La tragedia olvidada de Myanmar: un país atrapado entre terremotos y bombas
Un análisis sobre la desesperada situación humanitaria en Myanmar un mes después del devastador sismo de marzo de 2025
Un desastre natural en medio de una guerra sin tregua
El 28 de marzo de 2025, Myanmar fue sacudido por un devastador terremoto de magnitud 7.7, seguido por una interminable serie de más de 150 réplicas. La catástrofe afectó gravemente a seis regiones y estados del país, incluida la capital, Naypyitaw. Según informes de la televisión estatal MRTV, el saldo actual asciende a 3,769 muertos, 5,106 heridos y 107 personas aún desaparecidas.
Las consecuencias del terremoto en una Myanmar ya sumergida en el caos de una guerra civil son inimaginables: cortes generalizados de electricidad, destrucción de carreteras, puentes, edificios y una población desesperada buscando ayuda.
Cuando la destrucción natural no es suficiente: los bombardeos aéreos continúan
Lejos de unirse en la tragedia, el conflicto interno de Myanmar se ha intensificado. El proyecto Myanmar Witness, del Centre for Information Resilience con sede en Londres, documentó 80 ataques aéreos tras el sismo, incluyendo 65 bombardeos después del 2 de abril, fecha en la que supuestamente el ejército había decretado un alto al fuego.
"La población de Myanmar ya estaba de rodillas debido años de agresiones y conflictos armados", denunció Robert Dolan, director del proyecto Myanmar Witness. El doble golpe del terremoto y los bombardeos posteriores ha sumido a regiones enteras en una tragedia humanitaria de dimensiones históricas.
Una catástrofe humanitaria en números
- Más de 3 millones de desplazados internos debido a la guerra, incluso antes del terremoto.
- Casi 20 millones de personas en necesidad urgente de asistencia humanitaria, según la ONU.
- Temperaturas extremas de hasta 40 grados Celsius afectando a los desplazados viviendo en refugios improvisados.
- Más de 200 civiles muertos por bombardeos posteriores al sismo, incluidos al menos 24 niños (informe del Gobierno de Unidad Nacional en la sombra).
La preocupación por la propagación de enfermedades vectoriales y transmitidas por el agua está creciendo, debido a la acumulación de escombros y la falta de acceso a agua potable y saneamiento adecuado.
La lenta reconstrucción en una nación paralizada
En Naypyitaw, la capital política, edificios como los ministerios de Trabajo y de Relaciones Exteriores han sido demolidos para su reconstrucción. Un residente anónimo informó que varias oficinas ministeriales se trasladarán temporalmente a Yangon, antigua capital del país.
Mientras tanto, miles de personas continúan viviendo bajo toldos plásticos que no ofrecen protección contra las lluvias del monzón, cuya temporada comienza en mayo. Según la Federación Internacional de la Cruz Roja y la Media Luna Roja, los afectados presentan un "miedo abrumador" ante la posibilidad de nuevos sismos.
¿Dónde está la ayuda internacional?
Las restricciones impuestas por el régimen militar dificultan la entrada de ayuda humanitaria y el acceso de observadores independientes. A pesar de los intentos de organizaciones internacionales, la asistencia llega a cuentagotas.
"Las necesidades críticas siguen siendo refugios seguros, agua limpia, atención médica física y mental, servicios de protección y asistencia monetaria", subraya la Oficina de Coordinación de Asuntos Humanitarios de las Naciones Unidas (OCHA).
Contextualizando la raíz del conflicto
Para entender la devastadora situación actual de Myanmar hay que remontarse al golpe militar de febrero de 2021, cuando el ejército derrocó al gobierno legítimo de Aung San Suu Kyi. Los movimientos pacíficos de resistencia se transformaron rápidamente en conflicto armado.
Desde entonces, la llamada Junta Militar —oficialmente "Consejo de Administración del Estado"— ha gobernado el país mediante represión, censura y violencia sistemática. Grupos étnicos armados que luchaban por la autonomía se han aliado con el movimiento democrático en una resistencia sin precedentes.
La situación de los derechos humanos: un llamado urgente
La devastación provocada por el terremoto ha desnudado aún más las violaciones masivas de los derechos humanos en Myanmar. Según el informe de Myanmar Witness, los bombardeos posteriores a la catástrofe se dirigieron principalmente contra áreas civiles: mercados, zonas residenciales y templos religiosos.
El Consejo de Derechos Humanos de Naciones Unidas y Amnistía Internacional han condenado estas acciones, calificándolas como "crímenes de guerra" debido al ataque deliberado contra civiles.
¿Puede Myanmar recuperarse?
La combinación de catástrofe natural y guerra civil coloca a Myanmar frente a uno de los desafíos más difíciles de su historia contemporánea. La resiliencia de su pueblo, reflejada en actos como las donaciones en memoria de los fallecidos, representa una chispa de esperanza en medio del caos.
Sin embargo, sin una intervención internacional efectiva, un acceso pleno para los trabajadores humanitarios y un verdadero alto al fuego, Myanmar seguirá atrapada en un bucle de sufrimiento interminable.
La crisis actual nos recuerda que, en palabras de Robert Dolan: "Las capas de sufrimiento en Myanmar son difíciles de comprender". No podemos permitirnos mirar hacia otro lado.
Fuentes:
- Oficina de Coordinación de Asuntos Humanitarios de las Naciones Unidas (OCHA)
- Myanmar Witness | Centre for Information Resilience
- Federación Internacional de la Cruz Roja y la Media Luna Roja
- Televisión estatal MRTV