Tácticas, Tensiones y Tarifas: El ajedrez internacional de la administración Trump sacude al mundo
Desde la guerra en Ucrania hasta la guerra comercial con China y la crisis migratoria en Panamá, la política exterior de Trump redibuja las relaciones globales
El tablero geopolítico de 2025: ¿Qué busca realmente la administración Trump?
La reciente ofensiva diplomática encabezada por el secretario de Estado Marco Rubio y el emisario especial Steve Witkoff ha encendido las alarmas entre los aliados tradicionales de Estados Unidos. Desde París hasta el corazón del sudeste asiático, la estrategia del expresidente Donald Trump —ahora nuevamente al frente del gobierno estadounidense— busca redefinir el papel de su país en los conflictos globales, el comercio internacional y la política migratoria.
La gira diplomática de Rubio y Witkoff a París, sumada a la visita del vicepresidente JD Vance a Italia, solo representa una parte del complejo ajedrez global que la administración Trump parece estar jugando con una estrategia decididamente unilateral. En el centro de este esfuerzo, resalta una preocupante inclinación hacia reducir compromisos tradicionales —como los mantenidos en el marco de la OTAN o la cooperación con Asia— mientras incrementa la influencia estadounidense a través de presión económica, acuerdos bilaterales y retórica de fuerza.
El (eterno) conflicto Rusia-Ucrania: ¿Paz o presión?
Más de tres años después de que Rusia lanzara su invasión a gran escala contra Ucrania, el estancamiento militar y los costos humanitarios han vuelto a poner a la diplomacia en el centro del conflicto. Según informó la portavoz del Departamento de Estado Tammy Bruce, tanto Rubio como Witkoff se reunieron en París para promover el "objetivo del presidente Trump de poner fin a la guerra entre Rusia y Ucrania y detener el derramamiento de sangre".
Pero la realidad es más compleja de lo que la declaración sugiere. Mientras Ucrania ha demostrado receptividad ante una posible tregua —con la condición de que se mantenga la integridad territorial—, Moscú ha condicionado cualquier alto al fuego a la suspensión del suministro de armas occidentales y a frenar la movilización ucraniana, condiciones que Kyiv considera inaceptables.
Las recientes conversaciones mantenidas entre Witkoff y el presidente ruso Vladimir Putin —según trascendidos, también relacionadas con temas de seguridad en Oriente Medio— han despertado sospechas sobre cuán cercana podría volverse esta relación. En pleno contexto de tensiones internas en la OTAN por los recortes presupuestarios de defensa solicitados por Trump, Europa observa con preocupación una posible reconfiguración de las alianzas estratégicas.
“Hay temor en Bruselas sobre un giro hacia una política neoaislacionista de EE. UU., donde se busque un entendimiento tácito con Rusia a cambio de concesiones económicas,” declaró un diplomático francés citado por Le Figaro.
Una guerra comercial sin tregua: China, tarifas y la gran feria de Cantón
La segunda gran ofensiva internacional de la administración Trump se libra con aranceles, más que con misiles. En el marco de una política denominada “tarifas recíprocas”, el gobierno norteamericano ha impuesto gravámenes de hasta un 145% sobre todos los productos importados desde China. La medida ha generado estragos en la economía manufacturera asiática.
En la 137ª Feria de Cantón de Guangzhou, la más grande del país desde 1957, la preocupación se respira en cada pasillo. Zhang Haiyun, directora de ventas internacionales de Airdog, fabricante de purificadores de aire, lo resumió así:
“Básicamente, no hay empresas de carga dispuestas a aceptar órdenes porque nadie sabe qué pasará con los aranceles cuando las mercancías lleguen”
Este impacto es especialmente devastador para empresas cuya estrategia había contado con la estabilidad comercial con EE. UU., justo cuando comenzaban a expandirse en el mercado norteamericano. Según cifras de la feria, la asistencia de empresarios extranjeros cayó un 18% respecto a la edición anterior debido a la incertidumbre regulatoria.
El efecto dominó: el sudeste asiático también bajo fuego
Con el fin de enfrentar las tarifas, muchas empresas chinas mudaron producción a países como Vietnam o Camboya. Pero en un giro sorprendente, la administración Trump castigó también a estos países: aranceles del 49% y 46% respectivamente. Mientras Xi Jinping visita este mes las capitales del sudeste asiático, su retórica a favor de un comercio libre y justo choca con las medidas proteccionistas estadounidenses.
Wallace Huang, del grupo Weking —fabricante de electrodomésticos— afirmó:
“No podemos depender de un solo mercado. Si el oeste está oscuro, el este será la luz”
Con el mercado oeste en declive, las exportaciones hacia América Latina, África y Oriente Medio han tomado una nueva relevancia en la estrategia china. Mientras tanto, empresas logísticas como Great Link Logistics observan cómo los clientes estadounidenses calculan cuidadosamente sus próximos pasos. Nada es seguro.
Impacto colateral: el caso de los productores de Estados Unidos
Lo paradójico de esta guerra comercial es que las mismas políticas de aranceles que buscan proteger la industria estadounidense han afectado también a productores dentro del país. Danny Elassir, director de exportaciones de Exotica Freshener Co, fabricante de ambientadores en Ohio, indicó que muchos clientes internacionales ahora reconsideran contratos a largo plazo debido a los altos costos derivados de las políticas tarifarias.
“Volver a los aranceles previos es la única forma de que nuestro negocio pueda seguir creciendo”, concluyó Elassir tras una década de participación en la Feria de Cantón.
Panamá y el caos de la frontera: los efectos invisibles del muro
Una de las consecuencias menos visibles de la política de la administración Trump ha sido el impacto económico sobre países de tránsito migratorio. La brecha del Darién, un tramo selvático y peligroso entre Colombia y Panamá que se convirtió en una ruta crítica de migrantes hacia EE. UU., ha visto una caída abrupta del flujo debido al endurecimiento migratorio.
Esto ha afectado profundamente a comunidades locales como Villa Caleta, donde muchos abandonaron la agricultura para dedicarse a apoyar la movilidad de migrantes. Uno de los residentes, que prefiere el anonimato, confiesa:
“El dinero que gané me permitió instalar energía eléctrica y mandar a mi hija a la escuela. Ahora ya no hay nada”
El ciclo de dependencia económica en torno a la migración ha tocado fondo. Algunos ahora buscan trabajo en Ciudad de Panamá, otros regresan al campo y no son pocos los que sueñan con que el cambio de administración en EE.UU. reabra ese caudal migratorio.
Vientos de cambio o vuelta al pasado
Entre guerras calientes, guerras comerciales y fronteras cerradas, la administración Trump ha trazado una nueva hoja de ruta para la política exterior estadounidense. Pero, ¿es sostenible esta política de presión y repliegue?
Europa duda, Asia se reorganiza y América Latina observa con creciente inquietud. Tal como resume una editorial reciente de The Economist:
“El mundo se está ajustando a una nueva realidad: una superpotencia volátil con una política exterior cuyo principal aliado parece ser el interés inmediato.”
En este juego geopolítico, todos los peones importan, y el jaque puede venir desde cualquier frente.