El futuro de los kurdos en Siria tras la caída de Assad: ¿una oportunidad histórica?
En medio de un nuevo panorama político, los kurdos de Siria buscan el reconocimiento de sus derechos en un país democrático y descentralizado
El contexto: la marginalización de los kurdos bajo el régimen de Assad
Durante los 54 años de gobierno de la familia Assad en Siria, los kurdos —que constituyen aproximadamente el 10% de la población previa a la guerra civil— fueron severamente marginados. Muchos fueron privados de la ciudadanía y oficialmente descritos como árabes, negándoseles derechos básicos y su identidad étnica.
Con la caída de Bashar al-Assad en diciembre pasado tras años de conflicto, los kurdos buscan transformar décadas de discriminación en un futuro de igualdad y autodeterminación dentro de un nuevo sistema democrático sirio.
Qamishli: Cumbre histórica de representación kurda
En la ciudad de Qamishli, situada en el noreste de Siria, aproximadamente 400 representantes de los principales grupos kurdos se reunieron para establecer un frente unificado. Este encuentro incluyó delegados de organizaciones como las Fuerzas Democráticas Sirias (SDF), el Partido de la Unión Democrática (PYD) y el Consejo Nacional Kurdo (KNC).
El objetivo fue claro: consensuar una postura común en pro de una Siria democrática, descentralizada y que garantice los derechos nacionales kurdos, dentro del marco de los derechos humanos y de la igualdad de género.
¿Qué piden los kurdos de Siria?
- Reconocimiento constitucional de su identidad étnica.
- Descentralización política que les permita autogestionar asuntos locales sin buscar una total independencia.
- Respeto a los derechos humanos e igualdad de género en todas las instituciones del estado.
- No discriminación de ningún grupo étnico o religioso en el nuevo sistema político.
El mensaje de los asistentes fue contundente: "Queremos ser parte de Siria, pero una Siria que respete a todos sus pueblos y permita una convivencia equitativa", declaró un portavoz del PYD en la conferencia.
La evolución política de los kurdos sirios
Antes de la guerra civil que comenzó en 2011, la situación de los kurdos era drásticamente distinta. Según datos de Human Rights Watch, alrededor de 300,000 kurdos fueron sistemáticamente despojados de su ciudadanía tras un censo racista en 1962.
A lo largo de la guerra, aprovechando el repliegue de fuerzas gubernamentales en el noreste, los kurdos establecieron una administración semi-autónoma en la región de Rojava. Allí, implementaron modelos de gobernanza basados en el "confederalismo democrático", principios formulados por el líder kurdo Abdullah Öcalan.
El papel de las Fuerzas Democráticas Sirias (SDF)
Las SDF, apoyadas principalmente por Estados Unidos en la lucha contra el Estado Islámico, han sido actores claves no sólo a nivel militar sino también político. Su estrategia de promover gobiernos locales multisectarios les ha granjeado apoyo en territorios étnicamente diversos, más allá de las comunidades kurdas.
"La victoria sobre ISIS no era sólo militar, era también un compromiso político en pos de la pluralidad y la democracia local", expresó en 2023 Mazloum Abdi, comandante en jefe de las SDF.
Resistencia a la partición
Un dato crucial es que los líderes kurdos han insistido en no buscar la secesión, sino una solución dentro del marco sirio. Como afirmó Aldar Khalil, uno de los arquitectos de la autonomía kurda en Rojava: "No luchamos por un Estado independiente, sino por un sistema federal dentro de Siria".
Impacto regional e internacional
El proceso kurdo naturalmente inquieta a actores como Turquía, que ve cualquier tipo de autonomía kurda como una amenaza a su integridad territorial, dada su propia importante población kurda.
Al mismo tiempo, organizaciones kurdas hermanas en Irak y Turquía —como el Partido Democrático del Kurdistán (PDK) y el PKK— han mostrado su apoyo y enviado representantes a la conferencia de Qamishli, reforzando la dimensión transnacional de la cuestión kurda.
El reto de la unidad interna
Sin embargo, las divisiones históricas entre el PYD y el KNC complican el panorama. Mientras el PYD tiene inclinaciones de izquierda e influencias ideológicas próximas al PKK, el KNC cuenta con apoyo de la región kurda iraquí y es más moderado políticamente.
Esta cumbre, al menos, ha evidenciado un esfuerzo renovado por dejar de lado las diferencias internas en pro de un objetivo común: reconocimiento y derechos dentro del nuevo orden sirio.
El futuro inmediato
Con la caída del régimen de Assad y un paisaje político todavía en construcción, los kurdos tienen una oportunidad de oro para asegurar su lugar en la Siria de mañana. No se trata sólo de un asunto de derechos étnicos: el modelo que proponen puede convertirse en un ejemplo para toda la región sobre cómo integrar diversidad y democracia.
"Una Siria democrática y descentralizada no solo es lo que los kurdos piden, sino lo que todo el pueblo sirio necesita", declaró en la conferencia un representante del Consejo Democrático Sirio, el ala política de las SDF.
El camino es largo y lleno de desafíos. Pero si logran consolidar una voz unida y sostener alianzas internacionales estratégicas, los kurdos podrían estar más cerca que nunca de ver reconocidos sus derechos en su propia patria.