Trump, Musk y el IRS: El asalto al programa gratuito para declarar impuestos en EE.UU.

Detrás del fin del programa Direct File del IRS hay intereses económicos, presiones políticas y un plan mayor para privatizar tus derechos fiscales

Pocos programas del gobierno estadounidense han generado tanto impacto positivo y, al mismo tiempo, tanta controversia política como el sistema Direct File del IRS. Desarrollado bajo la administración de Joe Biden, este servicio permitía a los contribuyentes declarar impuestos de manera gratuita directamente con la agencia fiscal. Pero ahora, bajo la influencia del expresidente Donald Trump y el magnate Elon Musk, este sistema ha sido eliminado. ¿Por qué? ¿A quién beneficia esta decisión? ¿Y qué dice esto del futuro de los servicios públicos digitales en los Estados Unidos?

¿Qué era el programa Direct File?

Direct File fue un pionero sistema electrónico gratuito que permitió a cientos de miles de estadounidenses presentar sus declaraciones de impuestos sin pagar intermediarios. Fue creado como parte de la Ley de Reducción de la Inflación aprobada en 2022, que destinó cientos de millones de dólares a modernizar el IRS.

En palabras del propio IRS, era una herramienta para modernizar la recaudación fiscal y alinear a la agencia con las necesidades digitales del siglo XXI. Se lanzó como un programa piloto en 12 estados en 2024, y según el IRS 140,803 contribuyentes lo usaron exitosamente en su primer año.

¿Por qué se cancela un programa exitoso?

A pesar de su éxito, la administración Trump decidió ponerle fin. Las razones oficiales no se han comunicado claramente, pero fuentes dentro del IRS revelaron que el equipo asignado al desarrollo del programa recibió instrucciones en marzo de 2025 para cesar toda actividad relacionada con Direct File para la temporada fiscal 2026.

Esto ocurrió después de fuertes presiones de compañías privadas de preparación de impuestos como Intuit (dueños de TurboTax), que han ganado miles de millones al cobrar por un servicio que, según muchos expertos, debería ser gratuito.

El papel de Elon Musk y el “Departamento de Eficiencia Gubernamental”

Uno de los elementos más polémicos es la participación de Elon Musk. Desde que Trump creó un “Departamento de Eficiencia Gubernamental” (DOGE) dirigido por Musk, este ha eliminado varias agencias tecnológicas federales, incluyendo a 18F, un grupo de desarrolladores gubernamentales que trabajaban directamente en proyectos como Direct File.

En febrero de 2025, Musk escribió en su red social X: “He eliminado 18F. Redundante, caro, y lento”. Aunque inicialmente se rumoreó que el equipo DOGE de Musk reemplazaría al IRS en el desarrollo de Direct File, todo esto quedó en el aire, hasta que se confirmó su cancelación.

¿Quiénes pierden con esta decisión?

  • Los contribuyentes de clases medias y bajas, que gastan en promedio 140 dólares al año en declarar impuestos, según el IRS.
  • Las pequeñas empresas que buscaban reducir costos tributarios.
  • El propio gobierno, al depender de servicios externos menos eficientes y más caros.

Como lo explicó Elizabeth Warren, senadora por Massachusetts: “Trump y Musk atacan el proyecto Direct File porque impide a las grandes compañías lucrarse con los impuestos de los ciudadanos”. Warren ha sido defensora del sistema y denunció públicamente su cancelación.

El lobby de las empresas privadas: la verdadera razón

Desde hace años, compañías de software de impuestos han invertido millones en cabildeo ante el Congreso. Por ejemplo, Intuit ha gastado más de $3 millones anuales en influenciar legisladores para evitar un sistema gratuito oficial.

Una investigación de ProPublica en 2019 reveló cómo estas empresas habían saboteado intencionadamente a Free File, el programa previo al Direct File. Trampas como ocultar el acceso gratuito en Google o complicar los formularios eran parte de la estrategia para obligar a los usuarios a pagar.

El argumento del despilfarro: ¿real o fabricado?

Los opositores del programa afirman que ya existen plataformas gratuitas —lo cual es técnicamente cierto—, pero están plagadas de obstáculos, cargos ocultos y malas prácticas. Direct File eliminaba estos problemas.

La retórica de “gasto gubernamental excesivo” se ha convertido en la excusa favorita de la administración conservadora. Sin embargo, el presupuesto total de Direct File era menor al 0.05% del presupuesto anual del IRS, y podía ahorrar miles de millones a largo plazo si se consolidaba.

¿Qué dicen los usuarios?

Usuarios del programa piloto calificaron la experiencia como “fácil, rápida y económica”. Encuestas internas del IRS revelaron que más del 90% de quienes usaron Direct File quedaron satisfechos y afirmaron que lo volverían a usar.

“Era tan sencillo como llenar un formulario en línea. No tuve que pagar nada ni buscar asesoría extra”, contó Luis Fernández, un trabajador independiente de Arizona.

Ideología antes que eficiencia

Muchos analistas coinciden en que la eliminación de Direct File responde a una visión neoliberal y privatizadora del gobierno. Es la idea de que el Estado no debe competir con el sector privado, aunque eso perjudique al ciudadano común.

Adam Ruben, del Economic Security Project, lo resumió así: “El arreglo estaba hecho desde el principio. Es escandaloso que sean las grandes corporaciones las que dicten la política fiscal, no los contribuyentes”.

¿Qué consecuencias podría tener esta decisión?

  • Retroceso tecnológico: El gobierno pierde autonomía y capacidad para digitalizar servicios esenciales.
  • Aumento de desigualdad: Solo quienes puedan pagar por servicios premium tendrán eficiencia.
  • Desconfianza ciudadana: Se mina la relación entre ciudadanos y Estado al primar intereses privados.

Además, pone en duda otros proyectos de modernización digital que están siendo evaluados por la agencia.

La lucha por un acceso justo a los servicios fiscales continúa

Los defensores del programa no han bajado los brazos. Organizaciones como Code for America, la Economic Security Project y varias senadoras demócratas están organizando campañas para salvar Direct File o proponer una alternativa en los estados donde se implementó como piloto.

El futuro depende, en parte, de los estadounidenses. Si la presión ciudadana crece, podría obligar al Congreso o incluso a un próximo presidente a retomar el programa. Como afirma Danielle Allen, politóloga de Harvard: “El acceso justo a servicios básicos como la presentación de impuestos es una piedra angular para una democracia real. Privatizar todo es empobrecer el bien común”.

Mientras tanto, los usuarios deben volver a navegar por el caótico universo privatizado de plataformas pagas, esperando que, algún día, el derecho de declarar impuestos sin pagar no sea un privilegio, sino una norma.

Este artículo fue redactado con información de Associated Press