Gaza, entre escombros y hambre: ¿cuánto más puede resistir la población civil?
Más de 90 muertos en 48 horas, niños desnutridos y una guerra que no cesa: la crisis humanitaria alcanza nuevos límites en la Franja de Gaza
Por Redacción
Más de 90 muertos en apenas dos días
En las últimas 48 horas, los bombardeos israelíes sobre la Franja de Gaza han dejado más de 90 muertos, entre ellos mujeres y niños. Según el Ministerio de Salud palestino, muchas de las víctimas se encontraban refugiadas en zonas designadas como "humanitarias" por el propio gobierno israelí, como el área de Al-Mawasi en Khan Younis, donde miles de desplazados viven en tiendas de campaña.
Este escenario no es nuevo, pero sí cada vez más desesperante. En sólo una noche, 15 personas perdieron la vida —entre ellas familias completas— mientras dormían, cubriendo sus cuerpos con mantas entre los escombros. Cuatro personas más fueron asesinadas en Rafah, incluyendo a una madre y su hija.
Más allá de las bombas: la crisis del hambre
Además de los mortales ataques, la población gazatí enfrenta una emergencia humanitaria: la alimentación. Desde hace más de seis semanas, Israel impuso un bloqueo completo, impidiendo la entrada de alimentos, medicamentos y otros bienes esenciales. Según la Organización de las Naciones Unidas, la mayoría de los habitantes de Gaza están alimentándose con una sola comida al día. Miles de niños ya muestran signos alarmantes de desnutrición.
“El sistema de salud está al borde del colapso, y la escasez de alimentos está creando una catástrofe nutricional sin precedentes”, dijo la doctora Hanan Balkhy, directora regional de la OMS para el Mediterráneo Oriental.
El llamado a levantar el bloqueo fue dirigido al nuevo embajador de Estados Unidos en Israel, Mike Huckabee. En su primera aparición como diplomático, Huckabee visitó el Muro de los Lamentos en Jerusalén, portando una oración escrita a mano por el propio presidente Donald Trump. Aunque expresó su compromiso con el retorno de los rehenes israelíes en manos de Hamás, todavía no ha hecho declaraciones directas sobre el bloqueo humanitario en Gaza.
51,000 muertos y el 90% de los gazatíes desplazados
Desde el comienzo del conflicto el 7 de octubre de 2023, cuando fuerzas lideradas por Hamás atacaron el sur de Israel causando la muerte de 1,200 personas y el secuestro de 251, el ejército israelí ha intensificado su ofensiva militar. Según cifras del Ministerio de Salud de Gaza, más de 51,000 palestinos han muerto, en su mayoría mujeres, niños y civiles. Esta cifra representa una tragedia masiva en un territorio donde apenas viven alrededor de 2 millones de personas.
El 90% de la población de Gaza ha sido desplazada. Viven en refugios improvisados, columnas de tiendas en medio de zonas bombardeadas, y carecen de acceso regular a agua potable, alimentos y atención médica.
Se estima que más del 70% de la infraestructura de Gaza ha sido destruida, incluyendo escuelas, hospitales, fábricas, instalaciones agrícolas y redes de saneamiento.
¿Una zona humanitaria que también es objetivo?
El área de Al-Mawasi, en el sur de Gaza, fue designada por Israel como una "zona humanitaria". Teóricamente, este sitio debe ofrecer protección a los civiles. Sin embargo, varios de los muertos recientes fueron alcanzados por misiles en esta misma zona.
“La palabra 'segura' ha perdido su sentido en Gaza”, comentaba a medios internacionales un trabajador médico del Hospital Europeo en Rafah. “Aquellos que lograron escapar del norte ahora mueren bajo nuevas bombas en el sur. Nadie sabe dónde esconderse.”
El fracaso diplomático y el silencio global
Mientras los misiles siguen arrasando ciudades y campos, el plano diplomático permanece estancado. Aunque se han llevado a cabo negociaciones esporádicas para intercambiar rehenes y permitir cortos períodos de cese al fuego, ningún acuerdo ha logrado una tregua duradera o la apertura de corredores humanitarios permanentes.
En palabras de António Guterres, secretario general de la ONU:
“Gaza se ha convertido en un cementerio para niños. El mundo debe actuar, y debe hacerlo ya.”
Gaza como laboratorio de una guerra prolongada
Más allá de lo inmediato, la situación en Gaza representa una prueba no sólo para Oriente Medio, sino para el sistema de derechos humanos internacionales. Las políticas de castigo colectivo, los ataques a zonas civiles, la destrucción de infraestructura básica y los bloqueos al ingreso de asistencia son todos actos marcados por controversia y, según algunas organizaciones de derechos humanos, potencialmente constituyen crímenes de guerra.
El relator especial de la ONU sobre los Territorios Palestinos Ocupados, Michael Lynk, ha sido enfático:
“El bloqueo de Gaza por más de 15 años, sumado a los recientes ataques indiscriminados, debe investigarse bajo el marco legal internacional humanitario. Se trata de un castigo colectivo.”
¿Y los niños?
Quizás el ángulo más estremecedor de esta tragedia es el de los menores. Un informe del Fondo para la Infancia de las Naciones Unidas (UNICEF) alertó que al menos 17,000 niños han perdido a uno o ambos padres durante la guerra. Muchos de ellos sobreviven solos en condiciones infrahumanas, traumatizados por las explosiones y por la pérdida de sus seres queridos.
“Los niños están desarrollando condiciones de salud mental irreversibles. No podemos esperar más,” alertó Catherine Russell, directora de UNICEF.
Refugios que no refugian
Cientos de miles se hacinan en escuelas administradas por la UNRWA (Agencia de Naciones Unidas para los Refugiados Palestinos), que ahora funcionan como albergues. Sin embargo, estas escuelas también han sido atacadas. La UNRWA denuncia que más de 200 de sus instalaciones han sido dañadas o destruidas desde el inicio del conflicto.
Solidaridad internacional: ¿suficiente?
Si bien diversas ONGs y países han intentado enviar ayuda humanitaria, la mayoría de estos esfuerzos son bloqueados o retrasados por el cerco militar. Las ayudas aéreas lanzadas por paracaídas son un paliativo ineficiente que no llega a todos.
Las organizaciones han pedido que se establezcan corredores humanitarios sostenidos y permanentes, sin los cuales seguirá creciendo el número de muertos por hambre, falta de atención médica o enfermedades relacionadas con condiciones insalubres.
¿Qué camino queda?
Mientras tanto, los bombardeos continúan, la comida escasea, y los hospitales se apagan entre falta de combustible y suministros. La tragedia humanitaria de Gaza es, hoy por hoy, una de las más agudas y crueles del siglo XXI. No es sólo una crisis nacional: es una herida abierta en plena conciencia del mundo entero.
Es obligatorio preguntarse: ¿cuánto más puede aguantar una población civil bombardeada, cercada y hambrienta? ¿Cuánto más podemos mirar hacia otro lado?