Los Primeros 100 Días del Segundo Mandato de Trump: ¿Transformación o Devastación?
Despidos masivos, guerras comerciales y ambiciones expansionistas marcan un inicio frenético en la Casa Blanca
Un regreso marcado por la acción ejecutiva
Donald Trump ha arrancado su segundo mandato presidencial con una intensidad que recuerda más a una operación de choque que a una transición institucional. En tan solo 100 días, ha firmado cerca de 140 órdenes ejecutivas, lo que lo pone a la par del ritmo de Franklin D. Roosevelt durante la Gran Depresión. Según el American Presidency Project, ningún presidente moderno ha utilizado el poder ejecutivo con tanta agresividad, incluyendo la imposición de centenares de miles de millones de dólares en nuevos aranceles y la reestructuración del aparato federal.
Tarifas que estremecen la economía global
Uno de los pilares del programa económico de Trump ha sido su agenda arancelaria. El mandatario ha impuesto tarifas del 145% a productos provenientes de China, lo que desató una represalia inmediata del gigante asiático con un 125% a productos estadounidenses. Aunque algunas categorías electrónicas están exentas, el temor a un desplome global es real. Wall Street tembló e incluso Trump tuvo que moderar algunas medidas: bajó a un 10% la tarifa base con una tregua de 90 días para renegociaciones.
Estas decisiones no han sido sin consecuencias. Tal como reportó CNBC, las presiones inflacionarias se han intensificado y al mismo tiempo han aumentado los temores de una recesión.
El impacto de los aranceles en la industria y el empleo
Trump ha argumentado que estas políticas permitirán reducir impuestos y proteger la industria nacional. Sin embargo, estados como Michigan —clave en su reelección— están sintiendo los efectos adversos. La tasa de desempleo estatal ha llegado al 5,5%, por encima del promedio nacional del 4,2%. Automotrices como Stellantis detuvieron temporalmente su producción en Canadá y México, mientras se despidieron temporalmente a 900 empleados en EE. UU.
Despidos masivos y reducción del aparato estatal
En línea con su promesa de reducir “el gobierno disfrazado de elefante obeso”, Trump ha iniciado una reestructuración radical liderada por su asesor Elon Musk, quien ahora encabeza el Departamento de Eficiencia Gubernamental. Más de 280,000 empleos federales han sido eliminados o están en riesgo. Esto incluye despidos masivos en agencias claves como el IRS, dificultando el cobro de impuestos y reduciendo capacidades estatales básicas.
“Estamos viendo la destrucción más sustancial de nuestras capacidades gubernamentales en la historia moderna”, advierte Max Stier, presidente de Partnership for Public Service.
Inmigración: deportaciones sin precedentes
Fiel a su retórica de campaña, la administración ha deportado a 139,000 inmigrantes en estos primeros meses. Aunque hay menos cruces ilegales en la frontera sur, organizaciones pro derechos humanos critican la ausencia de debido proceso. La Corte Suprema, por ejemplo, ordenó el regreso del salvadoreño Kilmar Abrego García, deportado pese a tener orden judicial que le protegía.
Trump insiste: “Estamos haciendo lo que prometimos. Algunos jueces no nos dejan actuar, pero resistiremos. Una nación fuerte no puede esperar dos años por un juicio migratorio.”
Gaza, Ucrania y una política exterior incendiaria
En el plano internacional, Trump no ha perdido tiempo. En Gaza, a pesar del anuncio de un “épico alto al fuego”, la situación se ha deteriorado, con más de 2.000 muertos adicionales desde marzo. Propuso vaciar la Franja y crear una suerte de Riviera del Medio Oriente, construida por desarrolladores estadounidenses.
Respecto a Ucrania, Trump pidió que Kiev ceda a Rusia más de 26.000 km² de Crimea para alcanzar la paz. “Hay que ser realistas”, señaló. El presidente Zelenskyy fue tajante: “No hay nada que negociar. Es nuestra tierra.”
El expansionismo del siglo XXI
Trump ha sugerido anexar Canadá y propuso intervención militar en lugares inesperados como Groenlandia y Panamá. Sus declaraciones han desconcertado incluso a aliados tradicionales de EE. UU. Además, propuso que el país tome control directo de Gaza tras la guerra contra Hamas.
Apoyo popular y desafíos políticos
Aunque solo 4 de cada 10 estadounidenses aprueban su gestión general, cifras del Pew Research Center indican que un 46% apoya su política migratoria. Sin embargo, hay grandes reservas sobre su enfoque: la mitad del país cree que ha ido demasiado lejos en sus políticas de deportación.
Trump defendió su accionar en una entrevista con Time: “Hago exactamente lo que prometí en campaña. Lo que estoy haciendo es salvar el país.”
Un estilo presidencial disruptivo
Declaraciones como “Yo dirijo al país y al mundo” resumen una postura que rompe todos los moldes de la diplomacia y la política tradicional. A diferencia de su primer mandato, Trump ha limitado sustancialmente sus actos públicos. Su regreso a Michigan marcó su primer evento masivo tras su reelección, en un estado que enfrenta ya las críticas más duras a sus políticas comerciales.
“Michigan es un estado con fuertes lazos con Canadá. No podemos estar reaccionando bien a lo que ha hecho”, reflexiona el encuestador Bernie Porn. Aun así, Trump mantiene su bravuconería: “No hago lo políticamente correcto. Hago lo necesario.”
El papel de Gretchen Whitmer y el dilema demócrata
La gobernadora de Michigan, potencial candidata presidencial en 2028, ha adoptado un enfoque pragmático. Aunque se ha opuesto a Trump en temas ambientales y sociales, ha buscado coincidir en áreas como el futuro de la base aérea de Selfridge. “Es el presidente, y hay que buscar puntos de entendimiento donde sea posible”, ha dicho, sin dejar de marcar distancia ideológica.
¿Estados Unidos o el mundo bajo fuego?
El saldo final de estos cien días es ambiguo: para sus partidarios, Trump está rescatando el espíritu nacional. Para sus críticos, está desmantelando la democracia desde dentro. Entre guerra comercial, militarismo velado, ataques al Estado administrativo y reformas extremas, el legado de este nuevo capítulo apenas empieza. Lo único claro es que, bajo Trump, Estados Unidos ha entrado en una era sin precedentes, donde “hacerlo a mi manera” es la nueva política oficial de la Casa Blanca.