Cambie: La sala de consumo supervisado que está redefiniendo la estrategia antidrogas en Bogotá
Un refugio para usuarios de drogas que busca salvar vidas y cambiar políticas en América Latina
Un cambio radical en la estrategia antidrogas
En el corazón de Bogotá, Colombia, ha florecido un experimento radical que podría redefinir la lucha contra las drogas en América Latina. Se trata de Cambie, la primera y única sala de consumo supervisado de Sudamérica, operada por la organización sin fines de lucro Acción Técnica Social.
¿Qué es una sala de consumo supervisado?
Estas salas son espacios seguros donde las personas que usan drogas pueden consumirlas bajo la supervisión de personal médico, con acceso a equipos estériles, información sobre prácticas de consumo seguro y atención de emergencias en caso de sobredosis. El objetivo principal es reducir daños en lugar de criminalizar o forzar la abstinencia inmediata.
Una respuesta a una realidad innegable
Las políticas de "guerra contra las drogas" han demostrado ser ineficaces para erradicar el consumo. Según datos de la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (ONUDD), en 2022, aproximadamente 296 millones de personas consumieron drogas al menos una vez en el año. En vez de reducir la demanda, la represión ha causado estigmatización, encarcelamiento masivo y aumento de muertes por sobredosis.
David Moreno, trabajador de Cambie, lo resume así: "Cuando atendemos una sobredosis, no solo salvamos una vida; también damos la oportunidad de reconstruir una historia".
El rostro humano detrás de la iniciativa
Christian Camilo Amaya, uno de los usuarios frecuentes de Cambie, lleva un tatuaje que representa su lucha. Aunque reconoce los efectos dañinos de las sustancias, acude a Cambie porque allí encuentra seguridad y asesoramiento. "Me enseñaron a inyectarme de forma higiénica y a prevenir una sobredosis", confiesa.
Números que salvan
- Desde su inauguración en junio de 2023, 14 personas han evitado morir por sobredosis gracias a la administración de naloxona en Cambie.
- El 91% de los usuarios inyectan heroína, el 7% cocaína y el resto speedball (una peligrosa mezcla de heroína y cocaína).
- Actualmente hay 87 usuarios registrados, el 26% de ellos migrantes venezolanos.
Una ola que crece en América Latina
El proyecto no solo responde a una necesidad local, sino también apunta a generar un debate global. Por primera vez en 30 años, la Conferencia Internacional sobre la Reducción de Daños se celebró en América Latina, un reconocimiento al esfuerzo de Cambie y la administración de Gustavo Petro para repensar la política de drogas.
Petro ha sido claro: "Lo que está fracasando no son las drogas, sino la guerra contra ellas". En este contexto, Cambie es una punta de lanza para modificar ampliamente el sistema internacional de control de drogas impulsado por la ONU.
Modelos internacionales de inspiración
Para el diseño y operación de Cambie, los responsables recibieron asesoría técnica de programas similares en México, especialmente del proyecto de capacitación de reducción de daños dirigido por Verter en Mexicali.
Asimismo, Sam Rivera, director ejecutivo de OnPoint NYC en Nueva York, visitó las instalaciones y las calificó como "una versión miniaturizada de lo que estamos intentando en Estados Unidos". Nueva York, con dos centros de prevención de sobredosis en funcionamiento desde 2021, ha reportado una reducción cercana al 69% en muertes por sobredosis en esas áreas específicas (Fuente: OnPoint NYC).
Mitos y realidades sobre las salas de consumo
Existe una fuerte resistencia hacia este tipo de iniciativas. Algunos de los mitos populares incluyen:
- "Incentivan el consumo": Falso. El consumo ya existe en las calles; las salas simplemente lo trasladan a un entorno seguro.
- "Aumentan la inseguridad": Falso. En los lugares donde existen, la delincuencia relacionada con drogas ha bajado hasta en un 30%.
- "No ayudan a la rehabilitación": Incorrecto. Aunque no obligan a dejar de usar, las salas ofrecen acceso a servicios de salud, tratamiento de adicciones y vías de apoyo social.
Desafíos que enfrenta Cambie
A pesar de sus logros, Cambie enfrenta numerosos retos:
- Estigmatización social: Muchos ven la iniciativa como "legalización del consumo".
- Falta de financiamiento estable: La sostenibilidad depende de donaciones.
- Marco legal incierto: La legislación colombiana aún no reconoce oficialmente las salas de consumo supervisado.
Mucho más que un refugio
En la pequeña sala de apenas 6 metros de ancho, con tres cubículos provistos de material médico, suceden actos de heroísmo cotidiano. Como relata David Moreno, "el verdaderamente difícil no es revertir la sobredosis, sino sostener emocionalmente a quien acaba de sobrevivir".
La adrenalina los mantiene concentrados mientras salvan vidas, pero cargan el peso emocional una vez los usuarios se retiran. La historia de la joven que, tras sobrevivir una sobredosis, se autoagredía compulsivamente es apenas un ejemplo del enorme desafío humano que enfrentan.
¿El futuro de la política antidrogas en América Latina?
La experiencia de Cambie en Bogotá plantea una pregunta esencial: ¿Por qué no expandir estos modelos a más ciudades latinoamericanas? Ciudades como Buenos Aires, Medellín o Ciudad de México enfrentan realidades similares y podrían beneficiarse de una estrategia basada en la evidencia, alejada del castigo y enfocada en la compasión.
Según Talking Drugs, existen actualmente más de 100 salas de consumo supervisado en 11 países, entre ellos Canadá, Australia, Alemania, y Suiza (Fuente: TalkingDrugs). Resultados como:
- Disminución de muertes por sobredosis en áreas de influencia.
- Reducción de infecciones como VIH y hepatitis C.
- Menor basura de jeringas en espacios públicos.
- Mayor acceso a programas de rehabilitación.
¿Está dispuesta América Latina a dejar atrás tabúes y apostar por un modelo basado en la salud pública y no en la represión? Ponerse del lado de la vida parece ser el primer paso.