Reparaciones: Cuando los descendientes de esclavistas piden perdón

El histórico encuentro en la ONU donde herederos del privilegio colonial y víctimas del pasado esclavista dialogan sobre justicia, historia y reparación

Por primera vez en la historia reciente, descendientes de personas esclavizadas y herederos de quienes fueron esclavistas en las antiguas colonias británicas del Caribe se sentaron juntos a dialogar en la sede de la Organización de las Naciones Unidas en Nueva York. El objetivo: afrontar el pasado, buscar justicia y reconstruir puentes hacia el futuro.

Una historia todavía viva: el comercio transatlántico de esclavos

Desde el año 1500 hasta bien entrado el siglo XIX, entre 25 y 30 millones de africanos fueron arrancados de su tierra natal y enviados a trabajar como esclavizados en plantaciones en el Caribe, América Latina y el sur de Estados Unidos. Este sistema brutal, sustentado en la codicia y el racismo, generó enormes riquezas para potencias coloniales como Gran Bretaña, Francia, Portugal y España.

Gran Bretaña abolió formalmente la esclavitud en 1833; sin embargo, las secuelas siguen presentes. La desigualdad estructural, el racismo sistémico y la falta de reconocimiento y reparación son parte de un legado cuya sanación está pendiente.

Redescubriendo el pasado: cuando la historia familiar golpea

En 2013, cuando el gobierno británico hizo públicos los registros de la Comisión de Compensación a los Esclavistas —una institución que pagó cientos de millones de libras a los propietarios de esclavos tras la abolición—, algunos ciudadanos británicos descubrieron con horror que sus ancestros estuvieron profundamente implicados en este sistema.

Ese fue el caso de Laura Trevelyan, ex periodista de la BBC. Descubrió que su antepasado, Sir John Trevelyan, poseía plantaciones de caña de azúcar en Granada y alrededor de 1.000 personas esclavizadas.

Otro caso notable fue el de Charles Gladstone, tataranieto del primer ministro británico del siglo XIX William Gladstone. Su familia fue dueña de esclavos en Guyana y Jamaica. "Me produjo una sensación profunda de culpa", confesó emocionado durante el encuentro.

Del reconocimiento a la acción: cuando pedir perdón importa

Trevelyan decidió dar un paso inédito en 2023: viajó con su familia a Granada para presentar una disculpa formal. Además, donó 100.000 libras esterlinas (aproximadamente 133.000 dólares) para apoyar programas educativos en la isla.

"No fue fácil. Hubo quienes dijeron que era muy poco, que la disculpa no bastaba", admitió. Aun así, cree que es un comienzo necesario hacia una forma de justicia reparadora.

En el mismo evento participó Aidee Walker, una mujer neozelandesa que se sorprendió al descubrir mediante un test de ADN que tenía una mezcla de herencia escocesa, irlandesa y nigeriana. Posteriormente confirmó que su tatarabuelo era hijo de un esclavista inglés y una sirvienta africana en Jamaica.

Ella y su hermana, Kate Thomas, se contactaron con Verene Shepherd, vicepresidenta de la Comisión de Reparaciones de CARICOM, para iniciar su camino hacia la reparación simbólica y comunitaria. Empezaron por pedir disculpas públicamente.

Lo que las instituciones rehúsan asumir, lo intentan los ciudadanos

Mientras individuos como Gladstone o Trevelyan asumen la responsabilidad moral que sus gobiernos han evitado, Gran Bretaña mantiene una postura de rechazo hacia cualquier tipo de indemnización directa.

El ministro británico de Desarrollo, Anneliese Dodds, reafirmó este año que ni ella ni el primer ministro Keir Starmer tienen planes de realizar transferencias económicas hacia el Caribe.

"Tenemos que seguir presionando. Si miles de familias como la mía se suman, el gobierno tendrá que reaccionar", afirmó Gladstone durante el evento.

Kate Thomas lo respalda: "Si conseguimos los números, podemos influir en las instituciones".

CARICOM: 10 puntos por la justicia reparativa

La Comunidad del Caribe (CARICOM), un bloque de 15 países, ha propuesto un ambicioso plan de diez puntos que demanda a los países europeos:

  • Disculpas formales por la esclavitud
  • Reparaciones económicas y comunitarias
  • Programas de desarrollo para los descendientes de personas esclavizadas
  • Financiamiento para la educación histórica
  • Reconocimiento institucional del trauma racial heredado

La respuesta internacional ha sido tibia, aunque la Unión Europea expresó en 2023 un "profundo pesar" por los sufrimientos que causó el comercio trasatlántico. Pero aún falta voluntad política para dar pasos concretos.

2025: ¿el año de la justicia reparadora?

La Unión Africana ha declarado 2025 como el “Año de la justicia para los africanos y personas de ascendencia africana mediante reparaciones”. Este pronunciamiento busca darle marco global a una discusión que ya no debe postergarse.

Volker Türk, Alto Comisionado de Derechos Humanos de la ONU, ha dicho: “Los males de este crimen contra la humanidad no son meramente históricos, se sienten profundamente hoy”.

Una herida abierta en el alma del Caribe

Arley Gill, presidente de la Comisión de Reparaciones de Granada, se mostró optimista: "Estoy viendo movimiento positivo a nivel global hacia la justicia reparadora. Creo que estamos en un buen camino".

Por su parte, Walton Webson, embajador de Antigua ante la ONU, pronunció una frase que define el espíritu transformador del encuentro: “Hemos llegado al punto donde hablar de reparaciones ya no es un tabú”.

Y continuó: "Ahora es momento de poner el tema en los labios de cada niño, cada persona".

¿Qué sigue?

Si bien no es tarea sencilla, el cambio ha comenzado. Con ciudadanos conscientes, descendientes arrepentidos y comunidades fuertes, es posible soñar con un futuro donde no se oculte la historia, se pidan disculpas genuinas y se repare, en la medida de lo posible, la herida de siglos de explotación.

Porque reconocer es el primer paso hacia la sanación.

Este artículo fue redactado con información de Associated Press