La batalla por la academia: universidades en resistencia frente a recortes, censura y represión en EE.UU.

Las protestas universitarias crecen en Estados Unidos mientras profesores, estudiantes e instituciones enfrentan los ataques políticos del gobierno de Donald Trump

La comunidad universitaria en Estados Unidos está en pie de guerra. Desde Harvard hasta Berkeley, profesores, estudiantes e investigadores han tomado las calles y los campus para defender no sólo el financiamiento público para la educación superior, sino el mismo corazón de la libertad académica. ¿La razón? Una serie de agresivas medidas impulsadas por el gobierno de Donald Trump que buscan desmantelar programas, silenciar el disenso y castigar la investigación crítica.

Una ofensiva política sin precedentes

El epicentro del conflicto: las universidades más prestigiosas de Estados Unidos, hoy convertidas en blanco de una agenda política que las acusa de promover ideologías inadecuadas —como la teoría crítica de la raza o el reconocimiento de los derechos LGBTQ+— y de alimentar protestas pro-palestinas.

Donald Trump ha sido claro al respecto. Ya en campaña prometió eliminar los fondos federales a aquellas instituciones "contaminadas" por estas corrientes. Ahora, desde el poder, cumple: Harvard, por ejemplo, enfrenta la amenaza de perder $2.200 millones de dólares en subsidios y contratos, lo cual incluye su capacidad de acoger estudiantes internacionales.

Harvard y otras universidades dicen ¡basta!

La respuesta no se hizo esperar. En Harvard, cientos de estudiantes y profesores se congregaron para protestar contra lo que consideran un acto de censura autoritaria. Nancy Krieger, profesora de epidemiología social en la Escuela de Salud Pública, denunció la cancelación de su subvención de los Institutos Nacionales de Salud (NIH) por investigar la discriminación en salud.

"Estamos haciendo nuestro trabajo para crear un mundo mejor", dijo Krieger. "Este tipo de investigaciones no las financiarán las grandes corporaciones ni mecenas privados, por lo que dependemos del dinero público."

Rochelle Sun, estudiante de posgrado en el Departamento de Gobierno, fue aún más directa: “Debería estar escribiendo mi tesis, pero tengo que luchar contra este estúpido fascismo”, decía su pancarta.

Defensa de la libertad académica

Las acciones del gobierno han encendido todas las alarmas entre expertos en educación superior. Kelly Benjamin, representante de la American Association of University Professors (AAUP), advierte que estamos ante un ataque sistemático contra la autonomía universitaria:

"Las universidades han sido tradicionalmente el lugar donde se debaten ideas, se disiente y se cuestiona. Eso es saludable para la democracia. Y están tratando de destruir todo eso para imponer su visión".

Las consecuencias humanas de la represión

Además de los recortes financieros, el gobierno también ha usado el sistema migratorio como arma de control político. Según diversos reportes, estudiantes y académicos internacionales que participaron en protestas o criticaron al gobierno israelí han sido arrestados, deportados o han perdido sus visas.

Varias universidades —como Columbia— han intentado inicialmente cooperar con las exigencias del gobierno, sólo para luego dar marcha atrás y resistirse. Robert Reich, ex secretario de Trabajo y profesor en UC Berkeley, fue contundente:

"No se puede apaciguar a un tirano. Columbia lo intentó. No funcionó".

El caso Harvard: ¿la chispa que encienda la mecha nacional?

Como primera universidad en desafiar abiertamente al gobierno, Harvard se ha convertido en símbolo de resistencia académica. Sus líderes han afirmado que las condiciones impuestas son inaceptables y que la libertad de cátedra, la investigación y la diversidad institucional no están sujetas a negociación.

La Coalición para la Acción en Educación Superior, que incluye organizaciones como Higher Education Labor United y la American Federation of Teachers, ha coordinado manifestaciones conjuntas en universidades del país. Sus pancartas lo dicen todo: “Paren la guerra contra las universidades”, “Censurar es el arma del fascismo”.

Trasfondo político y motivaciones ideológicas

Según analistas políticos, esto forma parte de un intento sistemático de transformar la educación pública en Estados Unidos. Bajo el mando de Donald Trump y sus aliados, el Departamento de Gobierno Eficiente (DOGE, por sus siglas en inglés) ha instalado funcionarios designados con el objetivo de "racionalizar el gasto público"... lo cual ha significado:

  • Eliminar el programa Head Start, que atiende a niños en situación vulnerable.
  • Desmantelar el programa de declaración de impuestos gratuita del IRS (Direct File).
  • Redirigir fondos de programas sociales a proyectos privados con base ideológica.

Virginia, particularmente el norte del estado, se ve gravemente afectada por estos cambios, ya que alberga a una gran parte de trabajadores federales. Las reuniones comunitarias muestran a ciudadanos furiosos con la forma en que se ha rediseñado el aparato federal.

Reacción conservadora y financiación ideológica

A pesar del malestar social, los sectores conservadores no se han quedado de brazos cruzados. En los esfuerzos electorales de 2025, han canalizado millones de dólares hacia campañas alineadas con la agenda de Trump. La vicegobernadora de Virginia, Winsome Earle-Sears, ha recibido apoyo financiero de figuras como el multimillonario Thomas Peterffy (US$ 300.000) y Kevin McCarthy, ex presidente de la Cámara de Representantes.

Paradójicamente, el gran nombre de esta estrategia aún no aparece: Elon Musk. Aunque su influencia es omnipresente a través del DOGE y sus reformas federales, ni él ni sus entidades han donado a campañas en Virginia, a diferencia de sus incursiones recientes en Wisconsin, donde fracasó en un intento de capturar una corte estatal al invertir $21 millones en una elección especial.

Stephen Farnsworth, politólogo de la Universidad de Mary Washington, declaró:

"Una de las preguntas clave este año es si Elon Musk decidirá intervenir como lo hizo recientemente en Wisconsin. ¿Verá a Virginia como una inversión rentable?"

Un ecosistema educativo en peligro

Si bien muchas universidades estadounidenses gozan de prestigio global, su supervivencia depende en gran medida de la financiación pública. Este modelo ha creado generaciones de científicos, médicos, artistas e ingenieros que han nutrido a la sociedad estadounidense y global.

Recortar fondos a estas instituciones bajo pretextos ideológicos puede traer consecuencias devastadoras:

  • Menor productividad científica e innovación tecnológica.
  • Menor competitividad global en investigación médica, climática, energética, etc.
  • Fuga de cerebros internacionales ante la inseguridad migratoria.
  • Una juventud menos preparada para enfrentar los desafíos del futuro.

¿Una nueva Guerra Cultural?

El conflicto ha dejado de ser exclusivamente presupuestario. Lo que estamos presenciando es una batalla ideológica por el alma del sistema universitario estadounidense. A un lado, quienes defienden las libertades civiles, la diversidad, la justicia social y la investigación crítica. Del otro lado, quienes buscan imponer un modelo disciplinado, ortodoxo y alineado con los valores conservadores más duros.

Como expresó Robert Reich ante estudiantes en UC Berkeley:

"Este momento definirá el tipo de país que seremos en las próximas décadas. ¿Un país de ideas y libertad? ¿O uno donde un puñado de políticos decidan qué podemos enseñar, investigar y pensar?"

El desenlace está por verse. Pero el telón ya ha subido: el campo de batalla está en las universidades.

Este artículo fue redactado con información de Associated Press