Tigres en llamas: el renacer del pitcheo de Detroit con Reese Olson a la cabeza

El joven derecho brilla en la lomita y lidera a unos Tigres que sorprenden con su mejor inicio de temporada desde 2015

Por primera vez desde 2015, los Detroit Tigers han ganado seis de sus primeras ocho series en una temporada. Y buena parte del crédito se lo debe llevar su joven as, Reese Olson, quien este miércoles dio una clase magistral desde la lomita.

Dominar para crecer: la actuación sobresaliente de Olson

Olson brilló intensamente en una tarde en la que enfrentó a unos San Diego Padres que, pese a tener uno de los mejores arranques ofensivos del año, parecían invisibles ante su repertorio. El derecho de los Tigers lanzó 7 1/3 entradas en blanco, permitiendo solo dos hits —ambos ante el exTigre José Iglesias—, una base por bolas y siete ponches.

“Reese mantuvo a todo el mundo fuera de balance”, declaró el manager A.J. Hinch tras el partido. “Está logrando contenido de calidad, lanza con confianza y ejecuta los picheos cuando debe. Es todo lo que queremos ver en un joven como él”.

Olson, de 24 años, logró que los Padres no conectaran cuadrangulares, algo importante considerando que San Diego llegó al Comérica Park con una de las ofensivas más poderosas de la Liga Nacional. Su dominio fue tal que tras permitir un hit en el tercer inning, transfirió solo a un bateador y luego retiró a 16 consecutivos.

Su impresionante desempeño se suma a una temporada que lo está proyectando como uno de los mejores brazos jóvenes de la Liga Americana. Hasta ahora, Olson ha colgado ceros en 3 de sus últimas 4 aperturas y sus estadísticas avanzadas muestran un spin rate en curva y cambio superior a la media, lo que explica el engaño generado.

Malloy, Greene, Dingler: ofensiva oportuna para respaldar el pitcheo

Mientras Olson maniataba a los Padres, la ofensiva de Detroit hizo su trabajo con contundencia. En el primer inning, Gleyber Torres abrió el marcador con un cuadrangular solitario para poner a los Tigres arriba 1-0, marcando el tono del partido.

En el quinto acto fue el novato Justyn-Henry Malloy quien estalló con un jonrón ante el zurdo Kyle Hart. Luego, en el séptimo, añadió una doble remolcador. No satisfechos con eso, Riley Greene y Dillon Dingler también aportaron lo suyo: Greene con un sencillo con el bate roto que empujó la cuarta carrera, y Dingler con un jonrón de dos carreras en el octavo para sellar el definitivo 6-0.

“Me siento muy cómodo en el plato”, dijo Malloy después del encuentro. “Estoy aprendiendo cada día, pero lo más importante es que confiamos unos en otros… esa energía se siente en el clubhouse”.

Volver a ser contendientes: ¿Se puede soñar con Detroit?

La victoria ante los Padres dejó al equipo con récord de 9-4 en casa y una marca general positiva, lo cual ha sido inusual para ellos en la última década.

Desde 2015, cuando vencieron también en seis de sus primeras ocho series, los Tigres no habían mostrado un nivel tan competitivo. Aquel año aún contaban con leyendas como Miguel Cabrera o Justin Verlander en la cúspide de sus carreras. Sin embargo, todo se desmoronó con la reconstrucción y Detroit pasó a los sótanos.

Ahora, con una alineación joven y un cuerpo de lanzadores fresco pero talentoso, hay razones para ilusionarse. Casey Mize (3-1, 2.22 ERA), Tarik Skubal y el propio Olson conforman una rotación que podría sostener una campaña de sorpresas.

El objetivo no es menor: romper la sequía de playoffs que arrastran desde 2014.

El impacto defensivo: Báez, clave silenciosa

Uno de los momentos más destacados del juego no apareció en la caja de estadísticas ofensivas: el jardinero central Javier Báez, conocido tradicionalmente como torpedero, hizo una jugada tremenda en el jardín central al capturar una pelota sobre el hombro y estrellarse contra la pared para cortar un posible rally.

Ese tipo de jugada encarna el nuevo espíritu de los Tigres: entrega, concentración y hambre.

El contexto: Padres en baja, Tigres al alza

Esta serie marcó la diferencia de momentos entre ambos equipos. San Diego había comenzado el año 14-3, pero tras esta serie tiene récord de 3-5 en sus últimos ocho encuentros.

Fernando Tatís Jr., rostro de la franquicia, vio terminada su racha de embasarse en 23 partidos consecutivos. Y aunque José Iglesias fue el único que encontró respuesta ante Olson, el resto de los bates sandieguinos se vieron completamente fuera de ritmo.

El abridor Kyle Hart (2-2) permitió dos carreras en cinco entradas, pero no recibió respaldo ofensivo, y su marca individual comienza a deteriorarse luego de un buen comienzo.

Próximos rivales y expectativas

  • Detroit tendrá el jueves libre, pero recibe el próximo viernes a los Baltimore Orioles, otra joven maquinaria ofensiva. Abrirá Casey Mize, con marca de 3-1 y efectividad de 2.22.
  • San Diego también descansará y luego jugará en casa ante los Tampa Bay Rays. Aún no se han anunciado sus lanzadores.

Estos cruces podrían marcar la diferencia en cómo ambos clubes encaran mayo.

Detroit renace con fundamentos

Lo más promisorio del éxito temporal de los Tigres no es un bateador encendido o un arranque casual: es que el equipo gana con fundamentos: pitcheo sólido, buena defensa y bateo oportuno. Son virtudes sostenibles si se manejan bien durante la temporada.

Con un bullpen competente y una mentalidad de equipo joven que juega sin presión, Detroit podría convertirse en ese caballo negro que nadie vio venir, pero que emerge con fuerza.

¿Es muy pronto para soñar con octubre? Tal vez. Pero lo que sí es cierto es que el béisbol ha vuelto a ser divertido en el Comerica Park, y Reese Olson ha sido el gran catalizador de esa transformación silenciosa que ya empieza a rugir con fuerza.

Este artículo fue redactado con información de Associated Press