Ucrania bajo fuego: drones, diplomacia y la frustración por un conflicto sin fin

Mientras Kyiv sufre su ataque más letal del año, aumentan las presiones internacionales para un acuerdo de paz que parece cada vez más inalcanzable

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La guerra en Ucrania ha alcanzado un nuevo nivel de violencia y complejidad política en medio de los esfuerzos internacionales por buscar una salida negociada al conflicto. El reciente bombardeo ruso sobre Kyiv y otras regiones ucranianas no solo dejó una estela de muerte y destrucción, sino que también desató reacciones poco habituales de figuras internacionales como el expresidente estadounidense Donald Trump.

Un ataque letal que sacude a Kyiv

El pasado jueves, la capital ucraniana fue blanco del ataque más mortal desde julio. En una ofensiva masiva con drones y misiles por parte de Rusia, al menos 12 personas perdieron la vida y 87 resultaron heridas. El asedio, que duró varias horas, coincidió con una serie de asaltos terrestres a lo largo de la línea del frente de más de 1.000 kilómetros.

"Cuando el máximo de nuestras fuerzas estaba enfocado en la defensa contra misiles y drones, los rusos intensificaron significativamente sus ataques terrestres", explicó el presidente ucraniano Volodymyr Zelenskyy en Telegram.

Nuevas víctimas civiles en Pavlohrad

La noche del viernes trajo más tragedias. Un dron ruso Shahed impactó un edificio residencial en la ciudad de Pavlohrad, en la región de Dnipropetrovsk. Según el jefe de la administración regional, Serhii Lysak, entre las tres víctimas mortales estaban un niño y una mujer de 76 años. Otras diez personas resultaron heridas.

El ataque fue solo uno de los 103 drones —incluidos señuelos— que el ejército ruso lanzó en la misma noche sobre cinco regiones ucranianas. Aunque no se reportaron más víctimas en Sumy y Járkov, sí hubo daños materiales a la infraestructura civil.

Trump rompe su silencio (parcial) y arremete contra Putin

En un gesto poco frecuente, Donald Trump criticó públicamente al presidente ruso, Vladimir Putin, por la ofensiva sobre Kyiv. A través de su plataforma Truth Social, el exmandatario escribió: “No estoy contento con los ataques rusos sobre KYIV. No son necesarios y tienen muy mal momento. Vladimir, ¡DETENTE!” Añadió además: “¡5000 soldados mueren cada semana! Terminemos este acuerdo de paz AHORA”.

Estas declaraciones contrastan con la tradicional postura ambigua de Trump frente al Kremlin, y surgen justo cuando sus intentos por mediar un acuerdo de paz entre Ucrania y Rusia no han producido avances significativos. Su enviado especial, Steve Witkoff, ha mantenido múltiples reuniones con Putin, incluyendo una reciente en Moscú.

La disputa por Crimea: el corazón del bloqueo diplomático

Uno de los mayores obstáculos para la paz es el estatus de Crimea, la península ucraniana que Rusia anexionó ilegalmente en 2014. Trump ha señalado que la negativa de Zelenskyy de ceder Crimea prolonga el “camposanto militar”.

Para Zelenskyy, sin embargo, la cesión de territorios ocupados es una línea roja infranqueable. “Ucrania aceptó una propuesta de alto el fuego por parte de EE.UU. hace 44 días, como paso inicial para la paz, pero los ataques rusos han continuado”, denunció el jueves.

Durante esas mismas fechas, Rusia bombardeó sumamente la ciudad de Sumy —matando a más de 30 civiles durante las celebraciones del Domingo de Ramos—, atacó Odesa con drones y arrojó bombas deslizantes en Zaporiyia.

¿Un funeral para la paz?: Todos los caminos conducen a Roma

Tanto Trump como Zelenskyy tienen previsto asistir este sábado al funeral del Papa Francisco en la Plaza de San Pedro, en el Vaticano. No obstante, aún no está claro si mantendrán un encuentro bilateral. Roma, esta vez, podría significar algo más que un escenario fúnebre: la última oportunidad simbólica de revivir esfuerzos diplomáticos reales.

La perspectiva europea y el silencio de Moscú

Mientras tanto, líderes europeos acusan a Moscú de utilizar las negociaciones como una pantalla para ganar tiempo y seguir conquistando territorio ucraniano. Rusia no ha emitido señales claras de querer negociar seriamente, pese a las conversaciones preliminares mantenidas este año.

El Kremlin sigue apostando por una guerra de desgaste, consciente de que Ucrania depende de un flujo continuo de asistencia militar de Occidente, el cual puede verse alterado por cambios políticos internos, como las elecciones en Estados Unidos este año.

Guerra total, víctimas invisibles

Más allá de la arena política, lo que prevalece es una constante: los civiles ucranianos siguen siendo las principales víctimas del conflicto. Desde 2022, Naciones Unidas ha confirmado más de 30.000 muertos y heridos en Ucrania, aunque las cifras reales podrían ser mucho más altas.

La región de Dnipropetrovsk, que hasta ahora había estado más alejada de los ataques masivos, ahora se suma a la lista de zonas del país donde los drones kamikazes Shahed —de fabricación iraní— están dejando huellas imborrables.

¿Estamos ante un punto de inflexión?

El reciente ataque sobre Kyiv y otras ciudades, sumado a la condena internacional, podría marcar un nuevo punto crítico en el conflicto. Con Trump presionando, Zelenskyy resistiendo y Putin fortaleciendo su posición militar sobre el terreno, las negociaciones de paz parecen más necesarias que nunca, pero también más lejanas.

La guerra en Ucrania está a punto de entrar a su cuarto año sin señales claras de resolución. Las esperanzas de que la diplomacia prevalezca chocan una y otra vez contra la realidad de drones, misiles y ciudades reducidas a escombros.

“La única paz posible es la que respete la soberanía, integridad territorial y dignidad del pueblo ucraniano”, ha repetido Zelenskyy, mientras los cañones aún rugen desde el este del país. El tiempo, sin embargo, parece un lujo que ni Ucrania ni sus defensores internacionales pueden permitirse demasiado más.

Este artículo fue redactado con información de Associated Press