Los 100 días de Trump: ¿Justicia para sus seguidores o una vendetta contra sus críticos?

Un análisis a fondo del tumultuoso inicio del segundo mandato de Trump, entre represalias políticas, guerras comerciales y tensión institucional.

Un inicio de mandato marcado por la "retribución"

Donald Trump arrancó su segundo mandato con una clara promesa: "retribución" para sus seguidores. Desde el primer día, ha atacado a fiscales, universidades, despachos de abogados e incluso exfuncionarios que lo criticaron o reconocieron su derrota en las elecciones de 2020 frente a Joe Biden.

La purga en los organismos de inteligencia y el sistema judicial

Uno de los primeros movimientos de Trump fue ordenar la suspensión de las acreditaciones de seguridad para más de cincuenta exfuncionarios de inteligencia que, durante la campaña de 2020, firmaron una carta declarando que el caso de la laptop de Hunter Biden tenía rasgos de una operación rusa. Esta acción marcó el inicio de una purga que rápidamente se extendió a todo el aparato estatal.

Además, el Departamento de Justicia, bajo nuevas órdenes, despidió a los fiscales que participaron en investigaciones contra Trump, incluyendo miembros del equipo del fiscal especial Jack Smith. Trump también exigió conocer los nombres de los agentes del FBI involucrados en las pesquisas sobre el asalto al Capitolio el 6 de enero de 2021.

Castigos contra bufetes de abogados

Las grandes firmas legales, algunas de las cuales empleaban o habían empleado a fiscales que investigaron a Trump, fueron blanco de órdenes ejecutivas que les retiraban autorizaciones de seguridad, les prohibían el acceso a edificios federales y cancelaban contratos con el gobierno. Algunas de estas firmas optaron por negociaciones, acordando proveer cientos de millones de dólares en servicios legales gratuitos a causas promovidas por Trump.

Universidades bajo el ojo del huracán

Las universidades tampoco escaparon a las represalias. La administración Trump retiró $400 millones en financiamiento a Columbia University tras su manejo de protestas prouniversitarias contra la ofensiva militar en Gaza. La universidad, bajo presión, aceptó reformar sus políticas internas.

La Universidad de Pennsylvania enfrentó la suspensión de $175 millones en fondos federales debido a que permitió a una nadadora transgénero competir en 2022. Por su parte, Harvard, con $9 mil millones en fondos federales comprometidos, se negó a acatar las exigencias de Trump, enfrentándose a congelamientos de subsidios y una investigación sobre su estatus tributario.

Individualizando la venganza

Trump no se conformó con atacar instituciones. También utilizó memorandos presidenciales para ordenar investigaciones sobre individuos como Miles Taylor, exfuncionario de Seguridad Nacional, y Chris Krebs, exjefe de la Agencia de Seguridad de Infraestructura y Ciberseguridad. Ambos criticaron públicamente a Trump tras las elecciones de 2020.

En su empeño por debilitar a sus oponentes, Trump extendió su alcance hasta ActBlue, una importante plataforma de recaudación de fondos para demócratas, ordenando al Departamento de Justicia que abriera una investigación en su contra.

Una política económica intervencionista y controversial

Trump también buscó imponer su voluntad sobre la economía estadounidense a través de amplios poderes ejecutivos, evitando al Congreso, a pesar de que los republicanos controlan ambas cámaras. Su enfoque: imponer aranceles agresivos y remodelar alianzas comerciales estratégicas.

Desde su reelección, gravó las importaciones de México y Canadá, los principales socios comerciales de EE.UU., y elevó los aranceles sobre bienes chinos a un asombroso 145%. Asimismo, las tensiones con la Unión Europea aumentaron, mientras que Japón y Corea del Sur se apresuraron a renegociar acuerdos para evitar represalias.

Trump prometió que los ingresos de estas tarifas pagarían recortes de impuestos estimados en más de $5 billones a lo largo de diez años y reducirían la deuda nacional de $36 billones. Sin embargo, según The Budget Lab de la Universidad de Yale, las tarifas podrían recortar el ingreso disponible promedio por hogar en $4,900 anuales.

Impacto inmediato: mercados inestables y confianza desplomada

El panorama inicial de esta política económica es desolador: la confianza del consumidor ha colapsado y los mercados bursátiles continúan en un estado de extrema volatilidad. Economistas alertan sobre una posible recesión para finales de este año, justo cuando las políticas de Trump alcancen su máxima vigencia.

Incluso sectores beneficiados tradicionalmente por su administración, como el carbón y el petróleo, sufren ahora por el encarecimiento de materiales esenciales debido a los nuevos aranceles.

Howard Lutnick, Secretario de Comercio, declaró recientemente: "El presidente Trump asumirá plena responsabilidad de la economía a finales de año, cuando sus políticas estén completamente implementadas". Esta afirmación parece preparar el terreno para lo que podría ser un veredicto económico implacable.

Anuncios grandiosos, resultados modestos

Trump ha anunciado inversiones multimillonarias —como un presunto acuerdo de $500 mil millones entre OpenAI, Oracle y SoftBank— y la apertura de una nueva planta de acero en Luisiana patrocinada por Hyundai. No obstante, las tasas de construcción de fábricas cayeron en febrero y analistas independientes señalan que el impacto real de dichas inversiones es, hasta ahora, marginal.

Reviviendo una vieja estrategia: "América Primero" redefinida

Esta nueva etapa del mandato de Trump redefine su dogma de "América Primero" no solo como un lema de prioridad nacionalista, sino como una política activa de retaliación contra enemigos políticos, corporativos e institucionales. De alguna manera, recuerda estrategias atribuidas históricamente a regímenes autoritarios que consolidan poder a través de la represión y la intimidación de sectores críticos.

Trump parece decidido a moldear no solo al gobierno federal, sino al panorama cultural, educativo y económico del país. Como advierte William Kristol, veterano analista político: "No es simplemente un ajuste de políticas; es un rediseño institucional completo, impulsado por la venganza personal y el resentimiento político".

¿Una democracia en jaque?

La pregunta que queda en el aire: ¿hasta qué punto resistirá el sistema estadounidense estos embates sin comprometer sus fundamentos democráticos? Mientras Trump celebra sus avances y mantiene un firme apoyo en su base política, muchos observadores alertan sobre la fragilidad creciente del equilibrio de poderes y la erosión del debate público y plural.

Con tres años y medio aún por delante en su mandato, está claro que estos primeros cien días son solo un preludio de un periodo lleno de confrontaciones, polarización y una redefinición histórica —para bien o para mal— del rol presidencial en Estados Unidos.

Este artículo fue redactado con información de Associated Press