El último adiós a Francisco: el funeral que transformó la imagen del papado

Con humildad y reformas, el papa latinoamericano dejó un legado que resonará más allá de su tumba

Una despedida histórica para un papa atípico

La ciudad del Vaticano se ha convertido en el epicentro de la emoción y la reflexión mundial tras el fallecimiento del papa Francisco, el primer pontífice latinoamericano y jesuita en la historia de la Iglesia Católica. El funeral celebrado en la Plaza de San Pedro no solo marcó el adiós a una figura transformadora, sino también un momento de profunda introspección sobre el futuro de la institución religiosa más grande del mundo.

La ceremonia: humildad ante todo

Consciente de la pompa que suele acompañar los funerales papales, Francisco diseñó su última ceremonia con la intención de subrayar su visión de una "Iglesia pobre para los pobres". En lugar de una procesión llena de lujos, optó por ser acompañado al interior de la basílica por prisioneros, migrantes y personas marginadas, aquellos a quienes siempre dio prioridad durante su papado.

El Vaticano estimó la asistencia de alrededor de 200,000 personas en la Plaza de San Pedro, y cerca de 300,000 adicionales a lo largo del cortejo de cuatro kilómetros hasta la Basílica de Santa María la Mayor, donde reposarán sus restos.

Asistentes poderosos y un pueblo dolido

A pesar de sus esfuerzos por mantener la sobriedad, la presencia de líderes mundiales fue inevitable. Entre ellos, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, el presidente francés, Emmanuel Macron, el secretario general de la ONU, Antonio Guterres, y miembros de las casas reales europeas. Incluso el presidente argentino Javier Milei estuvo presente, pese a la compleja relación que mantenía con Francisco.

La relación de Francisco con su tierra natal fue siempre ambivalente: jamás regresó a Argentina tras su elección en 2013, algo que generó tanto admiración como críticas en su país de origen.

Francisco, el reformista

Desde el inicio de su papado, Jorge Mario Bergoglio dejó claro su deseo de cambiar la Iglesia desde dentro. Su elección del nombre "Francisco" —en honor a San Francisco de Asís— y sus constantes llamadas a "ensuciarse las manos" junto al pueblo pobre marcaron su pontificado.

Entre las reformas más destacadas se encuentran:

  • La simplificación de los rituales papales para hacerlos más accesibles.
  • El combate frontal al abuso sexual en la Iglesia, aunque con resultados mixtos.
  • La propuesta de descentralización del poder vaticano.
  • El llamado constante a la acción frente al cambio climático, especialmente con la encíclica Laudato Si' (2015).
  • Una apertura cautelosa hacia la inclusión de personas LGBTQ+ dentro de la vida de la Iglesia.

Un entierro simbólico: de San Pedro a Santa María la Mayor

Rompiendo con la tradición moderna de ser enterrado en las criptas bajo la Basílica de San Pedro, Francisco eligió la Basílica de Santa María la Mayor, uno de los templos más antiguos y simbólicos de Roma. Allí se encuentra la icónica imagen de la Virgen Salus Populi Romani, ante la cual Francisco rezaba antes y después de cada viaje internacional.

Su tumba, simple, contendrá únicamente su nombre: Franciscus. Sobre ella, una reproducción de su humilde cruz pectoral de plata, símbolo de su rechazo al oropel clerical.

Preparativos de seguridad sin precedentes

La magnitud del funeral obligó a Italia a emplear más de 2,500 policías y 1,500 soldados para garantizar la seguridad. Los medios italianos reportaron incluso la movilización de un buque torpedero frente a las costas de Roma y cazas militares en alerta.

La atención que recibió el evento mundialmente refleja la importancia que tuvo Francisco en asuntos geopolíticos, desde su participación en la mediación entre Cuba y Estados Unidos hasta su postura crítica frente al capitalismo desregulado.

La emoción del pueblo

Durante tres días, más de 250,000 fieles pasaron junto a su féretro dentro de la Basílica de San Pedro para ofrecer sus últimos respetos. "Era una persona humilde que cambió muchas leyes para bien," señaló desde la fila el peregrino argentino Agustín Angelicola.

La devoción popular hacia Francisco se sintió en todo el mundo, con homenajes espontáneos en ciudades tan diversas como Manila, Kinshasa y Buenos Aires, reflejo de su visión verdaderamente universalista de la fe católica.

Legado inquebrantable

Francisco falleció a los 88 años el lunes de Pascua, tras sufrir un accidente cerebrovascular mientras se recuperaba de una neumonía. Sin embargo, su legado no terminará con su muerte. Su mensaje de misericordia, inclusión y justicia social sigue vivo en millones de feligreses.

En palabras dichas por el propio Francisco en 2013: "El verdadero poder es el servicio". Y su funeral, sencillo pero multitudinario, fue la manifestación última de esa idea revolucionaria.

Un futuro incierto para la Iglesia

Con la partida de Francisco, la Iglesia Católica inicia una nueva etapa: el cónclave para la elección de su sucesor está previsto para la primera semana de mayo. Mientras tanto, el cardenal Giovanni Battista Re lidera la transición como decano del Colegio Cardenalicio, un rol clave en los tiempos interregnos.

¿Será el próximo papa capaz de continuar el impulso reformista de Francisco? ¿O la Iglesia volverá a valores más tradicionales? Solo el tiempo lo dirá, pero lo cierto es que el listón dejado por este pontífice resulta tan inspirador como desafiante.

"Los pobres tienen un lugar privilegiado en el corazón de Dios", dijo Francisco una vez. Y ahora, desde una simple tumba al lado de una virgen bizantina, su voz sigue resonando en todos los rincones del planeta.

Este artículo fue redactado con información de Associated Press