cierto es que la decisión fue criticada incluso por fanáticos angelinos de hueso colorado.

Doncic y LeBron: Una sociedad sin química

No ayudó en absoluto que la superestrella recién llegada, Luka Doncic, apenas haya compartido 21 partidos con LeBron James antes de comenzar la postemporada. La falta de ritmo colectivo y entendimiento en momentos críticos ha sido palpable. Como el mismo Doncic declaró: “Pudimos haber ganado algunos juegos. Pequeños errores nos costaron caro, pero seguimos confiados”.

La combinación James-Doncic debería ser dinamita. Sin embargo, el baloncesto de alto nivel no se construye en la sala de prensa. Se cocina con sudor, repetición y confianza colectiva. Y los Lakers no han tenido tiempo de desarrollar esa receta.

Houston: una muralla sin pistolas

Lo de los Houston Rockets no deja de ser fascinante. Ganaron 52 partidos esta temporada, se llevaron el título divisional y su presión defensiva fue de las más sólidas en la conferencia. ¿El problema? Su líder anotador, Jalen Green, desapareció en el momento más crucial.

En el Juego 4 contra los Warriors, no sólo anotó apenas 8 puntos: no tomó un solo tiro en los últimos siete minutos de juego. Fred VanVleet tuvo un tiro limpio para empatar al final... y lo falló. Fue una oportunidad desperdiciada para emparejar la serie 2-2.

El coach Ime Udoka tiene fundamentos para seguir creyendo. Regresar a casa para el Juego 5 representa una nueva oportunidad de prender la chispa. Y si Green logra replicar su partido de 38 puntos de la segunda jornada, podríamos estar frente a una remontada histórica.

El caso Lillard: tragedia en cámara lenta

En paralelo a estos dramas, otra narrativa conmovedora se desarrolla en Milwaukee. Damian Lillard, uno de los guerreros más leales y explosivos de la última década, sufrió una rotura del tendón de Aquiles izquierdo en el Juego 4 contra Indiana. Doc Rivers, veterano entrenador con experiencia en todo tipo de situaciones, narró la desgarradora escena: “‘No puedo creer que estoy aquí’, me dijo. Pero luego añadió: ‘No me voy a ir así’. Eso es lo que lo define”.

La lesión no sólo pone fin a su participación en la actual postemporada, sino que levanta dudas sobre el futuro inmediato de su tándem con Giannis Antetokounmpo. ¿Será que la ventana competitiva de los Bucks se está cerrando silenciosamente?

  • Lillard apareció en solo 3 partidos de playoffs junto a Giannis desde su llegada.
  • Esta temporada promedió 24.9 puntos y 7.1 asistencias, rankeando en el puesto 10 de la NBA en ambas estadísticas.
  • Venía recuperándose de una trombosis venosa profunda en la pantorrilla derecha antes de esta nueva tragedia.

Los Bucks están 1-3 en su serie ante Indiana. El equipo sigue luchando, pero sin su base titular y sin Giannis, que también está fuera por una lesión en la pantorrilla, parece improbable que eviten un tercer descalabro consecutivo en primera ronda desde el campeonato de 2021.

¿Qué nos depara el futuro cercano?

Es imposible no preguntarse: ¿Qué implicaciones tendrá una eliminación temprana para franquicias construidas para ganar ya?

En el caso de los Lakers:

  • ¿JJ Redick conservará su puesto tras una salida prematura?
  • ¿Seguirá LeBron un año más si siente que el proyecto no tiene norte?
  • ¿Será Doncic el nuevo rostro absoluto de la franquicia?

Y en Houston:

  • ¿Buscarán una superestrella ofensiva para liderar?
  • ¿Se mantendrá el núcleo actual basado en defensa joven?

La presión por resultados no es exclusiva de grandes ciudades. La NBA se mueve con los vientos del win-now mode. No hay tiempo para “proyectos” cuando cada derrota puede provocar movimientos sísmicos en las oficinas ejecutivas.

Una emoción que no se finge

Pese a todo este escenario de caos, uno no puede evitar emocionarse. Estas historias, plagadas de sacrificio, ego, planificación imperfecta, lesiones y voluntad son la esencia misma de los playoffs. Anthony Edwards lo dijo mejor que nadie: “Estos son los momentos por los que vivimos”.

Amamos la NBA precisamente por noches como las que se avecinan, donde las probabilidades se tuercen, los héroes emergen del anonimato y la historia se escribe en cada jugada valiente. Aunque unos llorarán y otros celebrarán, todos seremos testigos de ese teatro que llamamos baloncesto.

¿Sobrevivirán los Lakers y Rockets... o serán víctimas más del despiadado Oeste?

Estemos atentos. El telón aún no ha caído.

Este artículo fue redactado con información de Associated Press