Miedo sísmico en Estambul: el temblor que reaviva un fantasma latente

El reciente sismo de magnitud 6,2 en Turquía dejó más de 230 heridos y puso en jaque a millones que temen un desastre mayor en una ciudad históricamente vulnerable

Estambul, Turquía — Una ciudad de 16 millones de almas no dormía. Los parques se poblaron de familias, los autos se convirtieron en improvisados refugios y las plazas fueron testigos de hogueras encendidas contra el frío, todo después de que un terremoto de 6,2 de magnitud sacudiera violentamente la urbe el pasado 23 de abril de 2025.

Sin causar destrucción masiva ni víctimas fatales, el sismo dejó un reguero de pánico, ansiedad colectiva y más de 230 personas heridas, muchas de ellas al lanzarse desde balcones o sufrir ataques de pánico. La sacudida fue la más fuerte registrada en la ciudad en más de 25 años y puso nuevamente bajo la lupa la vulnerabilidad sísmica de Estambul.

Una ciudad con cicatrices sísmicas profundas

Turquía está atravesada por dos grandes fallas tectónicas: la Falla del Este de Anatolia y la Falla del Norte de Anatolia. Esta última, que corre de este a oeste y atraviesa el Mar de Mármara, ha sido protagonista de algunos de los terremotos más devastadores en la historia del país.

El ejemplo más lacerante es el terremoto del 17 de agosto de 1999 en İzmit, a menos de 100 km de Estambul. Aquel evento, con magnitud de 7,6, dejó más de 17.000 muertos y más de 250.000 personas sin hogar. Desde entonces, Estambul vive con la sombra de un «gran sismo» inminente.

En febrero de 2023, un sismo de 7,8 sacudió el sur de Turquía y el norte de Siria, causando más de 53.000 muertes. Aunque Estambul no se vio afectada directamente, la tragedia reavivó el temor latente entre sus ciudadanos.

El sismo del 23 de abril: fuerte, pero contenido

Según el Servicio Geológico de Estados Unidos (USGS), el epicentro del movimiento telúrico se ubicó a unos 40 km al suroeste de Estambul, bajo el Mar de Mármara, a una profundidad de 10 km, lo que contribuyó a su intensidad en superficie.

El Centro Alemán de Investigación Geocientífica (GFZ) calificó el sismo como «el más fuerte en el área en más de 25 años». Más preocupante aún: expertos del GFZ advirtieron sobre el riesgo acumulado en la falla que yace justo bajo el Mar de Mármara, la única sección de la falla excusada de temblores mayores en más de 250 años. Según sus estimaciones, la región está “atrasada” en términos sísmicos.

Este sismo fue sucedido por más de 180 réplicas, siete de ellas superiores a magnitud 4. Esto mantenía a los residentes en vilo mientras las autoridades recibían 378 reportes de daños estructurales en edificios. Al menos 12 de ellos fueron evacuados como medida de precaución.

Solo una estructura colapsó: un edificio abandonado en el distrito histórico de Fatih. Aun así, el Gobierno desplegó mecanismos de revisión e inspección en todo el territorio urbano.

Miles pasaron la noche al aire libre

Tras el sismo, se vivieron escenas que recordaban a un éxodo improvisado: familias enteras refugiadas en parques, zonas abiertas tomadas por miedo al colapso de edificios, tiendas de campaña montadas en la oscuridad, y fogatas comunitarias para combatir las bajas temperaturas nocturnas.

“No puedo confiar en el edificio donde vivo. Es muy antiguo. Una réplica más fuerte lo podría derrumbar”, comentaba Hülya Demir, madre de dos hijos, mientras se resguardaba junto a su familia en Gezi Park.

Muchos, al igual que Hülya, temen lo peor y afirman no regresar a sus casas hasta que estén seguras. Este fenómeno social, de temor masivo, provoca no solo cambios temporales de comportamiento, sino un desgaste emocional creciente.

El peligro inminente del "Big One"

Estambul es una de las metrópolis con mayor riesgo sísmico del mundo. Expertos en geología y sismología llevan años señalando que un gran terremoto de magnitud entre 7,2 y 7,4 es inevitable en el futuro cercano.

El sismólogo turco Ahmet Mete Işıkara, conocido por sus campañas de concientización antes de fallecer en 2013, ya advertía que lo ocurrido en 1999 era solo un anticipo. Instituciones como la Kandilli Observatory proyectan una probabilidad del 65% de que Estambul enfrente un terremoto mayor en los próximos 30 años.

El problema no es solo natural: la infraestructura de la ciudad, su densidad poblacional y la antigüedad de muchos inmuebles son agravantes significativos. Se estima que más de 90.000 edificios en la ciudad tienen serias vulnerabilidades estructurales.

Medidas del gobierno: ¿suficientes?

Tras la tragedia de 1999, Turquía implementó múltiples reformas legales para abordar el riesgo sísmico. Pero el ritmo ha sido lento. El ambicioso Plan de Transformación Urbana lanzado por el gobierno en 2012 pretendía reconstruir más de un millón de viviendas, muchas en Estambul.

Hasta 2022, solo unos 300.000 hogares habían sido rehabilitados completamente, según datos del Ministerio de Urbanismo. El resto aún sigue en lista de espera o está frenado por problemas administrativos, falta de presupuesto o resistencia vecinal.

Tras el sismo de abril de 2025, el ministro de Medio Ambiente, Urbanización y Cambio Climático, Murat Kurum, prometió acelerar las revisiones estructurales y apoyar “demoliciones preventivas”. Pero los ciudadanos siguen escépticos.

¿Estamos preparados para el sismo que viene?

La pregunta que muchos se hacen hoy en Estambul no es si ocurrirá un gran terremoto, sino cuándo y si la ciudad está preparada para enfrentarlo.

Las simulaciones más pesimistas proyectan que un terremoto de >7,4 podría causar más de 30.000 muertes y dejar hasta 1,5 millones de personas sin hogar. Las pérdidas económicas estimadas superarían los 90 mil millones de dólares.

Los planes de evacuación, los simulacros escolares y el reforzamiento de edificios son esenciales. Además, crece la presión para que se reformen o evacuen zonas vulnerables —como el barrio de Avcılar, seriamente afectado en 1999— y se invierta en conciencia ciudadana.

Una Estambul resiliente depende de dos pilares clave: voluntad política e implicación ciudadana. Porque, ante la inevitabilidad sísmica, solo una sociedad bien preparada podrá soportar el impacto y levantarse tras la caída.

Este artículo fue redactado con información de Associated Press