El futuro incierto de Head Start: ¿Retroceso educativo o estrategia política?

La propuesta de eliminar Head Start por parte del gobierno de Trump reabre el debate sobre la equidad educativa en Estados Unidos

Head Start, el programa de educación temprana que desde los años 60 ha representado una tabla de salvación para millones de niños en situación vulnerable en Estados Unidos, se encuentra nuevamente en el ojo del huracán. La administración de Donald Trump ha propuesto eliminar por completo su financiamiento en su borrador presupuestario para el año fiscal 2026, desencadenando una polémica nacional y reacciones airadas de legisladores, educadores y defensores de la infancia.

¿Qué es Head Start y por qué es importante?

Head Start fue creado en 1965 en el marco de la “Guerra contra la pobreza” promovida por el presidente Lyndon B. Johnson. Este programa proporciona acceso gratuito a educación preescolar, comida nutritiva, servicios de salud, y apoyo emocional y familiar para niños de familias de bajos ingresos. La idea principal es simple pero poderosa: nivelar el campo de juego desde una edad temprana.

De acuerdo con la National Head Start Association (NHSA), más de 800,000 niños se benefician cada año de este programa en los 50 estados del país. No se trata meramente de una guardería: muchos de estos niños reciben aquí su única comida completa del día, atención médica inicial, evaluación temprana del desarrollo y ayuda psicológica.

Una propuesta que corta más que presupuesto

En un documento borrador filtrado, la administración Trump indica que “el presupuesto no financia Head Start” y sostiene que esta decisión es consistente con su meta de “devolver el control de la educación a los estados e incrementar el control parental”. La declaración ha sido calificada por críticos como un ataque directo a la educación equitativa.

Para muchos expertos, esta medida no es solo administrativa, sino política. “Eliminar Head Start es un desmantelamiento ideológico de los logros de los años 60, bajo la excusa de la descentralización”, declaró la educadora y defensora de políticas públicas Yasmina Vinci. Según Vinci, “representa un desinversión en el futuro de nuestra nación”.

Datos alarmantes sobre el recorte actual

Desde enero de 2025, Head Start ha recibido $1.6 mil millones en financiamiento. En el mismo periodo del año anterior, se distribuyeron $2.55 mil millones, según datos analizados por la oficina de la Senadora demócrata Patty Murray. Esto significa una caída del 37.25% del fondo federal, lo que ya ha causado el cierre temporal de numerosos centros.

Se estima que hasta medio millón de niños podrían verse afectados. Para las familias que viven al día, sin días de vacaciones pagadas, la pérdida de cuidado infantil significa pérdida de ingresos o incluso del empleo.

¿Una jugada política preelectoral?

En el contexto de su campaña para las elecciones de 2026, Donald Trump ha intensificado su agenda de recortes en áreas como educación, diversidad e inclusión. Desde su llegada a la presidencia, ha buscado desmantelar el Departamento de Educación, eliminar iniciativas de equidad y congelar fondos a universidades “liberales y antisemitas”, según sus palabras.

No es casualidad que Head Start —un programa apoyado históricamente de forma bipartidista— esté ahora bajo amenaza. El think tank conservador The Heritage Foundation, a través de su hoja de ruta para una futura presidencia republicana, Project 2025, ya planteaba eliminar Head Start, alegando ineficiencia administrativa e intromisión federal.

Reacciones en el Congreso

Senadores demócratas y defensores de derechos sociales reaccionaron con indignación. “Esta administración cree que no podemos permitirnos ayudar a las familias con educación preescolar, pero sí dar miles de millones en recortes fiscales a multimillonarios”, denunció la senadora Patty Murray.

“Es ofensivo e inaceptable. Y que quede claro: los demócratas no permitirán que esta propuesta avance en el Congreso”, agregó. Sin embargo, Murray advirtió que Trump puede encontrar maneras de “romper” los programas incluso sin el aval legislativo, usando vías administrativas.

Los niños en el centro de la tormenta

Más del 80% de los niños de Head Start viven en hogares por debajo del umbral de pobreza federal. Muchos son niños sin hogar, en hogares de acogida o con padres que trabajan múltiples empleos de bajos ingresos. Para ellos, Head Start representa más que un aula: representa una oportunidad real.

“Para mi hijo, Head Start fue el primer lugar donde se sintió seguro, cuidado y valorado”, cuenta María Méndez, una madre soltera de Texas. “Desde que lo suspendieron en febrero, he tenido que llevarlo al trabajo conmigo, y eso me costó un turno porque al niño le dio fiebre”.

El valor multiplicador de la inversión en la infancia

Estudios del Centro de Desarrollo Infantil de Harvard han demostrado una y otra vez que la inversión en educación temprana tiene el mayor retorno económico de cualquier política social. Por cada dólar invertido en educación infantil temprana, se calcula un retorno de entre $7 y $13 debido a menores tasas de repetición escolar, mejores salarios futuros y menor criminalidad.

Un estudio del economista James Heckman, Premio Nobel, demostró que programas como Head Start contribuyen de forma directa a romper ciclos intergeneracionales de pobreza.

Retroceso o rediseño: ¿hay una tercera vía?

Algunos sectores republicanos han reconocido valor en la idea de Head Start, pero critican su estructura actual. Plantean descentralizar el control y permitir que los estados diseñen sus versiones, argumentando que los resultados no siempre han sido consistentes.

Aun así, los expertos advierten que sin un marco federal mínimo, el programa terminaría siendo desigual y excluyente. Es decir, que un niño en Mississippi no tendría el mismo acceso que uno en Illinois o California.

La lucha continúa

En las próximas semanas, se espera que congresistas como Bernie Sanders y Alexandria Ocasio-Cortez presenten proyectos para asegurar el financiamiento estable de Head Start, independientemente de quién esté en la Casa Blanca. También se están organizando protestas, campañas digitales y audiencias públicas en varias ciudades del país para presionar a los legisladores.

Para muchos estadounidenses, Head Start no es solo una política pública, sino una cuestión moral. Significa valorar a los niños por encima de los debates ideológicos. Como lo expresó la propia Yasmina Vinci: “Cuando invertimos en los más pequeños, invertimos en el futuro de esta democracia”.

Este artículo fue redactado con información de Associated Press