Saigón 1975: El colapso final y la evacuación que cambió la historia
Una mirada crítica a las últimas 24 horas antes de la caída de Saigón que marcó el fin de la Guerra de Vietnam y el inicio de una nueva era geopolítica
Una retirada caótica con sabor a derrota
La mañana del 29 de abril de 1975, helicópteros de los Marines de los Estados Unidos comenzaron una de las evacuaciones aéreas más grandes de la historia moderna: la evacuación de Saigón. Durante casi 24 horas, más de 6.500 personas fueron rescatadas del colapso inminente del gobierno de Vietnam del Sur mientras tropas norvietnamitas se aproximaban desde las afueras de la ciudad.
El operativo, conocido como Operación Frequent Wind, fue el último movimiento de una guerra devastadora que había consumido a Estados Unidos durante dos décadas. Aunque los militares estadounidenses intentaron proyectar una imagen de orden, los testimonios y fotografías muestran multitudes desesperadas trepando los muros de la embajada para poder abordar un helicóptero, madres llorando entre soldados y refugiados aferrándose a la esperanza de escapar.
Un imperio que colapsa por dentro
Lo que parecía una intervención menor en los años 50, para evitar la expansión del comunismo, había terminado en una guerra prolongada, con más de 58.000 soldados estadounidenses muertos y entre 2 a 3 millones de vietnamitas fallecidos.
El final de Saigón no fue simplemente el fin de un conflicto bélico. Fue también la decadencia de la autoridad moral estadounidense en el contexto global de la Guerra Fría. Imágenes icónicas como el despegue del helicóptero CH-46 desde el edificio de la embajada se convirtieron en símbolos del colapso de una estrategia imperial.
Saigón y su carga simbólica
Saigón, capital del antiguo Vietnam del Sur, simbolizaba la esperanza occidental de contener al comunismo. Sin embargo, como señaló el periodista George Esper, quien cubrió la caída: “Fue como ver a una nación desmoronarse ante nuestros ojos”.
Durante las últimas horas del 29 y el 30 de abril, se vivieron escenas tan dramáticas que hasta los comandantes más altos quedaron desbordados. El embajador estadounidense Graham Martin fue uno de los últimos evacuados, y solo después de que el presidente Gerald Ford autorizara su salida personal.
La historia bajo los rotores de Helicópteros
La operación de evacuación utilizó en total 81 helicópteros que realizaron más de 1.000 vuelos entre la embajada y buques de la Séptima Flota en el mar de China Meridional. Muchos de los helicópteros surcoreanos y vietnamitas del sur que arribaban sobrecargados a los portaaviones eran literalmente empujados al mar para dar espacio a nuevas llegadas.
Según informes navales, uno de los episodios más dramáticos ocurrió cuando un helicóptero con mujeres y niños chocó contra otro que acababa de aterrizar en el USS Blue Ridge. A pesar del accidente, salvajemente peligroso, no se reportaron muertos gracias a una milagrosa maniobra de rescate.
Perspectiva geopolítica: la herida en la imagen de EE.UU.
La caída de Saigón tuvo impactos enormes a nivel global. Generó una crisis de confianza en las instituciones estadounidenses, tanto políticas como militares. La propia Doctrina Nixon, que apostaba por la vietnamización y la retirada gradual, quedó en entredicho.
Además, fue un punto de inflexión en la Guerra Fría, ofreciendo a la URSS y China un respiro y apoyo ideológico en sus estrategias de expansión comunista. Las políticas exteriores de las administraciones posteriores, como la de Jimmy Carter, se volvieron más cautelosas, priorizando derechos humanos y diplomacia por sobre intervención directa.
Inspiración futura: eco en otras crisis
Las escenas de Saigón han sido brutalmente comparadas con otras evacuaciones de Estados Unidos, especialmente la retirada de Kabul en Afganistán en agosto de 2021. Líderes como el presidente Joe Biden llegaron a declarar que “Afganistán no es Saigón”, aunque las similitudes en desesperación e imágenes mediáticas fueron inevitables.
El periodista y escritor David Halberstam dijo una vez que: “el verdadero legado de Vietnam es no haber comprendido sus lecciones”. Y tal vez esa sentencia resuene aún más fuerte casi 50 años después.
Humanismo en tiempos de guerra
Más allá de lo político y estratégico, la evacuación de Saigón fue una epopeya humana. Testimonios de civiles vietnamitas intentaron ser rescatados por helicópteros estadounidenses, como el caso de una madre con tres hijos que fue salvada en el último momento. “No sabíamos si viviríamos otro día”, relató años después en una entrevista con NPR una de las refugiadas de entonces radicada ahora en Houston.
En total, se calcula que más de 125.000 refugiados vietnamitas fueron recibidos en Estados Unidos en los meses subsiguientes, dando origen a lo que hoy es una vibrante comunidad vietnamita-americana en lugares como California y Texas.
El legado de las imágenes
Fotografías como la de Neal Ulevich donde civiles trepan desesperadamente los muros de la embajada, o la imagen de un tanque del Frente de Liberación Nacional ingresando al Palacio de la Independencia el 30 de abril han quedado grabadas en la historia de la humanidad.
La cobertura de la agencia AP y periodistas como Peter Arnett sirvió para documentar una narrativa alternativa al discurso oficial, mostrando el caos, la pérdida y el horror humano detrás del supuesto “retiro estratégico”.
Una opinión que dividirá generaciones
Mientras muchos políticos en Estados Unidos querían dejar Vietnam en el pasado, otros sectores, incluidos veteranos, periodistas y activistas, exigieron una revisión crítica del conflicto. El escritor estadounidense Norman Mailer fue tajante: “Vietnam nos hizo perder no solo hombres, sino también el alma”.
En Vietnam, el 30 de abril es celebrado cada año como el Día de la Reunificación. Para los vietnamitas del sur exiliados, es más bien un día de luto, particularmente para aquellos que abandonaron sus hogares, familias y toda su vida en cuestión de horas.
Entre los más lúgubres testimonios de esta tragedia está el caso de quienes no pudieron escapar y sufrieron persecuciones, campos de reeducación, exilio forzado o muerte.
¿Qué aprendimos realmente de Saigón?
¿Realmente aprendió alguien algo de Saigón? Hoy más que nunca, la caída de la ciudad se estudia en academias militares, escuelas de periodismo y círculos diplomáticos como un caso de estudio sobre cómo no manejar una retirada militar, ni una intervención internacional.
El periodista Craig Whitney dijo en 1976: “El fin de Saigón fue la más grande lección amarga para los EE.UU., porque demostró que el poder por sí solo no garantiza el éxito, ni la justicia”. Esa lección, aunque incómoda, sigue siendo necesaria.