La salud mental en el trabajo: un tabú que se rompe y una cultura que evoluciona

Cada vez más empleados priorizan su bienestar emocional, rompiendo estigmas y tomando licencias por salud mental con el respaldo (o no) de sus empresas

Durante mucho tiempo, la salud mental fue un tema tabú —especialmente en el entorno laboral— pero hoy, cada vez más personas se atreven a hablar, a llorar, a pedir ayuda y, lo más importante, a tomarse una pausa cuando la necesitan.

Un diagnóstico silencioso que se siente a gritos

Carolina Lasso tenía todo bajo control: presentaciones, liderazgo en marketing, una carrera exitosa. Hasta que un día, su voz se apagó justo cuando su nombre fue llamado para hablar frente a sus colegas. “Sentí un nudo en la garganta. Mi cabeza estaba como si estuviera dentro de una burbuja. No podía oír, no podía ver”, recordó Lasso. Aquello fue su primer ataque de pánico.

Su historia no es única. La pandemia, con su letal cóctel de incertidumbre, ansiedad colectiva y aislamiento social, solo amplificó un problema que ya venía gestándose. Según un reporte de Alight, los tres diagnósticos más comunes entre empleados que tomaron licencia por salud mental fueron depresión, ansiedad y trastorno de ajuste.

Más que necesario: tomar una pausa a tiempo puede salvar vidas

Newton Cheng, director de salud y rendimiento en Google, tuvo una revelación dolorosa pero transformadora. Durante una reunión de equipo, comenzó a llorar. “Me enseñaron que como profesional —y como hombre— uno no llora”, confesó. Pero cuando no pudo levantarse de la cama por la angustia, entendió que era momento de parar. Se tomó una licencia médica y compartió abiertamente su decisión, generando un efecto dominó de sinceridad entre colegas.

Historias como la de Cheng o Lasso están ayudando a romper el estigma alrededor de la salud mental en el ámbito laboral. Su valentía legitima la idea de que cuidar de uno mismo no equivale a debilidad, sino a inteligencia emocional y liderazgo.

¿Qué es una licencia por salud mental y cómo funciona?

En EE.UU., los empleados pueden solicitar una licencia médica bajo el Family and Medical Leave Act (FMLA), que ofrece hasta 12 semanas de ausencia (generalmente sin paga, salvo compensación estatal o uso de días acumulados). Algunas empresas, como las que contratan a través de ComPsych Corp, proveen servicios adicionales que facilitan el proceso e, incluso, promueven pausas preventivas.

La duración puede variar desde algunas semanas hasta varios meses. Por ejemplo, Lasso tomó seis meses que incluyeron terapia y una experiencia sanadora en India, antes de fundar su propio emprendimiento dedicado a promover culturas laborales más humanas.

El miedo a represalias persiste: ¿cómo abrir la conversación?

A pesar del avance, muchas personas temen que tomarse tiempo las marque profesionalmente. Cheng recuerda cómo explicó su situación: “Por mi salud, por el bienestar de mi familia y lo que es mejor para el negocio, lo menos riesgoso es tomarme una licencia pronto”.

No hay obligación legal de explicar los motivos a colegas. Basta con decir: “Me tomaré una licencia médica”. El proceso legal protege la confidencialidad de esa decisión. “No necesitan saber por qué. Solo que estaré ausente un período de tiempo”, destaca Seth Turner, cofundador de AbsenceSoft.

¿Estás al límite? Algunas señales de alerta

  • Sentimiento persistente de agotamiento, incluso después de dormir.
  • Incapacidad para concentrarse en tareas simples.
  • Llanto frecuente sin motivo aparente.
  • Aislamiento o desconexión emocional de colegas, amigos o familia.
  • Falta de motivación o sentido.

Si alguna de estas señales resuena contigo, es momento de priorizar tu salud emocional. Como dijo Rosalie Mae, trabajadora universitaria que enfrentó pensamientos suicidas: “No es una cura instantánea, pero es un espacio indispensable para reagruparse y trazar un camino hacia el bienestar”.

El trabajo no se va a ningún lado, pero tu salud sí puede hacerlo

Tomarse una licencia por salud mental no implica fragilidad, sino valentía. Es elegir vivir una vida digna y plena, libre del peso invisible que arrastran tantos. Requiere enfrentar temores sociales y profesionales incrustados en décadas de cultura corporativa, donde “aguantar” se consideraba una virtud.

Pero esa narrativa está cambiando.

En lugar de desmoronarse bajo la presión, quienes se dan ese permiso vuelven con una perspectiva renovada. Algunos, como Lasso, incluso reorientan su vida profesional hacia nuevas pasiones. Su mensaje es claro: ese tiempo puede ser una bisagra que desbloquee caminos antes impensables.

¿Qué pueden hacer los empleadores?

Jennifer Birdsall, directora clínica en ComPsych, lo resume así: “Desde el inicio de la pandemia, hemos estado en un estado constante de turbulencia. Es esencial reforzar el bienestar antes de que los trabajadores lleguen a un punto de quiebre”.

Las organizaciones deben desarrollar estrategias proactivas que incluyan:

  • Protocolos claros para licencias de salud mental.
  • Capacitación de líderes para detectar señales tempranas.
  • Promoción de un entorno libre de estigma.
  • Acceso a terapias, líneas de ayuda y programas de asistencia.

Una mirada hacia el futuro

Cada historia compartida suma una pieza a ese mosaico de cambio cultural. Lo que una vez fue un susurro en pasillos, hoy empieza a ocupar portada:

✓ Ejecutivos que lloran frente a sus equipos.
✓ Gerentes que no solo toleran, sino que recomiendan tomarse pausas.
✓ Organizaciones que invierten en salud emocional como parte esencial del rendimiento.

Las licencias por salud mental no son un lujo. Son una forma de humanidad. Porque sin salud mental, no hay innovación, productividad ni propósito que valga.

Como diría Newton Cheng: “Cuando empecé a hablar, no fui el único que respiró aliviado. Fui solo el primero”.

¿Has superado un obstáculo importante relacionado con tu trabajo y salud mental? Comparte tu historia. Podría ser justo lo que alguien necesita para dar el primer paso.

Este artículo fue redactado con información de Associated Press