Phoenix Suns: El experimento fallido de Mat Ishbia y la promesa de un renacer

El dueño de los Suns admite un fracaso histórico y promete reconstruir identidad, esfuerzo y orgullo en Arizona

La temporada 2024-25 de los Phoenix Suns ha dejado un sabor amargo. Lo que debía ser una campaña de gloria con una escuadra de estrellas, terminó como una de las mayores decepciones en la historia de la franquicia. Y no lo decimos solo nosotros: lo dice el propio dueño del equipo, Mat Ishbia.

En una rueda de prensa sin filtros, Ishbia describió su equipo como "decepcionante" y "vergonzoso", reconociendo que se ha fallado en todos los niveles, desde la gerencia hasta el último empleado del equipo. Una evaluación brutal –y refrescante– en una liga donde la autocrítica suele brillar por su ausencia.

Un equipo de fantasía... pero sin alma

En enero, con la temporada en curso, Ishbia observaba desde su lugar preferido al borde de la cancha. Allí, mientras Kevin Durant, Devin Booker y Bradley Beal intentaban desequilibrar los partidos, el dueño llegaba a una conclusión: no había gozo, ni pasión, ni identidad.

Los Suns finalizaron con un pobre registro de 36-46, una cifra dolorosa para un equipo que superó los 300 millones de dólares en nómina, incluyendo contratos monstruosos de más de 50 millones al año.

La cuestión no era solo perder, sino cómo se perdía: desorganización defensiva, poca intensidad, y una desconexión innegable entre los jugadores y una fanática exigente e históricamente sufrida. El club no logró clasificarse ni siquiera al torneo de play-in, un colmo considerando el talento disponible.

Mat Ishbia: del corazón universitario a la frustración NBA

Ishbia, exjugador de los Spartans de Michigan State bajo el mítico Tom Izzo, sabe lo que es competir desde el corazón y el esfuerzo. Aunque fue un walk-on sin gran talento, aprendió valores que, según él mismo reconoce, no supo trasladar a la NBA.

"Yo soy todo corazón. Voy a superarlos a todos por trabajo duro", dijo. "No hemos tenido eso aquí. Necesitamos reflejar la identidad de Phoenix: resistencia, determinación, ética de trabajo y alegría".

Desde que compró el equipo en 2023 por cerca de 4 mil millones de dólares, Ishbia ha sido agresivo, apostando por estrellas en lugar de por cohesión. Pero la mezcla no funcionó. Su primer movimiento tras el fracaso: despedir a Mike Budenholzer, el tercer entrenador en otros tantos años. El siguiente paso será definir una identidad desde el banquillo y... mejorar el rendimiento deportivo.

El trío estelar que nunca fue

El núcleo de Booker, Durant y Beal, en teoría, debería asustar a cualquier rival. Pero se convirtió en un caso de estudio de cómo no construir una súper escuadra. Con múltiples lesiones, falta de química y roles poco definidos, el combo no generó los resultados esperados.

  • Devin Booker: Inamovible. "Franquicia" según Ishbia. Promedió 26.9 pts, pero no pareció cómodo compartiendo responsabilidades con dos superestrellas más.
  • Kevin Durant: A los 36 años sigue siendo élite (26.6 pts), pero su edad y contrato lo convierten en un activo tanto valioso como problemático.
  • Bradley Beal: El gran agujero negro. Cobrando más de $50M por temporada, no llegó ni cerca de justificar su salario. Con problemas físicos recurrentes, su movimiento en el mercado será casi imposible sin absorber pérdidas.

¿Puede mantenerse el trío? Altamente improbable.

Un futuro cargado de incertidumbre

Los objetivos son claros: redefinir el proyecto, mantener a Booker y, posiblemente, traspasar a Durant o Beal (o ambos). Pero antes, deben elegir al nuevo timonel desde el banco de suplentes.

Ishbia prometió que esta vez sí acertarán: “Tenemos que acertar en la próxima contratación de técnico. Y lo haremos.”

Los nombres en el aire son muchos, desde entrenadores jóvenes con hambre hasta veteranos con disciplina táctica. El perfil está claro: debe ser alguien capaz de insuflar identidad, estructura y pasión al equipo.

Lecciones del fracaso

Ishbia ha manifestado múltiples veces su deseo de que los Suns se conviertan en un símbolo del carácter de Phoenix. Y si algo ha demostrado esta ciudad es que a pesar del calor, del desierto y de las sequías... sabe de resiliencia. Lo que necesita el equipo no es más talento, sino más alma.

El error de gastar cientos de millones sin una idea clara de juego es uno que numerosas franquicias han cometido (recordemos los Nets de Durant, Harden y Kyrie). Pero ahora, con experiencia —y cicatrices—, Ishbia enfrenta su momento clave como directivo.

“No estamos tratando de construir un equipo de fantasía. Queremos un equipo que compita y represente a Phoenix. Vamos a rehacer esto.”

¿Hay motivos para creer?

No todo está perdido. Los Suns aún cuentan con un pilar como Booker, un mercado atractivo, instalaciones modernas y un propietario con billetera y disposición para aceptar errores. Como dicen en la NBA: rebuilds veloces son posibles... si se actúa con inteligencia.

Las franquicias que aprendieron de sus errores han triunfado. Golden State reconstruyó tras varios años mediocres. Denver lo hizo alrededor de Jokic con paciencia. Los Celtics reformularon su proyecto sin destruirlo del todo.

Ahora, Phoenix tiene ese mismo chance. Uno que comienza con humildad, planificación y –sobre todo– identidad.

Bien lo dijo Ishbia:

“Quiero un equipo que ustedes y yo estemos orgullosos de ver. Eso es todo.”

Y si esas palabras acaban convirtiéndose en acciones... quizás el futuro en el Valle del Sol no esté tan oscuro después de todo.

Este artículo fue redactado con información de Associated Press