Tyler Herro, LeBron James y el nuevo orden del Play-In: ¿Estamos ante un cambio de era en la NBA?
Del ascenso milagroso del Heat a la complicada química de los Lakers, el Play-In redefine la narrativa de los playoffs
Un '10' en los playoffs: la hazaña del Miami Heat
La noche del viernes fue histórica para la NBA. El Miami Heat se convirtió en el primer equipo sembrado número 10 —tanto en la Conferencia del Este como del Oeste— en lograr una clasificación a los playoffs desde que se implementó el actual formato del Play-In Tournament en la temporada 2020-21.
Tyler Herro comandó la hazaña con 30 puntos y dos triples cruciales en la prórroga, para que Miami derrotara a los Atlanta Hawks 123-114 en Atlanta. Pero más allá del resultado, la trascendencia radica en lo que representa este nuevo formato para la competitividad en la liga.
"La historia la escriben los ganadores", diría Winston Churchill, pero en la NBA actual la reescriben los equipos que llegan calientes en el momento justo.
Davion Mitchell: de invisible a héroe
Otro destacado fue el reserva Davion Mitchell, quien apenas había anotado siete puntos en el tiempo reglamentario, pero explotó con tres triples en la prórroga, justo cuando más lo necesitaba el Heat. Vale destacar que Miami logró avanzar ganando ambos juegos del play-in como visitante, lo que también es una novedad desde que se adoptó este mini torneo.
La reconstrucción silenciosa de los Hawks
Por su parte, Atlanta volvió a quedarse corto, a pesar de los 29 puntos y 11 asistencias de Trae Young y un doble-doble de 28 puntos y 12 rebotes para Onyeka Okongwu. El equipo de Quin Snyder inició mal el juego, y aunque remontó, su inconsistencia desde la línea de tres perduró pese a haber intentado 47 triples (con 16 aciertos).
Ja Morant: talento condicionado
Mientras tanto, en el Oeste, la noticia fue la reaparición de Ja Morant con los Grizzlies, pese a un esguince de tobillo derecho que sufrió en el juego anterior. A pesar de su presencia, Memphis cayó ante los Dallas Mavericks y ahora enfrenta un panorama complicado.
Morant, uno de los jugadores más eléctricos de la liga, apenas anotó cuatro puntos en el último cuarto del partido contra Golden State. Aunque su talento es incuestionable, su habilidad para mantenerse sano y enfocado marcará el destino de Memphis en el corto plazo.
Lakers: una dupla de leyenda, pero con un reloj que apremia
Desde el otro extremo del espectro, tenemos al flamante dúo de LeBron James y Luka Doncic liderando a unos Lakers que cambiaron su identidad a mitad de temporada. El equipo angelino se llevó 50 victorias y lideró la División del Pacífico, pero las dudas siguen arriba del escenario.
La razón: apenas han jugado 21 partidos juntos. El técnico novato JJ Redick reconoció que “no ha sido perfecto [...] Es realmente difícil hacerlo”, en referencia al trabajo de acoplamiento entre James y Doncic. En otras palabras, los Lakers están construyendo el avión mientras vuelan, y el final no está garantizado.
El reto de Minnesota: continuidad y físico
Los Minnesota Timberwolves, liderados por un Anthony Edwards encendido, terminaron la temporada con marca 17-4 en los últimos juegos y se presentan como uno de los equipos en mejor forma para enfrentar a los Lakers. Además, Rudy Gobert ha cerrado la campaña dominante en defensa y con presencia abrumadora en la pintura.
Edwards, de apenas 23 años, lideró la liga en triples encestados y ha madurado tanto en su juego como en su mentalidad, prometiendo evitar técnicas y enfocados en el objetivo: derrocar al "Rey". La historia entre LeBron y Edwards se remonta al verano olímpico en París, donde entablaron una relación marcada por respeto mutuo.
¿Una NBA sin favoritos?
Con la irrupción de equipos como Miami desde el último puesto elegible y la fragilidad estructural de proyectos como los Lakers o los Grizzlies, cabe preguntarse si estamos ingresando en una era donde ser favorito ya no significa tanto como antes.
La paridad competitiva es cada vez más evidente. Ya no basta con tener a las estrellas, también se necesita salud física, cohesión y hambre de gloria. Esa fue la clave para que el Heat, con jugadores como Herro, Jimmy Butler y compañía, volviera a desafiar las predicciones.
El formato Play-In: ¿bendición o trampa?
Desde su implementación en 2021, el Play-In Tournament fue objeto de críticas y aplausos. Pero lo que es innegable es que ha aumentado la competitividad y ha dado vida hasta al décimo sembrado, algo que parecía impensable en la era anterior de los ocho primeros clasificados. Se conserva la emoción del March Madness versión NBA.
Y con ejemplos como el de Miami, la motivación para mantenerse dentro del Top 10 de cada conferencia cobra aún más importancia. Los equipos ya no pueden relajarse después de asegurar la octava posición, porque hoy en día, eso no garantiza absolutamente nada.
¿Qué podemos esperar del Heat contra Cleveland?
El próximo cruce de Miami será frente a los Cleveland Cavaliers, que contaron con una gran temporada liderada por Donovan Mitchell y el joven Darius Garland. Miami parte como underdog, pero no se puede subestimar a un equipo que ya ha demostrado su entereza en escenarios adversos.
Recordemos que el año pasado el Heat también entró por play-in y terminó llegando a las Finales de la NBA. ¿Podrán repetir la hazaña? Con veteranos como Kyle Lowry, Jimmy Butler y el impulso de jóvenes como Mitchell, definitivamente hay razones para creer.
El Este y el Oeste: caminos tan parecidos como diferentes
Mientras en el Este vemos un Heat desafiante y un Trae Young cargando en solitario a los Hawks, en el Oeste los reflectores apuntan a los Lakers y la inesperada explosión de los Timberwolves. No hay un claro favorito. Ni siquiera los primeros sembrados como Boston u Oklahoma City lucen invulnerables.
Esta democratización del talento también florece en las gradas. Según datos de Statista, la audiencia televisiva de los partidos de Play-In creció un 18% en 2023 respecto al año anterior, prueba del interés generado por estos duelos de vida o muerte.
El futuro llegó y se llama imprevisibilidad
La temporada 2025 nos ha demostrado que la NBA está más abierta que nunca. El Play-In no solo democratizó el acceso a los playoffs, sino que aumentó el drama, la incertidumbre y el espectáculo. El baloncesto está más vivo que nunca, y el mensaje es claro: nadie está a salvo, ni siquiera LeBron.
El reto para equipos, técnicos y aficionados será ahora adaptarse a este nuevo orden, donde las etiquetas de favorito e histórico ya no son suficientes si no se traducen en resultados en la cancha. Y a juzgar por lo vivido en esta semana de infarto, también será un espectáculo imperdible.