Estrellas emergentes y momentos mágicos: lo mejor del béisbol esta semana

James Wood, Nick Kurtz y Starling Marte protagonizan jornadas inolvidables entre récords, debuts soñados y dramáticos finales

James Wood y un jonrón histórico en Washington

En el béisbol hay momentos que definen carreras, y el de James Wood bien podría ser uno de ellos. El joven jardinero de los Washington Nationals abrió el partido ante los Baltimore Orioles con un descomunal jonrón que será recordado por mucho tiempo. Su batazo, registrado a 116.3 mph y viajando 431 pies hasta el jardín derecho central, superó todos los registros anteriores para un jugador de los Nacionales en el Nationals Park desde que se implementó Statcast en 2015.

Crushed that ball”, dijo el manager Dave Martínez, y no exageraba. Fue el octavo cuadrangular de la temporada para Wood y su segundo como primer bateador del partido. El primero fue el 15 de abril contra Mitch Keller en Pittsburgh.

“Es lo que más me ha impresionado en años,” comentó Trevor Williams, abridor de los Nacionales. “Es joven, pero mentalmente está adelantado. Será un gran pelotero por mucho tiempo.”

Este impacto también demuestra el cambio en la alineación del equipo. CJ Abrams, quien comenzó la temporada como bateador inicial, está fuera por una distensión del flexor de la cadera derecha. Con suerte, cuando regrese, los Nacionales podrán disfrutar de una peligrosa dupla al inicio del orden.

Nick Kurtz irrumpe en la MLB con un debut soñado

Al otro lado del país, en West Sacramento, se vivió otro momento de película. El novato Nick Kurtz necesitó apenas una aparición al plato para marcar su primer hit y remolcada en las Grandes Ligas. Su sencillo en el primer inning frente a Kumar Rocker impulsó la carrera de Shea Langeliers y adelantó a los Oakland Athletics 3-0 contra los Texas Rangers.

Lo curioso es que fue su primer at-bat en las Mayores y, tras el hit, las cámaras captaron a su padre agitando los brazos con entusiasmo para enviar a casa al corredor. ¡Un debut con emoción extra!

Kurtz, producto de Wake Forest, fue la cuarta selección general en el draft de la MLB 2024 y firmó con Oakland por un bono de $7 millones. Había impresionado en Triple-A Las Vegas esta temporada, bateando .321 con siete jonrones y 24 carreras impulsadas en solo veinte juegos, antes de recibir la llamada.

No estuvo exento de anécdotas: se tropezó torpemente sobre el montículo en un intento de atrapar un globo, pero continuó en el partido, demostrando fortaleza y determinación en su primera noche.

Con 6 pies y 5 pulgadas de altura, Kurtz es visto como una futura pieza de elite para unos Athletics que necesitan reconstrucción urgente. Solo él, Cam Smith (Houston) y Ryan Johnson (Los Angeles Angels) han debutado de su clase de draft, lo cual resalta aún más el valor y confianza que tiene la franquicia en él.

Starling Marte y el caos hermoso de una victoria en 10 innings

Y en Nueva York, el veterano Starling Marte se volvió héroe con uno de los hits más impredecibles del béisbol. Su bate se rompió en mil pedazos, literalmente, al conectar una slider de Jordan Romano, pero la pelota viajó apenas 192 pies y se convirtió en el sencillo de la victoria para los Mets en entradas extra contra los Phillies.

El resultado: barrida de tres juegos, una racha ganadora de 7 partidos, una estadía invicta de 7-0 en casa y el mejor récord de las Grandes Ligas: 18-7 en total, 12-1 en casa.

La carrera de la victoria la anotó Pete Alonso, quien declaró entre risas:

“Por eso corres como loco y te tiras deslizando, por si acaso.”

Fue una noche repleta de momentos dramáticos: una barrida esencial para cimentar su lugar como líderes del Este de la Nacional, una revisión de video que llegó tarde, un cerrador que tuvo que ser atendido porque, según él, su pierna derecha se volvió más larga que la izquierda —literalmente— y un escape con las bases llenas en la décima entrada gracias a Max Kranick.

El caos con Díaz y lesiones aleatorias

Uno de los momentos más desconcertantes vino con Edwin Díaz. El estelar cerrador dominicano salió sintiendo un calambre en la cadera izquierda tras lanzar su primer lanzamiento en la décima. Inicialmente los árbitros cantaron balk por su tercer disengagement. Pero tras notar la incomodidad física, se anuló el balk al declarar que se había retirado del montículo por lesión.

Díaz explicó lo sucedido en la entrevista postpartido:

“Mi cadera se bloqueó. Cuando caminaba, sentía que mi pierna derecha era más larga que la izquierda. El entrenador lo notó y me ajustó la cadera.”

El manager de los Phillies, Rob Thomson, visiblemente frustrado, dijo:

“Eso es algo que tendremos que contarle a nuestros lanzadores: salte, llama al entrenador y te sacamos. Traemos otro.”

Más allá de las estadísticas: química y confianza

No todo en el béisbol son números. Alonso dejó entrever la clave real detrás del éxito de los Mets este año:

“Somos un grupo muy unido. Muchos ya estábamos aquí el año pasado, tenemos experiencia juntos. Los nuevos no solo traen talento, sino que su personalidad se adaptó muy bien. Es como si lleváramos años jugando juntos.”

Esa química quedó evidente en cada celebración, en cada abrazo tras jugadas ajustadas y en la fe que se tienen unos a otros. Incluso Brett Baty, con presión sobre sus hombros ante un eventual descenso a ligas menores, respondió con su primer cuadrangular desde mayo del año pasado.

Y por supuesto, hubo acción defensiva también. Juan Soto protagonizó un momento clave en el octavo inning, lanzando una comba perfecta al receptor novato Hayden Senger quien, sin saber con certeza dónde estaba el corredor, se lanzó instintivamente hacia el plato. Salvó la carrera e incluso se dio tiempo de verificar que aún tenía la pelota en el guante.

Una semana que mostró lo mejor del béisbol

Entre el poder juvenil de James Wood, el inicio ambicioso de Nick Kurtz y los momentos caóticos pero encantadores de los Mets, el béisbol nos recordó esta semana por qué sigue siendo el deporte más impredecible y emocional. En un solo inning puedes tener un jugador traspasando barreras de velocidad con un jonrón, otro que debuta tropezando pero bateando como estrella, y un veterano que, con un fragmento de bate, provoca una celebración colectiva que lleva a toda la casa al frenesí.

Así es el béisbol. Así seguirá siendo.

Este artículo fue redactado con información de Associated Press