Trump vs. Francisco: Dos visiones del mundo en colisión
Migración, religión y poder en el centro de un choque ideológico entre la Casa Blanca y el Vaticano
Una figura espiritual que predicó la humildad y compasión para los migrantes. Un líder político que construyó su poder prometiendo muros, deportaciones y tweets incendiarios. El contraste entre el Papa Francisco y Donald Trump no podría ser más evidente, y la muerte del pontífice ha dejado al descubierto cuán profundas eran esas diferencias. En este comentario, exploramos el legado del Papa Francisco frente al enfoque populista y confrontador de Trump, especialmente en temas como la migración, la pobreza y la cultura cristiana estadounidense.
Francisco: un Papa en los márgenes
Desde su elección en 2013, Jorge Mario Bergoglio, el primer papa latinoamericano, se convirtió en la voz de los marginados. Subrayó constantemente cuestiones de justicia social, protección del medio ambiente, y la acogida a migrantes y refugiados. En su última homilía de Pascua, Francisco pidió unidad e inclusión, recordando al mundo que "todos somos hijos de Dios".
En el contexto de crecientes nacionalismos y crisis migratorias globales, el Papa Francisco reafirmó la vocación de la Iglesia Católica como una Iglesia de puertas abiertas. Como dijo en su histórica encíclica Fratelli Tutti, no hay “ellos” y “nosotros”, porque “o nos salvamos juntos, o no se salva nadie”.
Trump: muros, deportaciones y polarización
Donald Trump ha hecho del antagonismo parte esencial de su identidad política. El domingo de Pascua, mientras Francisco despedía su vida defendiendo a los excluidos, Trump publicaba un mensaje repleto de insultos, refiriéndose a sus opositores como “lunáticos de la izquierda radical” y llamando a Biden “el presidente más incompetente”.
Desde sus primeros días en campaña, Trump evidenció su postura sobre los inmigrantes: prometió construir un muro en la frontera con México y acusó a los migrantes de ser criminales. Durante su segundo mandato, esta postura se intensificó: redadas masivas, nuevas restricciones a la inmigración legal, e internamientos prolongados en centros plagados de denuncias —como el centro de detención de Krome en Miami.
Diferencias doctrinales: mucho más allá del estilo
Francisco y Trump no solo chocaban en estilo —humildad versus grandiosidad— sino también en doctrina. Para Trump, la política migratoria es un eje de control y discurso nacionalista; para Francisco, es una crisis humanitaria global que exige respuesta moral.
En 2016, el Papa criticó duramente la idea de construir muros para detener migrantes: "una persona que piensa solo en construir muros... no es cristiana". Trump arremetió llamando ese comentario “vergonzoso”. Años después, esa tensión se tradujo en políticas concretas, como los intentos de reducir la cantidad de refugiados aceptados, reforzar ICE (Immigration and Customs Enforcement) y hasta cerrar oficinas de supervisión de derechos humanos dentro del Departamento de Seguridad Nacional.
La tragedia de Krome: consecuencias humanas de una política
Uno de los ejemplos más dramáticos de la política migratoria de Trump es el centro de detención de Krome. Diseñado para albergar a 600 personas, según reportes, llegó a tener más de 1,700 migrantes este año. Las condiciones descritas rayan lo inhumano: falta de comida, atención médica negligente, hacinamiento, temperaturas extremadamente bajas, y muertes sospechosas sin investigación adecuada. De las tres muertes bajo custodia de ICE en lo que va del año, dos ocurrieron en Krome.
La historia de Maksym Chernyak, un refugiado ucraniano, es particularmente impactante. Llegó a EE. UU. buscando asilo humanitario con su esposa. Fue detenido tras un incidente doméstico menor y enviado a Krome, donde su salud se deterioró tan rápidamente que murió antes de obtener tratamiento adecuado. Su esposa denunció que no tenía traductor y que sus gritos de ayuda fueron ignorados.
El voto católico: entre la moral y la política
A pesar de lo anterior, Trump ganó el 54% del voto católico en 2024, superando a Kamala Harris. ¿Cómo conciliar el apoyo a un líder que se enfrenta frontalmente a los valores de un papa tan querido?
La Iglesia Católica en EE.UU. está profundamente fracturada ideológicamente. Muchos obispos conservadores aplauden la política de Trump sobre el aborto y la “libertad religiosa”, alineándose con su agenda populista. Al mismo tiempo, figuras como el cardenal Robert McElroy, de Washington, siguen la agenda social y de justicia del Papa Francisco.
Según John Fea, historiador en Messiah University y autor del libro “Believe Me: The Evangelical Road to Donald Trump,” muchos católicos conservadores sienten más afinidad con el nacionalismo de Trump que con el humanismo global de Francisco. Asuntos como la identidad de género, la teoría crítica de la raza y la educación sexual pesan más en sus decisiones de voto que temas como los derechos de los migrantes o la justicia económica.
Francisco: un líder global más allá de la política
No obstante, reducir a Francisco al campo político estadounidense es injusto. Como recordó el vicepresidente JD Vance —católico y cercano a Trump— después de la muerte del Papa: "era un líder mucho más amplio que la política americana". Francisco condujo a una Iglesia de 1.4 mil millones de fieles, y dejó claras sus prioridades: el cuidado de la Tierra, la acogida del extranjero, y la dignidad humana en todas sus formas.
Su frase más icónica, “¿Quién soy yo para juzgar?”, pronunciada sobre los sacerdotes homosexuales, muestra el tono inclusivo y compasivo que caracterizó su pontificado. Frente a ello, el eslogan de Trump: “Make America Great Again”, excluye, delimita y divide.
Dos religiones, dos símbolos, dos Américas
Donald Trump ha forjado su autoritarismo populista usando símbolos religiosos, incluso posando con biblias o participando en cenas caritativas católicas donde pidió el voto de los fieles. Sin embargo, muchos teólogos advierten que su utilización del cristianismo responde más a una estrategia electoral que a una fe verdadera.
“Uno vivió su vida inspirado en la espiritualidad jesuita. El otro utiliza la fe como un estandarte de marca personal,” dijo Steven Millies, profesor de teología pública en la Catholic Theological Union de Chicago. “Trump vende biblias. Francisco predicaba con el ejemplo.”
¿Qué Iglesia prevalecerá en EE.UU.?
La muerte del Papa Francisco deja un vacío espiritual en un momento de polarización profunda. Su funeral reunirá a líderes del mundo entero, incluyendo al propio Trump, en un escenario cargado de contradicciones: el templo más importante del catolicismo despidiendo al pontífice más progresista de su historia, con un invitado que encarna su antagonismo político.
¿Será esta una oportunidad para la autorreflexión dentro del catolicismo estadounidense? ¿O solo otro episodio más de discordia entre política y religión en la era Trump?
Por ahora, lo único seguro es que la batalla entre la fe como construcción espiritual y la religión como herramienta de poder continúa, y la figura de Francisco seguirá siendo un faro para quienes creen que la compasión aún tiene poder transformador en un mundo marcado por la división.