¿Debería Bath Rugby expandir su estadio en una ciudad Patrimonio Mundial? Una mirada a la polémica
Entre la tradición, la pasión por el rugby y la protección del patrimonio, Bath enfrenta un dilema crucial
Una ciudad atrapada entre su historia y su futuro
Bath, ubicada en el suroeste de Inglaterra, no es solo famosa por su arquitectura georgiana o sus antiguos baños romanos; también lo es por su vibrante vida deportiva, en especial su venerado equipo de rugby. Fundado en 1865, Bath Rugby lleva más de un siglo jugando en su "hogar espiritual", el Recreation Ground, conocido popularmente como "The Rec". Sin embargo, el club busca ahora expandir su estadio de unos 14,500 asientos a 18,000, desatando una fuerte polémica en la ciudad y más allá.
Un estadio entre patrimonios y protestas
Bath fue declarada Patrimonio Mundial de la Humanidad por la UNESCO en 1987 gracias a su combinación única de historia romana, arquitectura neoclásica y su integración armoniosa con el paisaje natural. Desde 2021, ostenta además el reconocimiento como una de las Grandes Ciudades Balnearias de Europa. Esta distinción pone un gran peso sobre cualquier desarrollo urbano: cualquier alteración puede ser vista como una amenaza al estatus de la ciudad.
Joanna Wright, concejala del Partido Verde, expresó su preocupación citando ejemplos como Liverpool, que perdió su estatus de Patrimonio Mundial en 2021 tras desarrollos urbanos considerados invasivos. "¿Queremos arriesgarnos a perder eso?", pregunta Wright. Su mayor temor es que el nuevo estadio destruya las vistas verdes que caracterizan la ciudad, destruyendo su esencia reconocida mundialmente.
El lado del club: modernización y supervivencia
Bath Rugby argumenta que la expansión es esencial para su sostenibilidad a largo plazo. Durante la temporada 2022-2023, ningún club del Premiership Rugby logró hacer ganancias, de acuerdo con el Leonard Curtis Rugby Finance Report. Además, el estadio actual opera a un 91% de su capacidad, el segundo más alto de la liga.
"Es un estadio icónico, pero necesita modernizarse", afirma Doug Wrigglesworth, presidente del Club de Aficionados de Bath Rugby. Señala que los días de partido se llenan los pubs y restaurantes, trayendo vitalidad económica a la ciudad.
Además, la expansión también busca ofrecer un "estadio deportivo, cultural y de ocio" para integrar aún más a la comunidad, ofreciendo beneficios más allá del deporte.
Preocupaciones medioambientales: más allá de los edificios
La polémica no solo gira en torno a la vista o el valor histórico. Organizaciones medioambientales como la Agencia de Medio Ambiente del Reino Unido han advertido sobre el impacto a la fauna local, incluyendo a los castores europeos —protegidos legalmente— que han recolonizado el río Avon, y a los murciélagos, cuya movilidad nocturna podría ser alterada con la nueva iluminación del estadio.
La carta de la Agencia de Medio Ambiente enviada al comité de planificación destaca: "Se necesita considerar a los castores porque ahora se sabe que están presentes en buenos números en el área de Bath y la puerta de Pulteney está directamente en la ruta principal de dispersión para estos animales".
La batalla legal que allanó el camino
Durante años, los oponentes al proyecto utilizaron una cláusula de un convenio de 1922 para bloquear cualquier desarrollo en The Rec. No obstante, tras llevar el caso hasta el Tribunal Supremo británico, Bath Rugby logró anular esta restricción en octubre de 2022, alegando que la redacción era demasiado ambigua.
Desde entonces, el club ha revisado sus planes varias veces, intentando aplacar las preocupaciones de la comunidad y de organismos de protección patrimonial.
La postura de UNESCO, ICOMOS y Historic England
ICOMOS-UK —el organismo asesor de la UNESCO en patrimonios culturales— advirtió sobre "daños permanentes significativos" al paisaje histórico si se lleva a cabo la expansión como está diseñada, instando a nuevas reducciones en la altura y masa del nuevo estadio.
Historic England, en cambio, expresó que no tiene objeciones desde el punto de vista del patrimonio, lo que añade complejidad al debate.
El rugby como motor económico y social
Para muchos residentes, el rugby no es simplemente un deporte; es parte fundamental de la identidad de Bath. El club ha criado leyendas del rugby y atrae a miles de turistas cada año. En la era profesional del rugby, cada asiento cuenta para la supervivencia financiera de los clubes.
El impacto económico va mucho más allá del estadio. Durante los días de partido, los comercios locales reportan incrementos de hasta un 30% en sus ingresos (según la Cámara de Comercio de Bath), y eventos anuales como el "Big Bath Rugby Weekend" generan millones de libras en ingresos locales.
¿Un precedente peligroso?
Pero quienes se oponen al proyecto temen que un desarrollo a gran escala siente un precedente peligroso. Si Bath permite alterar su núcleo histórico, ¿qué impediría futuras construcciones agresivas en otras áreas críticas? ¿Podría abrirse la puerta a perder su doble reconocimiento de la UNESCO?
Como recordatorio doloroso, la pérdida de Liverpool de su estatus como Patrimonio Mundial fue atribuida específicamente a los desarrollos desproporcionados en su frente marítimo. Bath, como ciudad de escala más íntima, podría ser aún más vulnerable.
Las voces de la calle
Durante el período de consultas públicas, la mayoría de los residentes se manifestaron a favor de la expansión, según los documentos del consejo de Bath. Sin embargo, las peticiones en contra también fueron numerosas, mostrando que la comunidad está profundamente dividida.
Para Graham, un residente de 60 años, "El rugby es parte de Bath. Pero sacrificaremos demasiado si permitimos esta expansión". Mientras que Lisa, una joven empresaria, afirma: "Cada temporada pierdo dinero por la falta de afluencia; necesitamos más partidos y más gente en la ciudad".
¿Qué sigue?
El comité de planificación de Bath debe decidir en septiembre. Lo que está en juego no es solo un estadio; es el futuro de una ciudad que ha sobrevivido a romanos, guerras, plagas y modernización descontrolada, todo mientras conservaba su alma intacta.
Sea cual sea el resultado, la decisión de Bath será observada de cerca por el mundo entero como un ejemplo de cómo, en tiempos modernos, balanceamos deporte, desarrollo económico y conservación cultural.